Concepto

Autrigones

La estrecha franja que discurre entre el Atlántico y la Meseta con límite por el este en el río Nervión y por el oeste en el territorio de los cántabros cuenta con una serie de yacimientos de habitación relevantes, algunos de ellos excavados o en curso de excavación que nos acercan a los habitantes que ocupan esta área. Igualmente disponemos de datos correspondientes a una ocupación en cueva en la que se han realizado trabajos de campo: Arenaza (Galdames).

Entre los recintos fortificados destacan por los datos proporcionados Los Castros de Lastra (Karanka) en la vertiente mediterránea y El Cerco de Bolunburu (Zalla) en la atlántica. Ambos recintos, junto a otros, ofrecen abundante información relativa a las formas de vida de los autrigones, semejantes por otra parte a las de los territorios vecinos.

Los restos de las viviendas en el recinto alavés muestran una arquitectura de planta rectangular y considerables dimensiones, siendo las del poblado vizcaíno de planta angulosa aunque de menores dimensiones y ubicándose, al menos algunas de ellas, adosadas a la muralla.

La situación estratégica y la importancia dada a los sistemas defensivos son evidentes en ambos yacimientos. Así, el primero cuenta con una muralla levantada con lajas colocadas a canto seco sobre una zapata corrida; las dimensiones de en torno a los 980 m de desarrollo rodeando a la totalidad del poblado, con una anchura de cinco metros y una altura de cuatro, dan una idea del esfuerzo realizado en esta obra. En el caso del segundo poblado la muralla, de entre tres y cuatro metros de anchura, afecta tan solo a las zonas más accesibles al lugar, careciendo de ella en la zona septentrional debido a la existencia de un fuerte escarpe natural; se ha localizado el acceso al poblado definido por dos anillos defensivos no convergentes que delimitan el corredor de entrada culminando uno de ellos en un baluarte de contorno anguloso.

Los materiales recuperados aportan información sobre las diferentes tecnologías aplicadas predominando entre los mismos en el poblado de Los Castros de Lastra los restos cerámicos fabricados a mano con variadas decoraciones además de cerámicas a torno, en ocasiones pintadas. Son igualmente frecuentes los objetos metálicos tanto de bronce (láminas, aros, agujas, fíbulas, pulseras, anillos, cuentas de collar, botones, alfileres, colgantes y cadenas) como de hierro (placas, clavos, fíbulas, regatones, punzones, cinceles, pinzas, cuchillos y grapas) correspondientes en algunos casos a la Primera Edad del Hierro y en otros a la Segunda. Los restos de escoria documentan la actividad metalúrgica en el lugar. Se han hallado también cuentas de vidrio. Algunos molinos, tanto barquiformes como circulares, nos ponen en relación con las formas de alimentación de estas gentes centradas tanto en la agricultura representada sobre todo por abundantes restos carbonizados de gramíneas cultivadas y herramientas de hierro, como de la ganadería, con frecuentes restos de fauna doméstica.

La actividad comercial, probablemente relacionada con zonas quizás no muy lejanas, queda patente de forma clara en el poblado de Bolunburu en el que se fabrica un elevado número de molinos de piedra aprovechando la materia prima disponible en el lugar, tal como han documentado los trabajos de campo realizados en este enclave.

  • CEPEDA, J.J. "Bolunburuko El Cerco kastroa/Castro de El Cerco de Bolunburu". Arkeoikuska. Vitoria-Gasteiz: Eusko Jaurlaritza, 2009-2011.
  • SANTOS, J., EMBORUJO, A.; ORTIZ DE URBINA, E. "Reconstrucción paleogeográfica de autrigones, caristios y várdulos". Complutum 2-3, 449-467. Madrid, 1992.
  • SERNA, M.L.; MARTÍNEZ, A.; FERNÁNDEZ, V. Castros y castra en Cantabria. Fortificaciones desde los orígenes de la Edad del Hierro en las guerras con Roma. Cantabria: Ed. Acanto, 2010.