Pintores

Iriarte, Fernando

Pintor navarro, nacido en Pamplona en 1958.

En 1985 asistió a los Talleres de Arte Actual con Guinovart en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Ese mismo año recibió una ayuda del Gobierno de Navarra para la creación de artes plásticas. Y de 1986 a 1988 residió en Berlín gracias a la Beca del Gobierno de Navarra para Estudios Artísticos. En 1983 realizó su primera exposición individual en la sala de Caja Navarra de Pamplona y desde entonces ha seguido exponiendo de manera continuada tanto en muestras individuales como colectivas en distintos espacios como el Pabellón de Mixtos de la Ciudadela de Pamplona, la Galería Kribia de Pamplona, la Galería Altxerri de San Sebastián, la Galería Afinsa de Madrid, la Galería María Forcada de Tudela la galería Triande-Afinsa de Oporto, la Galería Lourdes Ugarabe de Vitoria, la sala Altair de Palma de Mallorca, la Galería Pintzel de Pamplona, el Museo Gustavo de Maeztu de Estella, la sala Juan Bravo de Madrid o la última individual celebrada en el año 2002 en el Pabellón de Mixtos de la Ciudadela de Pamplona.

Su obra forma parte de las siguientes colecciones de arte: Museo de Navarra; Parlamento de Navarra; Universidad Pública de Navarra; Colección de Arte Contemporáneo del Ayuntamiento de Pamplona; Museo Miguel Hernández de Alicante; Colección Caja Navarra; Museo Provincial de Zamora; Fundación La Caixa. Barcelona.

Fernando Iriarte reivindica la pintura por la pintura sin ocultar un cierto desencanto por los vientos que hoy día mecen el escenario en el que el arte se ve a veces forzado a actuar. La materia, el color el pigmento, es sustento y fin de la obra de Iriarte. Cuadros en los que bajo una falsa apariencia de desorden, los gestos están muy controlados y las formas intencionadamente sugeridas. Fernando Iriarte es un pintor de los que siguen defendiendo su trabajo como "un acto puramente pictórico", sin más mediación que el artista y la materia. De allí su personal abstracción matérica en la que ha ido creando un universo propio lleno de lirismo, con el que trata de envolver al espectador seduciéndolo, sin que sea consciente de que está entrando en un terreno en el que no encontrará fácilmente el referente de la realidad. Sus cuadros son un viaje hacia sí mismo, hacia su intimidad, hacia esos paisajes inventados pero vividos, no siempre luminosos. Su pintura esconde tanto como muestra. No habla sino que sugiere, pero nunca se queda muda ni vacía.