Musicales

Esku-dantza (versión de 1980)

Melodía popular de danza recogida por el P. Donostia en Amayur, Navarra Ref. "Euskal Eres Sorta", n.° 367.

Baile o danza de la mano. Iztueta la describe así: Cuando aparecen en la plaza algunos caballeros jóvenes con deseos de bailar y no son bastantes para bailar una Guizon-dantza, dicen al tamborilero que toque la Esku-dantza. Dos de los galanes van adonde están las muchachas. Descubiertos, les dan las buenas tardes y ruegan a dos de ellas, las preferidas, que quieran ser su mano; escogen, luego, otras, para el centro del baile. El delantero, sin bailar, debe dar una vuelta a la plaza, invitando al centro de la danza a todas las muchachas que quieran venir. Reunidas así suficientes muchachas, saldrá al medio de la plaza y danzará cuantos zortzikos y antiguas melodías quiera. No podrá, en cambio, bailar ni la melodía del comienzo de la danza ni la llamada de las señoras o contrapás. Cuando se canse o le venga en gana, dará unas palmadas, y el tamborilero tocará la llamada para que el último, vuelto hacia adelante, pueda danzar. Este, a su vez, dará palmadas cuando le plazca, y el tamborilero tocará la llamada para que, colocado cada uno en su sitio se dé fin al baile. Como queda dicho, esta Esku-dantza la sacan dos galanes con muchas muchachas. El joven que primero entra en la danza debe ir a la mano de la muchacha siguiente, a la que lleva de mano el delantero; en cambio, el que va segundo debe ir de la muchacha que está junto a la qué acompaña al último. Después de esto, cada cual puede dirigirse a la que le plazca; la muchacha no podrá negarle la mano por muy enemigo que sea, porque quien sale a la plaza suspira porque alguien vaya a buscarle. Ninguna de las que entran en este baile puede llevar otra muchacha a la danza hasta que esté completo el número de hombres; pero sí luego, cada cual la que quiera. Como en las Guizon-dantzas, no se debe en las Esku-dantzas esperar a los zortzikos de saltos para comenzar la danza. Se puede tocar cualquiera de ellos como les venga en gana. Terminada esta danza, no hace falta tocar el Alkate-soñua para llevar las muchachas a su sitio, como se hace en el Guizon-dantza. Cuando en la plaza haya alguna que otra muchacha que sepa bailar bien y tenga deseos de mostrar su habilidad, avisará al tamborilero que toque la tonada de la Esku-dantza. Cuando éste comienza el zortziko, tomará ella de la mano a las que allí estén presentes, en el sitio en que está, y dará una vuelta a la plaza sin danzar, mientras invita a la cuerda de danza a las muchachas que allí haya con ganas de tomar parte en ella. Reunidas así éstas, saldrá al medio de la plaza y bailará cuanto zortziko guste, y aun antiguas melodías, si las supiera; pero no la melodía llamada de señoras ni de comienzo de danza. En estas Esku-dantzas no hay puente como en las de hombres y mujeres, porque lo mismo que el galán de la primera danza, así también lo hace la muchacha; recorre la plaza llamando a las que quieran venir a la cuerda; no puede hacerse una revista por segunda vez a los que se le presentan allí. Hasta que se comienzan los zortzikos de saltos no puede ningún hombre presentarse a la que hace de delantera. No está bien que mientras ésta muestra sus habilidades, el hombre le estorbe tomándole la mano. Iztueta dice haber visto a muchachas de mucha habilidad haber quedado desairadas porque algunos jóvenes mal educados les agarraran la mano. Por eso, cuando ocurriera cosa semejante, la muchacha no debía dar la mano hasta que comenzaran los zortzikos de saltos. En cuanto comienza esta música alegre, puede ir a la muchacha el joven o el hombre que sepa bailar bien; de lo contrario, no. No es conveniente quitarle la vez a uno que sea buen bailarín. Todo aquel que vaya a la muchacha delantera, debe, descubriéndose, pedirle la mano respetuosamente; ella no se la negará, si va a su tiempo debido. Cualquiera otro de los hombres que vaya después a la danza, al igual que él, tiene que ir a la muchacha que hace de última mano y pedírsela en la forma indicada. Los que después de éstos vayan, de los dos puede ir el primero con la muchacha que sigue a la delantera y el otro con la que está junto a la última. Los demás pueden entrar donde guste cada uno; la muchacha podrá negarle la mano, como queda dicho. Tan pronto como se ha entrado en la danza se puede comenzar a bailar en estas Esku-dantzas. Pero todos deben andar modestamente, sin volteretas y sin dar empujones, porque es muy feo hacer en plaza pública estas indecencias, cosa que se ha introducido en Guipúzcoa no hace muchos años. Cuando sale la Esku-dantza el tamborilero debe tocar los conocidos zortzikos del comienzo. Después de éstos tocará los zortzikos de saltos y también melodías antiguas, si se las pide el danzarín. Cuando éste dé las palmadas, el tamborilero debe tocar la llamada como en la Guizon-dantza, pero no el Alkate soñua, para llevar a su sitio a las muchachas.