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LEMOA

Iturriza remonta su población al s. X. Torres medievales de Aldape, Atucha, Agarre y Atuchola. El 17 de abril del año 1624, la Junta general del Señorío de Vizcaya, ante la posibilidad de un ataque de naves holandesas, decidió fortificar los puertos y costas del Señorío y nombrar capitanes y oficiales en todas las villas y anteiglesias de Vizcaya. Fue nombrado capitán de Lemona, así como de Galdácano, don Martín de Aldape Isasi, señor de esta casa y de la de Usansolo. Estos nombramientos dieron lugar a un pleito entre las villas y el Señorío, revocando el rey Felipe IV los nombramientos en noviembre del mismo año. El 20 de abril del año 1639, el Señorío de Vizcaya decidió, entre otras medidas de prevención contra un posible ataque de naves francesas, designar a qué lugares debían dirigirse las gentes armadas en caso de alarma. Los de Lemona debían acudir a Galdácano, para que desde allí, unidos a otros pueblos, marcharan en socorro de la costa (E. J. L.: "H. G. S. B.", t. V, p. 281). En el año 1704 Lemona contaba con ochenta y dos hogueras y por la colación de Bedia con cuarenta y cuatro, haciendo un total de 126, según se desprende de un fogueramiento efectuado en todo Vizcaya en el citado año, decretado por la Junta general del Señorío con fecha 28 de junio, a fin de poder hacer los repartimientos de los gastos generales del Señorío (E. J. L.: "H. G. S. B.", t. VI, p. 25). A finales del s. XVIII contaba con una ferrería, un molino, dos puentes de piedra sillar y una taberna.

Guerra de la Convención. El 21 de agosto de 1794, los soldados de Lemona salen a defender la frontera con Guipúzcoa, ante la posibilidad de una invasión francesa a Vizcaya.

Guerra de 1936-1939. Durante la misma la iglesia fue utilizada por la resistencia republicana y la localidad acogió a los refugiados de Guipúzcoa. Fue ocupada por el ejército llamado nacional el 16 de junio de 1937, tras enconada batalla en la zona de Peña Lemona. v. PEÑA LEMONA.

La dura transición política. Los años que sucedieron a la muerte de Franco fueron especialmente duros. En 1976 un Festival Vasco fue interrumpido por la Guardia Civil hasta el extremo de negarse a cantar los cantantes. Una manifestación sucedió al hecho, manifestación que se congregó frente a la casa del alcalde, Juan Llona, y fue disuelta violentamente. Como consecuencia, el 31 de julio el alcalde suspendió las fiestas.