Territorios

Gipuzkoa

Los 717.372 habitantes que componen la población de Gipuzkoa al comenzar 1980 constituyen el 32,7 % de la del País Vasco en tanto que su territorio no alcanza el 28 %.

La densidad provincial -359 h/Km²- en este caso concreto refleja bastante fielmente la distribución de la población que aunque ofrece áreas de fuerte concentración, en general está bastante homogéneamente repartida. San Sebastián y su área metropolitana junto con la subcomarca de Irún-Hondarribia alcanzan los valores máximos, rebasando el promedio provincial; pero en el resto, tanto en la costa como en el interior, se dan cifras igualmente elevadas. Los habitantes de la capital suponen sólo el 25 % del total provincial (Bilbao equivale al 38 % y Vitoria 69 %) y es que la función polarizadora de la capital ha tenido en Gipuzkoa un papel mucho más modesto, compartida por un importante número de centros urbanos, bien distribuidos espacialmente. Los efectivos actuales son el resultado de un crecimiento reciente en el que han intervenido tanto un movimiento vegetativo fuerte como -y sobre todo- un proceso migratorio, no uniforme en el tiempo pero importante en su conjunto.

En 1900 la población de Gipuzkoa casi alcanza la cifra de 200.000; supone una cantidad importante si se tiene en cuenta la exigüidad espacial, ya que representa densidades que rondan los 100 habitantes/Km.². (La densidad media del estado español era en esas fechas de 38 h./ Km²). En los años precedentes se fue produciendo el cambio en el comportamiento demográfico provincial y se entra en la edad moderna de la población: ha quedado definitivamente atrás la mortalidad catastrófica que en forma de epidemias de cólera todavía se dejaron sentir en la última década del XIX. La preocupación por una mayor asistencia sanitaria a la población infantil junto con una mejora en la alimentación establece diferencias cada vez mayores entre las tasas de natalidad y de mortalidad. Estas últimas irán descendiendo progresivamente con tan sólo dos retrocesos accidentales ocasionados por la epidemia de gripe que asoló el estado entre 1918 y 1920, en los cuales la mortalidad ascendió a 26 por mil y dos décadas después por culpa de la guerra.

A comienzos de siglo la tasa de mortalidad todavía rondaba la cifra de 25 por mil, treinta años después era de 14,4 por mil y 9,8 por mil en 1950, hasta que en la actualidad se producen las cifras más bajas de la historia -6,1 como promedio de la década 1970-80- motivado principalmente por la actual estructura de la población con dominio claro de los efectivos jóvenes. La evolución de la tasa de natalidad, en cambio, ha presentado un ritmo más irregular. Para 1900 habían descendido a 31,4 por mil, descenso relacionado con las crisis bélicas, la inestabilidad social y las migraciones de jóvenes frecuentes en el siglo precedente, y seguirán rebajándose hasta los años de la guerra en los que se conoce una fuerte inflexión para recuperarse poco después alcanzando nuevos máximos en la década de los sesenta -26,6 por mil en 1960-, debido en gran parte a la afluencia de emigrados, y de emigrados jóvenes, paralela al crecimiento económico que repercute a su vez en aumentos de las tasas de nupcialidad así como en el descenso de las edades de acceso al matrimonio.

