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Eibar

Título de NOBLE y LEAL VILLA. El escudo de armas de que usa es en campo de oro una imagen del apóstol San Andrés con la aspa roja; sobre el yelmo un volante azul con letras de oro, expresando el nombre de ella.

Casas solares. Eibar fue en otros tiempos rico en casas-torres o palaciegas. Gorosábel, en su Diccionario Histórico de Guipúzcoa (Tolosa, 1862), al describir esta villa decía que "adórnanle varios edificios suntuosos pertenecientes a títulos de Castilla y otros caballeros, siendo los más notables los de Urquizu, Unzueta, Inarra, Ulzaga, Isasi, Mallea, Elijalde y Larreátegui". Y, éstas no eran todas las existentes, pues a ellas habría que añadirle entendiendo Inarra por Aldatse, y dejando aparte-, la torre de Eguiguren (Eguren), Unzeta, Zumarán (Indianokua) y Sagarteguieta cuando menos. Algunas de estas casas desaparecieron en el incendio de 1794, durante la guerra de la Convención, otras con el plan de urbanización del arquitecto Cortázar entre 1899 y 1901 (la torre Unzaga de los Orbea, el palacio de Mallea sito en Unzaga y Errege-etxea que perteneció a los Bustindui), y en la última guerra civil otro palacio Mallea que radicaba entre Barrenkale y Hospital-Ziarra y que su escudo se conserva en el museo San Telmo, más la torre Kontadorekua, donde nació el pintor Zuloaga. Pero lo más bochornoso de todo fue la demolición de Indianokua en 1952, y total, para levantar casas de siete pisos encuadradas en la misma planta, sin ningún objeto de mejora urbanística. Con lo bien que a Eibar le hubiera ido allí una casa de cultura. Hoy, las únicas casas que se conservan, son: Unzueta (Jáuregui), Isasi, Aldatse, Unzeta, Sagarteguieta y Eguiguren (Eguren). Las tres primeras convertidas en colegios de enseñanza y las otras tres en caseríos. De las mismas trataremos a continuación.

La Casa-Torre de Unzueta

Por Jáuregui, que en vascuence quiere decir Palacio, hemos conocido el actual colegio de los Hermanos de las Escuelas Cristianas (HH. de la Salle) en Azitain. Que su nombre auténtico es Unzueta-ko Jauregia (Palacio de Unzueta). La actual casa palaciega debe ser del siglo XVII, pero se asienta sobre las bases de una antigua torre, y aún conserva las rendijas horizontales que le sirvieron de defensa. Los Unzueta eran una de las familias de los parientes mayores del bando oñacino. Y sus enemigos inmediatos fueron los Olaso de Elgoibar que encabezaban a los gamboínos. Las primeras noticias de Eibar están unidas a las de esta casa. Iturriza, al tratar de Cenarruza en su Historia General de Vizcaya, recoge una transcripción de la Crónica de Ibargüen- Cachopin: "Don Celinos pariente cercano del Rey de Navarra, que vino en casamiento a la Casa de Unzueta de Eibar reedificada por el año de 1193 hizo ofrenda a dicha iglesia de Cenarruza de 24 vacas por ensalzarla, y adquirir honra". Dato en que coincide Lope García de Salazar al mencionar el origen del linaje Unzueta. Si los Unzueta estaban entroncados al reino de Navarra, no nos debe entrañar que no fueran gratos para el rey de Castilla en las discordias que siguieron entre ambos reinados después del suceso de Peñalén (1076). El patronato de la iglesia de San Andrés Apóstol de Eibar fue a parar a manos de Juan López de Gamboa, señor de la casa Olaso de Elgóibar, en 1267, por mandato de Alfonso X, El Sabio, de Castilla, de quien a nadie se nos oculta que a lo largo de su reinado aspiró a la corona de Navarra. A los diez años justos en 1277 Alfonso X en persona puso cerco a la torre de Unzueta. No consta en las Crónicas de los reyes de Castilla, pero se sabe por el visto bueno o refrendo dado a los privilegios que el Señor de Vizcaya concedió a la villa de Bermeo. Su hijo Sancho IV de Castilla, Sancho el Bravo, en 1288, "envió á Vizcaya á D. Diego López de Salcedo, é tomóla, salvo un castillo que dicen Unzueta, que se tovo, é mandólo cercar é combatir con engeños" (Crónicas, cap. V). Sin aludir a las razones que le indujeron a tal cerco. Ambos cercos los cita Lope García de Salazar en Las Bienandanzas e Fortunas.

