Periodistas

Arregi Aranburu, Rikardo

Escritor, periodista y promotor cultural vasco. Impulsor del euskara unificado y precursor del movimiento de alfabetización y euskaldunización de adultos. Nació en Andoain el 22 de septiembre de 1942 y falleció a los 27 años de edad en un accidente de tráfico el 10 de julio de 1969.

Rikardo Arregi acudió con tres años a la escuela de Sasierrota, y entre 1945 y 1951 estudió en La Salle. Con once años, entró en el seminario, primero estuvo en Saturrarán, y después en San Sebastián; duró diez años, justo hasta terminar sus estudios de Filosofía, en 1962. Dejó el seminario, preparó los exámenes de bachillerato oficial, los aprobó y se matriculó en Ciencias Económicas en Bilbao.

Con 20 años comenzó su andadura en la política clandestina, y en 1964 fue detenido, acusado de pertenencia a EGI y encarcelado por cuatro meses en la cárcel de Martutene. En aquel mismo año fue nombrado miembro correspondiente de la Academia de la Lengua Vasca.

Para entonces ya había puesto en marcha su faceta de escritor; en 1963 comenzó a publicar sus trabajos en las revistas Zeruko Argia, Anaitasuna o Jakin; fueron más de 300 artículos, y la mayoría en las secciones "Erriak eta Gizonak" y "Nazio arteko unea" de Zeruko Argia. Fue impulsor de la sección "Gazte Naiz", en la misma revista. Sobre todo trataban temas internacionales y de política.

En 1965 le otorgaron el Premio Lauaxeta, nombrándole el mejor articulista del año.

También escribió numerosos ensayos, y los publicó en la revista Jakin; algunos estos títulos fueron, Balmes eta Kant, jakinduriaren asieran (1961), Politika estrukturak Europear alkartasunean (1965), Sozialismoa modan dago (1967), Ezkerti berriak (1967) Euskaltzaleen Jainkoa hil behar dugu (1967), y Eguzkialdeko haize horiek (1969).

Poco después de su fallecimiento, en octubre de 1969, la editorial Lur publicó el libro Politikaren atarian. Con motivo de la publicación del libro, Martin Ugalde escribió el 7 de diciembre del mismo año lo siguiente en Zeruko Argia:

"Se pone claramente de manifiesto la dificultad de llenar los vacíos de su pueblo y como él lo llamaba, la desesperación "santificada" de la inquietud.

(...) Veía claramente tanto los defectos y como los desechos que rebosaban de Euskalerria. Eso impulsaba a este inteligente joven a trabajar, pero también le llevaba al enfado; habrá numerosas personas en el infierno del ser humano y del diablo que nunca hayan sentido enfado, y muchos que estén enfadados en el cielo de Dios y de nuestros trabajos vecinales. Esa fuerza suya legitimaba los errores que podría haber cometido; ¡si los demás tuviésemos tantos!"

Dejó sin terminar tres ensayos: Marxismoari sarrera; Balioaren eta plusbalioaren teoria; y Ezin etsi. Este último lo adaptó Joan Mari Torrealdai y fue publicado en 1972 bajo el título Herriaren lekuko. También se publicó después de haber fallecido, Aspectos de la vida e historia de Andoain (Caja de Ahorros Municipal de San Sebastián, 1970).

En general, Arregi era un pensador, y en el trabajo que realizó Patxi Baztarrika para la obra Bidegileak, apuntaba lo siguiente:

"Vivía sus tres "crisis" (la fe, el marxismo o socialismo y el nacionalismo) escapando de la ortodoxia y la dogma."

Y prosigue:

"Según Joseba Arregi, hermano y estudioso de las obras de Rikardo, 'el camino encontrado por Rikardo para superar sus crisis fue la libertad: todas sus crisis terminaron en libertad'".

Buen ejemplo de las reflexiones que llevó a cabo sobre sus "crisis" fueron los trabajos Sozialismoa modan dago, Ezkertiar berriak y Euskaltzaleen jainkoa hil behar dugu.

Rikardo Arregi labró su faceta de periodista escribiendo en euskara en una época que pocos lo hacían, tratando temas internacionales, o escribiendo sobre economía o política. Utilizaba un euskara fluido y fácil, o como A. Lertxundi escribió en Jakin en 1979, "intentó buscarle funcionalidad al euskara".

Pero Rikardo Arregi también era consciente de la necesidad de alfabetización entre los vascos; aunque muchos sabían euskara, no sabían ni escribir ni leer en ese idioma. Junto a otros, pidió a la Euskaltzaindia que crease una sección de alfabetización; se aprobó la propuesta y se dieron así los primeros pasos del movimiento de alfabetización y euskaldunización de adultos. Arregi estuvo a cargo de la organización de la campaña, y definió tres problemas que superar: la falta de un euskara moderno, la necesidad de un euskara unificado y el analfabetismo.

Asimismo, observó otra necesidad relacionada con la alfabetización: la de impulsar la producción de libros en euskara, y estableció tres ejes: libros básicos de divulgación; libros de traducción y ensayos; y obras literarias. Además, creía que los escritores vascos necesitaban una asociación propia, pero Arregi no llegó a ver el nacimiento de Euskal Idazleen Elkartea.

Murió a los 27 años, y han sido muchos las muestras de agradecimiento a su gran labor. Por ejemplo, entre los años 1977-1980 en su pueblo natal hubo una asociación cultural que llevaba su nombre; también utilizaron su nombre para bautizar una calle en 1979; en 1989 le nombraron Hijo Predilecto de Andoain. Desde 1988 se organiza anualmente el Premio Rikardo Arregi de Periodismo.