En los últimos años tiende de nuevo a la baja para situarse en 17,2 por mil de promedio para el último decenio. En este análisis de la evolución demográfica guipuzcoana es necesario consignar el importante papel desempeñado por las migraciones, presentes siempre aunque de diferente signo según etapas. Hasta bien entrado el siglo XX, Gipuzkoa, al igual que los restantes territorios vascos, formó parte de sucesivas oleadas migratorias canalizadas hacia países americanos motivadas por las continuas crisis tanto bélicas como económicas, cuando no por un deseo de aventura o de probar fortuna, y de las que los retornos fueron muy escasos y tardíos. Simultáneamente apenas se produjeron salidas hacia otros puntos del estado, muy frecuentes en los siglos anteriores, por carecer de interés las circunstancias económicas que pudieran motivarlas. Pero con la creciente industrialización del País Vasco se produce un cambio de signo en los movimientos migratorios y Gipuzkoa, como Bizkaia, se convierte en área de inmigración; y si en las décadas anteriores a la guerra del 36 las llegadas apenas compensan a las salidas, tras el paréntesis bélico, al que siguió una emigración de carácter político dirigida hacia países americanos como Méjico, Venezuela, etc..., se desencadena un proceso migratorio de inequívoco signo positivo acelerado en los años cincuenta para alcanzar los máximos entre 1960 y 1970. Solamente en esos diez años el saldo migratorio fue de 64.845 inmigrados para Gipuzkoa, destacando 1964 con una cifra superior a 16.000.

Se trataba de población joven, de carácter familiar, con especial incidencia en la dinamización del crecimiento vegetativo, que pasó a engrosar los activos industriales y de procedencia variada, aunque destacan los llegados de Navarra, con la que tradicionalmente Gipuzkoa ha mantenido importantes intercambios de todo tipo, de Castilla así como de Extremadura y Galicia. En el momento presente la inmigración ha cesado a consecuencia de la crisis económica que padecemos, y comienza a observarse un incremento de las salidas que llega a provocar un saldo migratorio negativo con un balance de -10.406 para el periodo 1976-1979, dirigido a los restantes territorios vascos en primer lugar, a Madrid o a Barcelona. Como resultado pues del crecimiento vegetativo unido a la aportación por emigración, la evolución de la población guipuzcoana muestra un fuerte crecimiento con unos efectivos que suponen más del triple de los de comienzos de siglo.

El crecimiento, como ya se comenta anteriormente, no ha sido uniforme ni espacial, ni temporalmente. Hasta 1950 la población crece a un ritmo moderado con índices de crecimiento intercensal en torno al 15 % exceptuándose la década 1930-1940 en la que se produce un descenso (9,7 %) ya que a consecuencia de la guerra la natalidad desciende, produciéndose además una pérdida de efectivos motivada por la emigración de carácter político. El decenio siguiente conoce una recuperación aunque sin alcanzar las cifras del primer tercio de siglo, y ya 1950 inicia una segunda etapa con índices de crecimiento muy elevados en base sobre todo al papel desempeñado por los contingentes migratorios, especialmente importantes en los años sesenta, siendo la tasa de crecimiento anual de 2,4 % para el período 1950-1975.

Evolución de la poblaciónTasa de incremento
intercensal (%)
1900195.85015,7
1910226.68414
1920258.55716,9
1930302.3299,7
1940331.75312,7
1950374.04027,9
1960478.33731,9
1970631.00313,6
1979717.372

El periodo de crecimiento fuerte ha culminado; frenada la inmigración, la evolución demográfica vuelve a recobrar el ritmo de la primera etapa dependiendo básicamente de los efectivos propios. Es previsible que en los próximos años y a pesar de la situación demográfica adversa, los índices de incremento natural se mantendrán sin variaciones como consecuencia de la gran importancia numérica de los efectivos jóvenes en edad procreadora. Algunos municipios como San Sebastián, Bergara, Beasain, Pasajes, Renteria, Tolosa, Eibar, Hernani vieron crecer sus efectivos ya en la primera etapa, luego siguieron creciendo o se estancaron; otros se incorporan más tardíamente pero experimentan incrementos realmente fuertes: Urnieta, 189,9 % de crecimiento entre 1960 y 1970; Ibarra, 101,6 %; Rentería. 84,4 %; Usúrbil, 76,8 %; Zumárraga, 71,9 %, o Mondragón, 58,7 %.