En 1390, el antes citado Juan López de Gamboa, señor de Olaso, con la colaboración de los gamboínos de Ybargoen de Durango, cercó la torre de Unzueta. Acudieron en auxilio los de Butrón y pelearon en el cerro de Akondia, donde mataron a Juan de Ybargoen y salieron derrotados los gamboinos. Dicha batalla la conmemoraban con una canción que comenzaba por: "Acundia lejar (...) ga lejarbaga", según las crónicas de Ibargüen-Cachopin. Este hecho comentamos en KEZKA de febrero de 1972, p. 37. El sucesor de la casa de Olaso, Fernando de Gamboa, se vengó en 1420 al incendiar, de noche y por sorpresa, la torre de Unzueta, con doce hombres dentro. Hecho que trajo consigo una cadena de luchas y matanzas entre ambas familias. A los dos años, Fernando de Gamboa, con todo el poder de los gamboinos, a los que acompañaban un corregidor del rey de Castilla, volvió a poner cerco a la torre. Pero Gonzalo de Butrón y Juan de Múgica, con sus hijos, se apresuraron en reunir a los suyos para socorrer a los de Unzueta, y volvieron a derrotar a los gamboínos en el mismo cerro de Akondia. Descripción más detallada de estas luchas la di en mi trabajo El Solar de Unzueta y su participación en el bando oñacino. En el Boletín de la Real Sociedad Vascongada de los Amigos del País, XVII (1961), pp. 377-389. La Colegiata de Cenarruza fue la parroquia de los parientes mayores de la parcialidad oñacina y allá se conserva aún, aunque de época ya apaciguada de aquellas guerras fratricidas, una lauda con el escudo de los Unzueta con una orla que abarca todo el contorno de la lápida sepulcral que forman escudo, yelmo y demás atributos, la cual reza: "Mandó poner el Contador Pedro de Ybarra , Señor de Unzueta, 1544". Del casamiento de este Ibarra con Ana de Unzueta son los escudos que se hallan en el jardín del palacio, formando parte de un muro de contención de una escalera. Descendientes de esta familia eran los Caballeros de la Orden de Santiago, Pedro de Unzueta y Arrizabalaga, que ingresó en dicha orden en 1622, y que fue alcalde de Eibar en 1650, y Francisco Domingo de Unzueta, que ingresó en 1633. Los retratos de ambos personajes se conservan en la cabecera de la escalera principal del Ayuntamiento. Uno de los retratos es obra de Diricksen. En la misma época y de la misma familia, Juan de Unzueta ingresó en la Orden de Calatrava, en 1648. Gregorio de Múgica hace suponer que en tiempos la ermita de Azitain fue del patronazgo de los Unzueta. Las armas de los Unzueta, son: en campo de oro un árbol de sinople y atravesados a su tronco tres lobos de sable cebados. Hordura de gules con nueve sotueres de oro y entre éstos la siguiente leyenda interpolada: todos magnánimos.

Palacio de Isasi, "Markeskua"

