Sociedad comercial que se estableció en la villa guipuzcoana de Getaria con el objeto de beneficiar la salazón de la sardina. La primera noticia que tenemos de ella nos la facilita una carta de la villa de Getaria a las Juntas Generales de la Provincia de 1764, en la que se proyecta el establecimiento de dicha compañía, a la espera de la aprobación real. Sabemos también que la Provincia acogió favorablemente el nuevo plan, patrocinándolo ante el Real Consejo, y que la aprobación real no se hizo esperar, comprando el rey cinco acciones de la misma (1764-1765).
En 1770 las Juntas escribieron al ministro de Hacienda, encargándole dispusiese de ciento cincuenta pesos pertenecientes a S. M. en los repartos de la Compañía. No debieron de irle demasiado bien las cosas a la Sociedad guetariana, que en 1773 se vio en la precisión de escribir a las Juntas de dicho año un memorial en el que D.ª María Josefa de Beldarráin, viuda de D. Juan Lorenzo de Echaves Asur y Romero e hija única de D. José de Beldarráin, directores principales que fueron de la Real Compañía Sardinera de la villa de Guetaria, "hacía presente la imposibilidad en que se hallaba de continuar con la dirección de aquélla, que estaba padeciendo gastos inútiles de almacenes y otros, y se hallaba en la precisión de suplicar a la Junta se sirviese nombrar de acuerdo con S. M. personas de su satisfacción para la recepción de las cuentas, que deseaba dar por todo el mes del próximo septiembre, y en vista de ellas nombrar sucesores a sus difuntos padre y marido, o determinar la continuación o extinción de dicha Real Compañía" (Registro de Juntas Generales de Guipúzcoa, de 1 y73, p. 45).
No hemos logrado saber la suerte que corrió posteriormente la compañía guetariana. En El guipuzcoano instruido, de Domingo Ignacio de Egaña, p. III, hallamos, de todas formas, que en 1777 se encargó el reconocimiento y censura de las cuentas de la Compañía y su presentación al señor Diputado General.
Koldo LARRAÑAGA
En 1770 las Juntas escribieron al ministro de Hacienda, encargándole dispusiese de ciento cincuenta pesos pertenecientes a S. M. en los repartos de la Compañía. No debieron de irle demasiado bien las cosas a la Sociedad guetariana, que en 1773 se vio en la precisión de escribir a las Juntas de dicho año un memorial en el que D.ª María Josefa de Beldarráin, viuda de D. Juan Lorenzo de Echaves Asur y Romero e hija única de D. José de Beldarráin, directores principales que fueron de la Real Compañía Sardinera de la villa de Guetaria, "hacía presente la imposibilidad en que se hallaba de continuar con la dirección de aquélla, que estaba padeciendo gastos inútiles de almacenes y otros, y se hallaba en la precisión de suplicar a la Junta se sirviese nombrar de acuerdo con S. M. personas de su satisfacción para la recepción de las cuentas, que deseaba dar por todo el mes del próximo septiembre, y en vista de ellas nombrar sucesores a sus difuntos padre y marido, o determinar la continuación o extinción de dicha Real Compañía" (Registro de Juntas Generales de Guipúzcoa, de 1 y73, p. 45).
No hemos logrado saber la suerte que corrió posteriormente la compañía guetariana. En El guipuzcoano instruido, de Domingo Ignacio de Egaña, p. III, hallamos, de todas formas, que en 1777 se encargó el reconocimiento y censura de las cuentas de la Compañía y su presentación al señor Diputado General.
Koldo LARRAÑAGA