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DONAMARTIRI

Cueva de Haristoi o de Oxocelhaya. En curso la excavación del yacimiento arqueológico depositado en la desembocadura de la cueva, G. Laplace descubrió en julio de 1955 diversas figuras (pintadas en negro y grabadas) en una galería del interior. La publicación más extensa aparecida hasta ahora sobre esas representaciones la hizo S. de Saint-Périer en 1968, utilizando algunos calcos efectuados por A. Glory: cuyos detalles e interpretaciones deben ser parcialmente corregidos. Desde 1970 G. Laplace e I. Barandiarán han desarrollado varias sesiones de estudio del conjunto de figuras de esta zona precisando la clasificación de los temas y las técnicas empleadas. Las figuras de ese primer conjunto de Haristoi se concentran en una galería estrecha y larga, mayoritariamente en hilera sobre una no extensa superficie de pared. Unas fueron grabadas finamente, con un surco que -por la dureza del soporte, caliza-marmórea- apenas incide la roca pero que se percibe como una fina línea de tono algo más claro que el del fondo: de modo que son más rascados someros que surcos reales, acaso ejecutados con un instrumento de piedra. Las pinturas se hicieron en negro, quizá con un carbón (de madera o de hueso). Las figuras existentes en esta zona son: tres caballos grandes en fila, grabados (el mayor, el central, mide más de 1,5 metros de longitud) y restos de un cuarto (sólo se grabó su línea dorsal); una maraña difícil de trazos grabados (donde Glory y Saint-Périer quisieron leer la cabeza de un ave); dos caballos pequeños pintados en negro (uno casi completo, el otro sólo con cabeza); un bisonte de tamaño mediano, pintado parcialmente en negro y dispuesto en vertical para aprovecharse de un contorno natural de la roca que sugiere parte de su zona dorsal; una pequeña cierva grabada; y otros signos -puntuaciones, figura cerrada- dispersos. En frente de ese panel de pared hay algunas trazas muy borrosas de pintura roja. Y a no mucha distancia de ahí diversos rasgos trazados sobre pared descalcificada. En el segundo conjunto de Haristoi J.D. Larribau ha identificado veintiuna figuras, de las que ha sido publicado un informe preliminar en el Boletín de la Sociedad Prehistórica Francesa de 1982. Varias de ellas se concentran en un gran panel de una sala bastante distante del conjunto que descubrió Laplace. En la cita de Larribau destaca una zona amplia cubierta de trazos digitales sobre la arcilla («maccaroni»), huellas diversas de dedadas, una probable máscara antropomórfica, un bisonte grabado,... De especial interés es una figura algo mayor de caballo completo, cuidadosamente detallado mediante grabados y raspados en ojo, pelaje, crines,... Sus líneas de despiece en cara, cuello y parte del dorso han sido interpretadas provisionalmente como alusivas a una probable domesticación del animal, por sugerir los arneses y cabezal que lo ataran: la cuestión hacer revivir viejas hipótesis de prehistoriadores del Pirineo (así E. Piette en el último cuarto del XIX), incide en posiciones críticas muy recientes (P.G. Bahn) y ha suscitado, como es evidente, la atención de los diarios (le «Sud-Ouest» o «Egin», entre otros, dieron la noticia con especial énfasis en la primavera de 1984). Pero es, a fin de cuentas, una sugerencia que habrá de ser cuidadosamente contrastada. El estilo de las figuras pintadas y grabadas del conjunto primero de Haristoi y el de este caballo del segundo encaja bien en el del Magdaleniense Medio a Superior. (Referencias publicadas provisionales: S. de Saint-Périer 1968 para el conjunto primero; J.D. Larribau 1982 para el segundo).

Ignacio BARANDIARAN MAESTU