Barrios

ELEJALDE

La iglesia de Andra Mari de Elejalde es uno de los edificios religiosos más interesantes de toda Bizkaia, por su antigüedad, con elementos románicos poco frecuentes en esta provincia, y por su calidad, destacando la portada y el retablo mayor como principales argumentos. Originariamente románica, posteriormente el tiempo fue añadiéndole partes góticas y renacentistas para dar un templo ecléctico de amplias dimensiones aunque de carácter rural por su situación geográfica y que funcionó como parroquia principal hasta la construcción a fines del siglo XIX de Nuestra Señora de la Asunción. De su primer momento constructivo, hacia 1250, es la zona trasera, de una sola nave a la cual se accede por una portada de carácter románico aunque con insinuaciones góticas en su estética naturalista. La parte delantera es ya renacentista, abriendo esa primera nave en un amplio salón de tres tramos sobre columnas, tránsito éste hacia su cabecera recta, dándole un simulado aspecto de cruz latina a su planta. Se cubre con crucería simple sobre pilares adosados con claves y capiteles decorados, salvo su parte central, en la que la bóveda amplía su repertorio de nervios con terceletes. Al exterior recorre su perímetro un buen número de contrafuertes y su simetría es rota por el pórtico que se adosa a los pies y al muro sur, sobre pies de madera y antepecho. Tiene tres ingresos, dos de ellos menores y apuntados y el principal, una magnífica portada con intradós trilobulado enmarcado en cinco arquivoltas que se apuntan ligeramente pero manteniendo la vinculación románica con el medio punto. Éstas arquivoltas, decoradas con figuras naturalistas de aire goticista se apoyan sobre columnas simples con banco y capitel figurado, y en el entrearco, entre las arquivoltas y el intradós aparecen dos figuras que representan la Anunciación, la Virgen y un arcángel. Remata el conjunto la cornisa bajo el pórtico, con puntas de diamante sobre canecillos decorados con cabezas. Este tipo de decoración se repite en otros canecillos y modillones tanto al exterior como al interior. Los vanos en la parte renacentista son circulares, tipo óculo, con tracería interna de motivos geométricos circulares, mientras que en la parte primitiva existen vanos apuntados, uno de ellos geminado, mientras que el resto se asemejan a saeteras. Su muro oeste presenta espadaña con hastial y doble arcada de medio punto para campanas, arcos que se repiten en la parte baja de ese lienzo pero cegados. Al sur aparece un pequeño huso ochavado que contiene la escalinata para acceder al campanario. Contiene un interesante mobiliario, destacando el retablo del altar mayor, un magnífico ejemplar renacentista de la primera mitad del siglo XVI que ocupa todo el ábside adaptándose al contorno apuntado de éste. Sobre el sotabanco incorpora un primer cuerpo a modo de predela con tres luces de medio punto, la central para el sagrario, en él que se desarrolla el mismo tipo de casas adinteladas que recorren sus cinco pisos y siete calles. Es uniforme en toda su estructura, solo rota por la calle central corrida que llega hasta el ático y por la reducción piramidal de su parte alta para ocupar el testero. En cuanto a la iconografía se pueden diferenciar dos tipos, una de tipo vegetal, presente en los contornos de las casas, y bordeando el conjunto, en la que incluiríamos las veneras que ocupan la parte exterior del casamento; y la figurativa, que se desarrolla entre el bajo relieve que representa diferentes escenas de la vida de Jesús en las casas y la escultura exenta que aparece en el cuerpo corrido de la parte central con una Andra Mari con el Niño románica, una Anunciación y un Calvario en el ático. Además otros cuatro retablos menores de estilo barroco con predela decorada, un cuerpo y ático se adosan dos a dos a los lados del templo: retablo de San José, con imágenes de San José con el Niño y Santo Domingo de Guzmán; retablo de la Inmaculada, imaginería de la Inmaculada y la Virgen coronada por dos obispos; retablo de San Miguel, que presenta tallas de San Miguel y San Pedro; y retablo de Santa Lucía, en este caso aparecen la citada santa y una mártir desconocida por la ausencia de atributo. Los cuatro ejemplares se documentan entre 1660 y 1666.

Junto a la iglesia de Andra Mari y desplazado de su emplazamiento original permanece un calvario, de entre los siglo XVII y XVIII y que contienen los elementos típicos de este tipo de estructuras, con tres cruces, las laterales en forma de T y más austeras que la central, de tamaño superior y decorada con repertorio iconográfico relativo a la pasión (corona de espinas, escalera, columna de flagelación, cáliz, un gallo, etc.).

El cementerio de Galdakao fue construido en 1904 y lo más destacado es la portada, un original diseño en el que el acceso en dintel con jambas inclinadas se inscribe dentro de un circulo de sillar de doble rosca en el que aparece una inscripción referente al lugar y un remate a modo de cruz en su parte exterior. La clave central del dintel se decora con un escudo y la puerta cerrada con rejería contiene la fecha de su construcción. Interiormente se distribuye con capilla central, calles para los panteones, zona de nichos, etc.

También cercanos a la iglesia hay dos caseríos de cierta entidad. Por un lado estaría Etxebarria-Rekalde, muy remodelado pero con cierto interés por su soportal con doble arco carpanel y otro ingreso en medio punto o el blasón armero de los apellidos que le dan nombre; y Sagarminaga-Artetxe, de tipo neoclásico, cubierto a dos aguas y con balcón corrido en sus pisos altos. La casa-cural es interesante como edificio de tipo arratiano, con patín de acceso al piso alto, aunque contiene detalles que la hacen desviarse un tanto del típico caserío de esta tipología, como su planta un tanto compleja. Por lo demás se cubre a dos aguas, es de mampuesto y su estructura de madera le aporta una cronología relativamente antigua si bien ya tenemos noticias documentales desde 1695.

Manu CASTAÑO GARCÍA (2007)