Concejos

ERASO

Urbanismo y construcciones civiles

Ubicado en una zona baja, su casco urbano se dispone a ambos lados de la carretera, con un leve ascenso hacia la iglesia, que ocupa el lugar más alto del pueblo. Las casas, muy bien conservadas, son normalmente de gran tamaño y se disponen exentas. En ellas es posible ver ya una mayor presencia de la madera que en la zona de Sakana, Arakil e incluso en los pueblos más meridionales del propio valle de Imotz, así como una mayor riqueza volumétrica, con balconadas y elementos porticados de gran tamaño. Todo apunta ya a una transición hacia modelos arquitectónicos propios de la Navarra atlántica.

A la entrada del pueblo registramos, en primer lugar, una casa de nueva factura, levantada en estilo "neovasco", con dos alturas, tejado a dos aguas, muros enlucidos con cadenas de sillar y viguería de madera a la vista, vanos amplios y un porche sobre pies derechos en uno de los laterales. Formando calle hay una serie de casas de formato mediano, que tienen como denominador común el propio tamaño, muy similar, la disposición en tres alturas, y tejados a dos aguas con los caballetes paralelos a la dirección de la calle. Dos de ellas llevan el primer piso en mampostería y el resto enlucido, mientras que una tercera lleva toda la fachada enlucida, con cadenas de sillar y hermosa balconada que cruza toda la fachada. Los vanos son rectos. Enfrente hay una casa de diferente formato, con tres alturas, muros enlucidos con las consabidas excepciones en esquinas y enmarques, gran desarrollo en planta y amplísimo tejado a dos aguas, cuya asimetría denota una ampliación en planta. La puerta queda en alto, y se accede mediante una rampa, mientras que la totalidad de los vanos son rectos. Es un modelo de casa que hemos visto ya en el valle, muy bien representado, por ejemplo, en el cercano lugar de Goldaratz.

Más arriba nos encontramos un caserón llamado "Iriartea". Es de gran formato, con tres alturas más ático, tejado a dos aguas, y muros en mampostería con sillares en esquinas y en los enmarques de los vanos, que son rectos y de muy pequeño tamaño. En algún caso llevan antepechos moldurados. La puerta rompe esta norma, pues es un medio punto con la rosca moldurada y con una moldura avolutada en la clave. Parece ser obra de un taller que trabajó en esta zona y que dejó otros ejemplos en el corredor de Sakana-Arakil. Sobre esta clave, un sillar lleva labrado, de forma muy tosca y popular, un rostro humano y dos ruedas. El tejado se prolonga en uno de los lados para conformar, en uno de los laterales, un pórtico de gran tamaño y dos pisos. El inferior, a modo de porche, apoya sobre pilares de piedra, mientras que el superior adopta la forma de una gran balconada con estructura de madera. Enfrente, una casa de nueva factura o muy reformada repite el modelo de las casas vistas a la entrada del pueblo y formando calle, aunque se le ha dotado de un enlucido de vistoso e innovador colorido.

Ya en el barrio alto y en el entorno de la iglesia, nos encontramos un caserón que recuerda a las casas de la zona de Sakana-Arakil, con tres alturas más ático, tejado a dos aguas, muros enlucidos con cadenas de sillar y vanos rectos a excepción de la puerta, que es de medio punto. Una balconada, que cruza la fachada, podría ser el elemento más innovador en este modelo. Cerca se encuentra el antiguo palacio de cabo de armería de Eraso, que hoy en día adopta la forma de un simple caserío, muy reformado, en cuya puerta se lee la fecha de 1822. Tiene tres alturas, tejado a dos aguas, muros enlucidos con cadenas de sillar, planta marcadamente rectangular y fachada en uno de los laterales, donde se abre una puerta de arco rebajado. Todavía se llama a este inmueble "Jauregia" en el lugar y, corroborando su antiguo origen, muestra un escudo barroco con dos lobos pasantes, que coincide con las armas que el Libro de Armería del Reino de Navarra da para el "Señor de Eraso" (L.A.R.N. nº 45). Es un palacio que existía ya al menos en 1304, cuando era señor del linaje don Miguel López de Eraso, y que según la documentación lo poseyeron Juanes de Eraso (1546), Miguel de Eraso (1699), Miguel de Ibero (1723) y su viuda Josefa de Istúriz (1749). Dice Caro Baroja que los miembros de esta familia acumularon mercedes durante los reinados de Carlos V y Felipe II.