Evolución de la población por comarcas entre 1970 y 1981
Ref. Deia, 30-VIII-81.
POBLACION TOTALCRECIMIENTO
1970197519811975/701981/75
Donostialdea283.950312.044319.86028.9947.816
Bidasoa55.53162.09364.7216.5622.628
Deba Behea65.75067.88865.8152.138-2.073
Deba Garaia61.05065.96366.3384.913373
Urola-Kosta54.31658.32960.5144.0132.211
Goiherri67.27970.52169.2483.242-1.213
Tolosaldea44.02745.67946.4631.652764
TOTAL631.003682.517692.98651.51410.469

La pirámide de edades de 1975, fecha en que el número de habitantes ascendía a 682.517, permite extraer una serie de conclusiones respecto a la composición de la población. De modo general se observa un claro equilibrio numérico entre los dos sexos: la población masculina supone el 49,2 % del total frente al 50,6 % de mujeres, siendo la sex ratio (número de hombres por cada 100 mujeres) de 98. El número de hombres supera al de mujeres en todos los grupos de edad hasta 50-54 años; a partir de aquí las cifras se invierten con una desproporción cada vez mayor, y como causa puede considerarse la mayor esperanza de vida entre las mujeres por una parte, y por otra el mayor protagonismo de los hombres en la guerra civil, con más bajas por tanto, particularmente en las generaciones que entonces tenían más de 15 años.

Esto es fácilmente perceptible en los grupos con edades comprendidas entre 55 y 65 años. En lo que respecta a la composición por edades puede considerarse en conjunto como población joven ya que los menores de 20 años representan el 36,5 % y sólo el 12,3 % los mayores de 60. De cada 100 guipuzcoanos únicamente 8 eran mayores de 65 años en 1975, lo cual no es sino un síntoma más de la juventud de la población. El índice de dependencia es alto, 57,9 %, pero no preocupante, ya que es consecuencia de la fuerte incidencia del grupo más joven. En la pirámide destacan como numerosos los efectivos de edades comprendidas entre 40 y 50 años, lo cual es lógico porque se corresponden con las generaciones nacidas entre 1920 y 1935, cuando las tasas de natalidad eran elevadas y por su corta edad en el momento de la crisis bélica del 36 apenas fueron afectados por ella. Sobresalen, además, por estar situadas entre dos grupos generacionales pobres en efectivos: los mayores de 55 años, protagonistas de la guerra, y en los que se observa una diferencia numérica entre hombres y mujeres bastante clara, y el grupo inmediatamente más joven, el de los nacidos en los años de la guerra que acusan el impacto que ésta tuvo en la reducción de la natalidad.

Las tasas no se recuperan hasta por lo menos los años sesenta; entonces las generaciones vuelven a ser numerosas y si se comparan con las barras del primer grupo de edades -la base de la pirámide-permiten apreciar un cierto retraimiento numérico del grupo más joven. La población potencialmente activa (entre 15 y 65 años) equivale en 1975 al 63,3 % del total, repartidos de forma bastante equilibrada, aunque destacan ligeramente los activos masculinos. La cifra de activos remunerados es lógicamente sensiblemente más baja, reduciéndose al 35,8 % de los cuales las mujeres suponen menos de una tercera parte. Naturalmente en esta disparidad de cifras entre los que podían por su edad trabajar y no lo hacen, juega un papel importante el hecho de que la entrada en actividad se produce en edades próximas a los 20 años, y no a los 15, con una prolongación positiva de los años de preparación. Si se considera únicamente la población entre 20 y 65 años como potencialmente activos, el porcentaje queda reducido a 55.

En 1979 los activos equivalen al 37,6 %, pero es necesario consignar que en esta fecha y según la encuesta de población activa el número de parados representa el 11,2 % de los mismos, con valores que superan a la media del País Vasco y de los que más de la mitad son menores de 25 años. El análisis de los tipos de actividad refleja un dominio indiscutible del empleo eminentemente urbano: el sector primario, de escasa participación, sólo cubre el 10,5 % en 1975, y puede incluso parecer una cifra elevada porque engloba también a los activos en la pesca. El sector secundario equivale al 58 % y muestra un claro desequilibrio sobre todo con el sector terciario que supone apenas el 31 %. Estos valores han experimentado variaciones en años posteriores y para 1977 el primario significa el 9,9 % (en 1980, 8,1 %) frente al 53,4 % del secundario y 36,6 de los servicios. El desequilibrio es grande todavía. Aparentemente el sector primario ha alcanzado sus niveles más bajos y parece poco probable que descienda más; el secundario está todavía sobrecargado y convendría que trasvasase parte de sus efectivos a los servicios. (Nota: sobre estos aspectos remitimos al apartado Trabajo).