La casa-torre de Isasi "Markeskua", data cuando menos de mediados del siglo XVI. Los señores de esta casa, Martín López de Isasi y Domenja de Orbea, decidieron en 1593 fundar el Convento de Monjas de la Concepción Franciscana, obra llevada a cabo en tiempos del hijo heredero Antonio de Isasi y Orbea, quien contrató al arquitecto Miguel de Aramburu y para el retablo al escultor Gregorio Fernández. El convento se incendió en la última guerra civil y sus ruinas hemos conocido hasta nuestros días. El heredero Antonio de Isasi se casó con una hija de los Idiáquez de Tolosa. Fruto de cuyo matrimonio fue Juan de Isasi, que nació en Eibar el día de San Pedro de 1581. Este fue ayo del rey Felipe IV. Pues así reza su nombramiento: "El Rey D. Juan de Isasi Idiáquez, el Conde-Duque os entregará un muchacho, en cuya educación virtuosa espero me serviréis la confianza grande que he hecho de vuestra persona, y en todo guardaréis las órdenes del Conde, con la puntualidad que de vos espero. Fecho en Madrid a 1.° de junio de 1630. Yo el Rey". La muerte de este Infante, Francisco Fernando, acaeció en el palacio de Isasi el 11 de marzo de 1634. Su cadáver fue depositado en un ataúd forrado de terciopelo negro, en la iglesia de la Concepción del palacio de Isasi, y el sábado santo del mismo año salieron sus restos hacia el Monasterio del Escorial. Del mismo modo se ocupó también de la educación del Príncipe Baltasar Carlos, quien vivió en su palacio de Isasi. A mediados del siglo pasado, un incendio ocasionó grandes destrozos en este palacio, y en el mismo se perdió el retrato del Infante Francisco Fernando, en traje de cazador con la escopeta en la mano y un perro al lado, que debía ser obra de Velázquez. Descendientes de esta casa-torre de Isasi fueron los coroneles nombrados por la provincia para acaudillar las fuerzas guipuzcoanas contra los franceses: Diego de Sarmiento Isasi, en 1634; Domingo Tomás de Isasi, en 1681, y el Marqués de Santa Cruz, en 1794. El palacio de Isasi ha albergado en más de una ocasión a miembros de la familia real. Además de las estancias de los hijos de Felipe IV, podemos citar las visitas siguientes: el año de 1865 fu visitado el palacio por la Reina Isabel II y el verano de 1887 estuvo en él la reina D.ª María Cristina; el 10 de julio de 1905 el rey Alfonso XIII, con objeto de saludar en su casa a la señora marquesa de Isasi, y en setiembre de 1908 fue objeto de idéntica distinción por parte de la reina D.ª Victoria. El palacio remozado a mediados del siglo pasado, tras el incendio, conserva aún algunos rasgos del estilo renacentista, con un hermoso escudo del siglo XVI en su fachada principal. ARMAS: Las primitivas de la torre de Isasi, debieron ser: de oro, con un árbol de sinople, y dos lobos de sable atravesados al tronco. Sobre la copa del árbol, una estrella azul. Así las trajeron primeramente los Isasi, de Eibar. Ahora la casa de este linaje en Eibar, ostenta un escudo partido que contiene, en su primera partición, un castillo, y en la segunda, un árbol con tres lobos pasantes, atravesados al tronco, y surmontando la copa del árbol, una panela entre dos estrellas. Bordura con cadena de muchos eslabones. Según testimonian los hermanos García Carraffa.

Palacio de Aldatse

El palacio de Aldatse, que en documentos de la época figura como Aldatsa, es una construcción barroca de grandes proporciones, sobria y con un hermoso escudo de los Inarra, copiosamente orlado con sirenas a ambos lados y en la cabecera un casco de donde arranca un brazo empuñando una espada. E. Urroz en su Historial de la Virgen de Arrate, p. 43, entre las donaciones hechas a este Santuario, cita a Francisco de Elexalde como señor de la casa solar de Aldatse en 1577; según extrajo de un "Estudio" de D. Silverio de Echeverría. No nos atrevemos a confirmar este dato, puesto que no hemos podido hallar esas fuentes, pero es muy posible que al finalizar el siglo XVI la mencionada casa solar pasara a la familia Inarra, pues consta que el actual palacio fue reedificado por Juan López de Inarra, el viejo, a comienzos del XVII. La monografía de G. de Múgica y el escudo que aún ostenta la casa palaciega demuestran la pertenencia a la familia Inarra o Iñarra. De igual modo coinciden los hermanos García Carraffa en su obra de heráldica. Los Elexalde de Eibar eran oriundos de Arbulu de Alava y los Inarra del caserío de Eibar que hoy conocemos por Iñane. Apellido que ha dado relevantes personalidades en la historia de la villa. Martín de Inarra, escultor-manobrero que en colaboración de Gabriel de Ubilla hizo la bonita puerta plateresca de la parroquia de San Andrés, terminada en 1540; puerta que actualmente se sitúa dentro del nuevo claustro. Lope de Inarra fue escribano de la villa entre los años 1567 y 1574. Y varios Inarra ocuparon el cargo de alcalde desde 1601. El primero de ellos, Juan de Inarra, es muy posible que fuera Inarra el viejo que reedificó el palacio. El linaje de los Inarra de este palacio de Aldatsa, que en documentos antiguos se lee Inarra y que con el tiempo ha derivado a Iñarra, empieza con Juan López de Inarra y Malka, el viejo, que se casó con Catalina de Isasi e Idiaquez (hija del palacio de Isasi, hermana de Juan de Isasi, ayo de Felipe IV, el cardenal conde de Pie de Concha) y reedificó la torre de Aldatsa. Su hijo Juan López de Iñarra e Isasi, que ingresó en la Orden de Caballeros de Santiago en 1630, heredó la torre de Aldatse; fue además alcalde de la villa en los años 1626 y 1631, y se casó en 1632 con una prima suya (hijos de madres hermanas), Mariana de Atodo e Isasi. Hija de Bernardo de Atodo, de la villa de Tolosa, Caballero de la Orden de Santiago y gentilhombre de la boca y llave de su Majestad, cuya esposa era la eibarresa Mariana de Isasi e Idiáquez.

