Léxico

HARRIJASOKETA

Levantamiento de Piedra. Aunque parezca sorprendente este deporte no se cita históricamente casi hasta nuestros días a pesar de su detallada reglamentación y arraigo en el país. Es, sin duda, un deporte de raíz prehistórica relacionado con el arrastre y traslado de enormes piedras para la construcción de los dólmenes, las leyendas de lanzamientos de grandes piedras por los jentillak, el arrastre de piedras por bueyes y, modernamente, la construcción de puentes, iglesias y casas con abundante piedra de sillería en sus cantos y puertas. Dice Aguirre Franco que apenas queda escrito nada de tiempos anteriores al levantador Arteondo, y que fue este levantador quien llevó las piedras a la plaza pública para exhibiciones, marcando los pesos y dimensiones "clásicos" de la piedra. Hasta él, por lo que parece, los desafíos no fueron espectáculo programado y reglamentado. En las romerías del patrono del pueblo, caliente la sangre por los vapores de la sidra, los jóvenes buscaban un objeto para probar sus fuerzas. El más a mano sería un simple peñasco sobre el que apostaban a nivelarlo sobre el hombro. Todavía hoy la energía vital del vasco le lleva a actos semejantes. Contaba Enrique Gorostiaga, de 24 años de edad, al autor, su costumbre de levantar una piedra de 120 kilos de peso situada en la esquina de Kaleaundi, en Arruazu (Navarra), mientras esperaba el autobús que le iba a llevar a Irurzun o a Alsasua. Paralelamente en el tiempo, la cantera debió ofrecer oportunidad inmejorable para la competencia. La rudeza de este trabajo exigía obreros fuertes que, tras la faena cotidiana o en los descansos del mediodía, aún tenían energías sobradas para probarlas en las piedras que labraban.