La gran mayoría de la población provincial vive en ciudades. Tras un proceso iniciado a comienzos de siglo y ya prácticamente culminado, Gipuzkoa ofrece un alto grado de urbanización. Teniendo en cuenta los criterios seguidos por el I.N.E. que considera como urbanos a los municipios de más de 10.000 habitantes, rurales a los de menos de 2.000 y semiurbanos a los intermedios, criterio bastante ajustado al caso concreto nuestro aunque poco útil para otras realidades, resulta que la población urbana de Gipuzkoa equivale al 81,7 %, semiurbana en 13,7 % y solamente rural el 4,6 % restante, con la particularidad de que los "ciudadanos" residen en un importante número de centros urbanos. Existen en la provincia 21 municipios con categoría urbana y apenas 38 de los denominados rurales, lo que la sitúa a la cabeza del estado español en cuanto al número de centros urbanos. A principios de siglo sólo San Sebastián superaba la cifra de 10.000; a gran distancia se situaba Irún, con algo más de 9.000, y más lejos, con valores que rondaban los 5.000 habitantes, Eibar, Azpeitia, Azkoitia, Oñati y Bergara. Entonces la población urbana equivalía al 21 %; en 1950 ésta alcanza el 56,1 % y son 8 los municipios que sobrepasan la cifra de habitantes que les convierte en urbanos.

Población de Gipuzkoa: según el lugar de nacimiento (1981)
Fuente: "E.P.", 1983, Eusko Jaurlaritza.
Lugar de nacimientoVaronesMujeres
Guztira / Total344.624350.067
Alava/araba2.9583.572
Albacete301264
Alicante127148
Almeria173139
Avila1.5701.310
Badajoz7.1257.186
Baleares7372
Barcelona684672
Burgos6.0496.313
Cáceres10.82710.771
Cadiz624631
Castellon5473
Ciudad real842802
Cordoba1.4721.360
Coruña (la)3.0741.140
Cuenca630518
Gerona / Girona99115
Granada848844
Guadalajara435374
Guipuzcoa/Gipuzkoa238.430237.520
Huelva281268
Huesca358370
Jaen1.3911.366
Leon2.6472.674
Lerida / Lleida129141
Logrono (Rioja)3.4704.079
Lugo1.1691.046
Madrid1.9832.117
Malaga582551
Murcia258227
Navarra/Nafarroa10.32313.559
Orense3.1433.003
Oviedo1.0751.377
Palencia3.7673.996
Palmas (las)7264
Pontevedra2.7472.499
Salamanca8.4898.618
Santa Cruz de Tenerife5478
Santander (Cantabria)2.0492.214
Segovia1.5521.334
Sevilla905858
Soria1.3821.257
Tarragona86110
Teruel128134
Toledo408378
Valencia291284
Valladolid3.7384.045
Vizcaya/Bizkaia6.1717.789
Zamora4.0163.913
Zaragoza1.1461.243
Ceuta5276
Melilla7459
Atzerria/Extranjero4.2934.508

Viviendas segun su clase y zona (1981)
Fuente: "V." (1983), Eusko Jaurlaritza.
ZonaTotalVivienda familiarAlojamientoColectiva
OcupadaDesocupadaFijoMóvil
PrincipalSecundaria
Total230.404182.0429.24738.6081073397
Urbana164.592132.0935.54326.582762296
Intermedia43.17533.1472.6917.25219165
Rural22.63716.8021.0134.77412---36