Según el Compendio Historial de Guipúzcoa, de Lope de Isasti, escrito en 1625, había en Eibar dos casas Inarra, la una con tres mil ducados de renta y la otra con mil. Juan López de Inarra e Isasi tuvo dos hermanos (llamados Martín y Pedro). El primero se ocupó en la secretaria de Felipe IV y en la de la cámara del Infante Cardenal; por su generosidad hizo que en Eibar se casaran todos los años dos doncellas con cien ducados de renta cada una, y se fundasen dos capellanías con idéntica asignación; el segundo fue arcediano de Guadalajara y tesorero, chantre o cantor, y abad de Santa Leocadia en la iglesia de Toledo, y fue quien donó a la parroquia de San Andrés la colección de cantorales en 1673. Juan López de Inarra e Isasi, que heredó el palacio de Aldatse, tuvo por primogénito a Francisco Fernando de Inarra y Atodo e Isasi, bautizado en 1633, siendo apadrinado por el Infante Cardenal, hijo natural de Felipe IV, quien le adornó con las honrosas denominaciones de gentilhombre de la boca del Rey; heredó la casa de Aldatse, fue como su padre Caballero de la Orden de Santiago, y llegó a coronel de la provincia de Gipuzkoa y diputado de la misma en 1660. Los Inarra o Iñarra de Aldatsa, según García Carraffa, llevan por armas: Partido: 1.°, un arbusto, o brezo, en vascuence inarra, que la impericia convirtió luego en roble, y 2.°, una oveja. Bordura de doce sotueres y letras interpoladas, que dicen: "Debellare superbos parcere victis". Se desconocen los esmaltes. La descripción no es exactamente igual a la del escudo que lleva el palacio. Este lleva el brezo en forma de árbol o arbusto, con una oveja pasante guardante, en el cantón diestro de la punta un lobo levantado y en el cantón siniestro de la punta un lobo muerto con las patas hacia arriba. Bordura de tres sotueres y letras interpoladas, donde leemos: "Parcere subiectis et debellare".

Casa-palaciega Sagarteguieta

Nuestro propósito de ir enumerando las casas-torres de Eibar abarca también, como se ha hecho por la Diputación en el resto de la provincia, a las casas-. palaciegas. Pues en realidad, en la mayoría de los casos, ésta es la continuidad de aquélla. En muchos casos hasta la construcción de las casas es mixta o evolucionada de la casa-torre a la casa-palaciega. Sagarteguieta, vulgarmente conocida por Sartei, es una casa-palaciega que radica en Mátzaga, en la vertiente de Arrate. Es de estilo neoclásico, del siglo XVIII. Muy probablemente sería construida sobre otra casa anterior, probablemente de las que llamamos caserío. Sagarteguieta es apellido originario del mismo Eibar. Desde antaño estuvo extendido en Eibar y Elgóibar. La casa ostenta un escudo del mismo apellido. Al pie del escudo reza: SOY SAGARTEGUIETA. Y, más abajo, sobre el dintel del balconado, dice: VINCULADA EN 13 DE MAIO DE 1655 Y CORROBORADA EN 23 DE MAIO DE 1765. Como era costumbre a mediados del siglo XVII, por esta comarca, hicieron un certificado de armas de su apellido, que a juzgar por el casco que lleva encima en posición hacia la derecha señala su proceder nobiliario. Estos certificados en manuscritos son bastante frecuentes en nuestros caseríos. La corroboración quizá se deba a la pérdida del original. También cabe la posibilidad de un incendio tras lo cual se edificó la casa neoclásica que hoy existe.