Léxico

IRRINTZI

Es un grito estridente, sonoro y prolongado, de un solo aliento, que los pastores gustan de hacer resonar en los flancos de las montañas y que los vascos en general lanzan gustosos en señal de alegría. Se hizo célebre el irrintzi formidable, totalmente espontáneo, lanzado por un itxasotar en la calle de Víctor Hugo, al darse noticia en Bayona del armisticio del 11 de noviembre de 1918, a las once de la mañana, cuyas ráfagas resonantes y armoniosas terminaron en cascadas desmelenadas, con la estupefacción general de los numerosos testigos de esta manifestación de alegría. Duvoisin cree que este grito se remonta a la más remota antigüedad y que ya lo habrían usado los hebreos. Hoy en día los árabes lanzan un sonido emparentado. Chaho, por su parte, en Ariel del 13 de abril de 1845, cita a diecinueve otros gritos que son los que siguen: Un griterío, khereillu. Un grito confuso, karraxia. Un grito de llamada, oihu. Un grito para despertar, dei. Un grito de alerta, hela. Un grito de lamento, auhendu. Un grito de horror, orroko. Un grito de dolor, marraka. Un grito lacrimoso, marraska. Un grito ahogado, marruma. Un grito de aflicción, heiagora. Un grito de alarma, deihadarra. Un grito aullante, uhuri. Un grito rugiente, marrobia. Un grito de júbilo, sinkha. Un grito de risa, irrintzina. Un grito de alegría, kikisai. Una aclamación, hozengu. Un grito colectivo, dundura.

El irrintzi se oye todavía en fiestas, romerías y otras manifestaciones de alegría, Según los cronistas de la edad media los gritos prolongados de los montañeses atemorizaba a los musulmanes. El irrintzi jugaría probablemente un efecto psicológico antes de las batallas.

Refs. Daranatz, J. B. : Curiosités du Pays Basque, I (p. 258) Bayona, 1927.