Topónimos

LEGUÍN

El castillo se elevó sobre el monte cerca de la fuente denominada de los Moros. Las tropas musulmanas de Abd Al Rahman III, pasan en julio del año 924 por Leguín en rápida expedición de castigo contra Sancho Garcés de Navarra. Llegan a Leguín el día 23, por el camino de Lumbier, destruyen puntos fuertes y arrasan las aldeas próximas, en veloz avance, camino hacia Pamplona [Ref. A. Cañada: «La expedición de Pamplona»]. Iturralde en Ruinas Monásticas de Navarra (pág. 343), haciendo referencia a 1014, cita la donación hecha por el rey Don Sancho el Mayor al Monasterio de Leire y hace constar que entre los testigos de la mentada donación, se encontraba el noble D. García Ortiz, gobernador del castillo de Leguín. El Diccionario de la Real Academia de la Historia (t. 1.º, pág. 429, col. 2.ª) lo anota, situándole al lado izquierdo de la carretera que desde Pamplona se dirige a Lumbier y agrega lo siguiente: «En lo antiguo hubo un castillo muy fuerte que es famoso en la historia de Navarra. En el año 1139 dominaba en él teniéndole en custodia el Conde D. Ladrón y, en el 1158, pertenecía al Rey D. Sancho Ramírez; en 1176, fue restituido a la Corona Navarra. Hoy está demolido y sólo se conservan algunos vestigios». Una mención, no la más remota que de esta fortaleza tenemos a la vista, nos la facilita el P. Moret, en sus Anales (t. 3.º, lib. XIII, cap. V, par. 3.º); se refiere a dicho año 1139, expresando que el Conde D. Ladrón gobernaba los castillos de Aibar y de Leguín «que era un castillo muy fuerte y enriscado, cuyas ruinas se ven cerca de Urroz». Otro nuevo testimonio del castillo que nos ocupa, suministra el arqueólogo a la par que historiador D. Pedro de Madrazo (en el tomo 2.º de su obra, pág. 229), Navarra-Logroño, donde hallamos que empeñado nuestro rey en una campaña con el de Aragón, hubo de recomendar al prelado Pedro de Paris, que dejara en tal ocasión de empuñar el báculo episcopal y le sustituyera por el bastón de mando, para demostrar en las batallas su valimiento sacerdotal también en el terreno militar; y coincidiendo dicha campaña con otra a la sazón suscitada por Castilla, hubo de rogar al obispo marchase éste en socorro del castillo de Leguín, amagado de caer en poder del monarca desafiante: el caso era desesperado, porque la precaución resultaba tardía, tanto que al llegar D. Pedro de Paris se encontró con que todos los accesos estaban en poder del enemigo sitiador y era poco menos que imposible libertar la fortaleza e irremediable el perderla. Así sucedió prontamente y para evitar que la correría del invasor se dirigiera a la cuenca de Pamplona, el prelado se replegó al castillo de Huarte, donde desarrollando una actitud enérgica, hubo de desistir el invasor, y también éste sin intentar nuevo golpe de armas ante la probabilidad de un descalabro. El año siguiente, 1176, se reconoció la injusticia de la invasión y el castillo fue devuelto a su legítimo dueño. Los libros de Comptos reales obrantes en el Archivo del Reino navarro, nos presentan muchos alcaides de este castillo, denominándole a veces de Liguin. Son éstos: Año 1279, D. Pero Roiz de Argaiz, relacionado si no fue emparentado con el otro Rodrigo de Argaiz citado en líneas precedentes; 1285, D. Roderico Périz de Argaiz; 1290 a 1306, Don Pedro Aibar de Iriberri (sueldo anual VIII libras); 1307 a 1308, D. Pere Aibar, de Iriberri, hijo del anterior; 1309 a 1313, Don Martino de Aibar y D. Miguel Martínez de Aiguarro; 1318, Don Domingo Martínez de Aibar, continuaba en 1321 percibiendo como retribución anual 20 cahíces de trigo; 1329, D. Juan Martínez de Eusa (1.ª vez); 1334, D. Juan Yenego Iñíguez; 1336 a 1341 , D. Juan Martínez de Eusa (2.ª vez); 1351 , D. Carlos Ayanz, señor do Ayanz; 1380, D. Martín Périz de Noain; 1390, D. Juan Périz de Solchaga. Entre las anotaciones «De justitia facienda», relativas a este castillo aparece con la fecha de 1313, que el merino Odón de Merri, condujo presos a la fortaleza de Leguín a los junteros de los infanzones de Obanos, Martín Périz de Yanariz y Remigio de Beortegi, habiéndose aplicado la pena de horca al Martín Périz, previa sentencia que fue cumplida en el castillo que hemos reseñado. El último alcaide fue, con carácter de perpetuo, en 1453, el llamado D. Carlos de Ayanz, señor de Mendinueta, el cual había hecho prisionero a D. Fernando de Rojas, adelantado mayor de Castilla; pero este cautivo fue restituido a su tierra, a condición de que D. Juan II de Navarra pusiera en libertad al preso por entonces en el castillo de Zaragoza, príncipe D. Carlos de Viana. Fernando el Católico, consumada ya la conquista del reino de Navarra, mandó destruir a partir de 1512 gran número de fortalezas navarras por considerarlas perjudiciales para la seguridad del reino. Entre ellas la de Leguin. Parece ser que la misma poseía un foso circunvalante, el cual está actualmente allanado merced a tierras que le han rellenado y se utilizan en cultivos que llegan hasta los muros del castillo arruinado. En nuestro siglo conservó todavía su arco sólido de gruesos sillares de piedra y un depósito de aguas, construido asimismo con la mayor perfección, mediante robustas piezas pétreas, no sin esmero labradas.

Ainhoa AROZAMENA AYALA