La casa parroquial es un bloque cúbico con tejado de amplio alero y con alegres balconadas que se abren al valle en su mejor orientación. Ha perdido su antiguo enlucido, pese a que el estado general del inmueble es bueno. El acceso se abre frente al pórtico de la iglesia, y es una puerta adintelada adovelada configurada a base de machiembrados. Es obra dieciochesca. En la parte trasera de la iglesia hay aún otra interesante casa, que repite los modelos antes descritos, con gran desarrollo en planta, tejado a dos aguas, muros enlucidos con cadenas de sillar, y vanos rectos a excepción del medio punto de acceso. Una inscripción, sobre la clave del arco, reza así: ESTA CASA ES MATICON/ EA ME IZO ACER MARTIN/ DE URIZA ME IZOTRABA/ GR/ JOS DE ZELAETA AÑO 1755. Pese a lo confuso del texto, parece clara al menos la fecha de ejecución, 1755, el nombre del inmueble, "Matikonea", y la participación de dos personajes, Martín de Urriza y José de Zelaeta.

Parroquia de San Miguel

Se trata de un templo típico de la Navarra rural a principios del siglo XIII, edificado en estilo protogótico. Su planta consta en esencia de una única nave rectangular, con cuatro tramos y remate en testero recto. La disposición de la sacristía, como siempre posterior (se terminó en 1767), es algo anómala, pues no se adosa al lado de la Epístola propiamente dicho, sino que más bien se abre detrás de la cabecera, y tiene comunicación directa con la casa parroquial, de la que es igualmente contigua. Registramos también un largo pórtico, que cobija la puerta, así como un cuerpo para el alojamiento de la escalera, ya en el lado del Evangelio.

Los muros de la iglesia presentan formatos irregulares, denunciando diferentes etapas. El formato más común es una suerte de mampostería concertada de formato alargado, que mejora en calidad en el paño más cercano a la puerta, donde los despieces van hoy remarcados con pintura blanca. Se abren en ellos dos ventanas, una en la cabecera y otra en el muro de los pies.

La nave se cubre con una bóveda de cañón apuntado, muy propia de principios del XIII, dividida en cuatro tramos por tres arcos fajones que apean en ménsulas lobuladas, unidas por una imposta que recorre el perímetro de la fábrica. En cuanto a la sacristía, lleva un cielo raso simple.

Al exterior se observa en primer lugar el volumen prismático de la torre, que tiene la planta rectangular correspondiente al primer tramo de la nave, donde se apoya. Tiene tejado a cuatro aguas, muy simple, y dos huecos de medio punto para alojar las campanas. También se ve el pórtico (terminado en 1798), cerrado en uno de los frentes, donde se ven las trazas de un arco de medio punto hoy cegado. Su estructura es de madera, cubierta a cielo raso. La puerta es un arco apuntado medieval, contemporáneo de la fundación del templo. Costa de tres arquivoltas más un guardalluvias exterior, todo ello de sección cuadrangular y sin decoración. Apean en cimacios corridos, a modo de capiteles, con decoración vegetal muy simple y estilizada. En una de las claves se ha labrado una simple flor de seis pétalos, y por encima del guardalluvias un crismón. Se ven así mismo las ménsulas destinadas a sostener un tejaroz, sustituido hoy por el pórtico moderno. También debe ser original la ventanita ojival que se aprecia, hoy cegada, entre el pórtico y la casa vicarial.

En la cerca de piedra inmediata hay incrustada una antigua estela discoidea.

El retablo mayor es una obra realizada en torno al año 1600, en estilo romanista, atribuida al maestro de Pamplona Juan de Elordi. Se compone de banco, dos cuerpos y ático posterior. Se articula mediante pilastras y columnas acanaladas y sobre pedestales. La imaginería consta de varias tallas modernas, así como algunos relieves y un Calvario. La talla de San Miguel Arcángel en lucha con el dragón es original e igualmente romanista.

El retablo de la Virgen del Rosario, barroco del XVIII, ha sido muy reformado y ha recibido imaginería moderna.

La pila bautismal es medieval, y lleva plinto, basa circular, fuste corto cilíndrico y una taza semiesférica gallonada.

Joseba ASIRON SAEZ (2007)