Concepto

Calendario

Se han venido publicando desde 1571 tanto en lengua vasca como en español y francés, pero el primero del que se tiene noticia es el Kalendrera, bazko noiz daten, ilhargvi berriaren eta letra. Dominicalaren eçagutzeco manerarequin. Su autor es el conocido escritor euskérico Leizarraga. Se imprimió en La Rochelle, el año 1571 (mil quinientos setenta y uno). Los almanaques euskéricos se siguen publicando durante todo el siglo XIX casi sin interrupción.

Los calendarios abundan ya desde mediados de siglo tanto en francés como en castellano, además de los euskéricos. Los franceses son más antiguos que los en lengua castellana. En 1805 se publica en Bayona el Calendrier liturgique pour l'usage du Bréviaire et Missel de l'ancien diocése de Bayonne...; en 1807, el Calendrier du Département des Basses-Pyrénées pour l'an VII, impreso en Pau durante 21 años consecutivos; en 1908, el Calendrier liturgique Romain et Parisien.., impreso por orden del obispo de Bayona; en 1817, el Calendario para el Reyno de Navarra, Pamplona, 1817-1854 y luego continuado por el Calendario del antiguo Reyno de Navarra. El año 1820 las Cortes de Navarra conceden la exclusiva para la publicación del Calendario de 1822, que se imprime en Pamplona.

Una novedad importante se da en 1825 ya que aparece el primer Calendario para las Provincias de Vizcaya, Guipúzcoa y Álava, impreso en Valladolid. En 1836 en clima de represión foral se incorpora Navarra en el Calendario para el Reyno de Navarra, Señorío de Vizcaya, y provincias de Álava y Guipúzcoa. Se imprimió todos los años en Oñate, desde 1836 hasta 1839, año de la abolición foral. En 1840 publicó un Calendario el propio Gobierno carlista. En 1858, consumada ya la primera abolición foral la enumeración de provincias vascas se refunde en el título del Calendario Vasco-Navarro, Instructivo y económico, impreso en Bilbao por Juan E. Delmas, denominación que se reafirma en el Calendario Vasco-Navarro para 1879, poco después de la abolición total de los fueros en 1876. Se imprime en Bilbao hasta 1881. El tipo de calendario de pared, con taco de hojas para todos los días del año, ha tenido siempre más éxito, destacándose el de Aránzazu, en euskera y otros editados en la Editorial López de Tolosa y en la imprenta Laharrague, de Bayona. Los calendarios de pared con hoja para cada mes, trimestre o año completo han proliferado hasta tal punto que hoy cualquier empresa mercantil o instituciones de ahorro los publica y regala a título de propaganda.