Concepto

Biribilketa - Pasacalles - Kalejira

Esta estructura tan sencilla puede quizá explicar por qué tenemos tan pocas referencias antiguas sobre ella. Además se han utilizado para describirla muchos nombres diferentes, sin detallar casi nunca su significado. Quizás la primera referencia clara, como tantas otras veces, nos la de Iztueta (1824:196) en su famoso libro: allí menciona la edate edo carrica-dantza. Según su descripción el alcalde ordena tocarla, y se sale por todas las calles gritando y haciendo irrintzis, saltando y brincando, y junto con ella se servía un almuerzo o refresco.

Sin embargo, la mayor parte de las referencias aparecen en las discusiones y polémicas sobre la danza vasca del siglo XVIII. Se centraban en buena medida en la última parte de la soka-dantza, ya que en ella se hacían culadas y movimientos a mucha velocidad. Fray Bartolomé de Santa Teresa (1816:137), por ejemplo, dice que tanto en este baile como en el pandangua había un gran contacto físico ya en la cara, ya en los brazos, ya en el vientre, ya en el costado. Quizá la descripción de Humboldt (1923:207), hecha en 1801, es más realista, al describir toda clase de chocarrerías, brincos, movimientos indecorosos, pero a los cuales les falta toda sensualidad de estímulo. Con todo, en estas partes se centran la mayor parte de las discusiones y las prohibiciones. Y, por supuesto, las reformas ilustradas.

Esta última parte aparece en las fuentes con diversos nombres, y sus descripciones son muy imprecisas. Larramendi (1882:272), les llamó fugas apresuradas. En otras fuentes -frecuentemente listas de prohibiciones- aparece como arrebato de jigas, el son llamado tafetan o el toque llamado tapatan, alboca o unzurrunzanquetan. Fray Bartolomé de Santa Teresa (1816:137) le llama arin-aringa, aunque no estemos muy seguros de que lo utilice para nombrarla. Iztueta (1824:168) le llama también arin arinca en un momento determinado, y Wilhelm von Humboldt, en su diario (1903:207), menciona que al acabar la soka-dantza se bailaba después del fandango una especie de contradanza inglesa.

La contradanza fue seguramente el baile más usual del siglo XVIII (Burford 1980). Al parecer tuvo su origen en Inglaterra en el siglo XVII, bajo el nombre de country dance, y se expandió por Francia en el siglo XVIII con el nombre de contredanse, aislando al minué en la corte. Su velocidad era muy rápida, tenía ritmo binario, utilizando tanto el compás de 2/4 como el de 6/8. Tanto en un caso como en el otro tenía dos frases cuadradas, la primera de ocho compases y la segunda compuesta de frases también de ocho compases, a menudo comenzando en la parte de arriba del compás. Como se ve, la diferencia no podía ser muy grande con respecto a la actual biribilketa, y no tuvo que ser nada difícil la mezcla entre ambas o al menos la influencia de la contradanza sobre la biribilketa en este momento.

Iztueta, en efecto, en busca siempre del término en vascuence, dice que el nombre antiguo de la contradanza en 6/8 era saltarincho (1824:48). Sin embargo, su posición, como tantas otras veces, no queda nada clara: si por un lado menciona que Hoy en día no se encuentra en Guipúzcoa entre todos los ruidosos tamborileros jóvenes uno sólo que sepa qué es [...] un saltarincho. [...], apenas unas líneas más tarde añade, por ejemplo, que las melodías de contradanza de los turcos son las que traen los tamborileros de ahora.

Es decir, por un lado, se sitúa claramente en contra de la contradanza, citando literalmente a Don Preciso, es decir, a Zamácola, al decir que el propio nombre de oker-dantza [contradanza] dice que es un baile contrario a las danzas antiguas. Estas danzas insulsas y asquerosas, ni dicen ni significan nada (1824:134), y por ello eran uno de aquellos bailes extranjeros y licenciosos que se estaban imponiendo a las danzas vascas. Pero por otro, cuando utiliza el término saltarincho, les llama melodías llegadas hasta nuestros días claras y limpias a través de miles de años (1824:114). Por lo que parece, y como ocurre a menudo en la obra de Iztueta, las ideas y clasificaciones generales no coinciden con las representaciones de la realidad. Y si el término contradanza aparece en el Diccionario Trilingüe de Larramendi de 1745, no encontraremos la voz saltarintxo en ningún otro lugar, y ni siquiera ejemplos en el propio cuaderno de Iztueta y Albéniz de 1826.

Está claro que la velocidad de esa parte era muy alta. Lo que no tenemos tan claro es si se corresponde más o menos con la actual biribilketa o no. Según lo que indican algunas fuentes, podía tratarse de una giga, es decir, una pieza rápida en compás de 6/8 procedente del jig irlandés (Dean-Smith 1980). La giga era bastante conocida por formar parte a menudo de la suite barroca. Pero Trapatán, otro de los nombres que aparece en estas descripciones, es hoy día el nombre de la soka-dantza de Santesteban, y procede precisamente del de esa última parte (Eraso Alduncin 1996). El ritmo de esta melodía es el que antes hemos visto como de porrusalda, es decir, compás de 2/4, pero con ritmo puntillado en las dos partes del compás, y no, como en la mayoría de los arin-arin actuales, sólo en la primera parte. Ese ritmo es también el que presenta el único ejemplo de vizcai dantza del cuaderno de Iztueta. Por si eso fuera poco, hay un momento en el que Iztueta le llama saltarincho o arin-arinca, como si ambos fueran lo mismo (1824:168). En definitiva, los testimonios de esta época no sirven para identificar con claridad si el final de la soka-dantza estaba en 6/8 ó en 2/4, o, dicho de otra manera, si se parecía más a la actual biribilketa o al actual arin-arin. En cualquier caso, nos encontramos con dos ritmos bastante similares entre sí.