Urbanismo y construcciones civiles
Arbizu se dispone en el llano, para así realizar, como ocurre en otros pueblos cercanos, un control efectivo del territorio, de la gran vía de comunicación que ponía, y aún pone, en contacto Pamplona y Vitoria. Tiene una orientación Sur-Norte, con la iglesia en un extremo, desde donde arranca una única calle (calle Fernando Urkia), que se bifurca a la altura del antiguo palacio de cabo de armería, que muy posiblemente marcara, en origen, el límite norte del pueblo, creando dos bastiones defensivos en los dos extremos del núcleo urbano. La actual calle Urkia gira aquí hacia el oeste, mientras que la calle Mayor arranca de este punto hacia el norte. Más adelante se encuentra el Ayuntamiento, que forma una placita (Plaza de Euskal Herria), y continúa luego durante largo trecho, con una serie de callejuelas o belenas que se abren a derecha e izquierda (las calles Uhalde, Errekondo, Errota y San Juango).
El caserío está constituido por casas de tamaño no demasiado grande, con dos o tres alturas, que se adosan unas a otras, tienen diseños muy diferentes y pertenecen a muy diversas épocas. De cualquier manera, dicha diversidad, en la que no falta cierta coherencia, por ejemplo en los formatos, le da un aspecto variado y muy rico al conjunto, que además se encuentra en un magnífico estado de conservación. Tomadas una a una, la mayoría de las casas son relativamente modernas, no en vano el pueblo fue incendiado durante la francesada, pero sin duda alguna el verdadero valor del núcleo de Arbizu se halla en su conjunto.
Partiendo de la iglesia nos encontramos enseguida con la embocadura de la calle Urkia, en cuyo primer tramo la casa más reseñable es, sin duda, la torre medieval llamada "Jakaantxa", que fue el palacio de cabo de armería del lugar. Constituye un bloque prismático que en su disposición actual tiene cuatro alturas, y se cubre con un tejado a cuatro vertientes. Está edificado en sillares de buena factura y color crema con vetas rojizas. En su día debió ser un edificio exento, pues sólo así tendría coherencia cualquier estrategia defensiva. El primer piso seguramente fuera ciego en origen, aunque no puede descartarse una puerta de carácter secundario como las que aún se ven en las torres de Olcoz y Arazuri. Este nivel solía reservarse para almacén de aperos o víveres, y debía poder aislarse de los pisos superiores, por razones de seguridad. En el segundo piso se abría una puerta alta, aún visible, a la que se llegaría por un "patín", puente o escalera de madera, que podía ser retirado, desmontado o incluso quemado en caso de un peligro inminente. Aún se aprecian en el muro algunos huecos para la fijación de este patín. La segunda planta solía alternar usos residenciales y defensivos, como demuestra la existencia combinada de puerta alta, ventanas y saeteras defensivas. La puerta se abre mediante un arco apuntado, con la rosca sin moldurar y con ocho largas dovelas que, consecuentemente con su número par, no llevan clave. El escaso apuntamiento y la longitud de las dovelas apuntan al siglo XV como fecha de construcción. Junto a ella, en el mismo hastial, observamos una ventana geminada con arquillos apuntados, que lleva antepecho moldurado y un escudito con guardalluvias encima. En el interior esta ventana lleva sendos poyos o asientos enfrentados, en piedra y salvando el ancho del muro, configurando lo que en castellología se denomina "cortejadora", elemento muy frecuente en los edificios civiles y defensivos del siglo XV. En el frente que da a la calle Mayor se abren dos saeteras con orificio circular para su empleo con armas de fuego, correspondientes al siglo XV. Por encima de este piso se abren vanos modernos, de perfil cuadrangular. Encima del tercer nivel se aprecia una serie de ménsulas, seguida de otra serie de mechinales inmediatamente encima. Estaban destinados a soportar las vigas y jabalcones de un cadalso de madera, similar a los que aún se ven en las torres "Jauregi Zaharra" de Arraioz y "Jauregia" de Donamaria, y a los que en su día tuvieron otras como "Ursua" y "Bergara" de Arizkun o la torre "Etxaide" de Olagüe. Fue un modelo muy común en la Navarra medieval, y muy extendido en el resto de Euskal Herria. Como se ha dicho, esta torre fue en su día el palacio de cabo de armería de Arbizu, y como tal está registrada en el Libro de Armería del Reino de Navarra (L.A.R.N. nº 29), con un escudo consistente en dos lobos y bordura aspada. Entre los señores que fueron dueños de este palacio, mencionaremos Corbaran de Vidaurre (1261, 1278), Diego López de Arbizu (1315), Miguel Aznárez de Arbizu (1328), García Lópiz de Arbizu (1378), María Ferrándiz (1415), el banderizo beaumontés Fernando de Sarasa (1450) o Johan de Arbizu (1512). En los siglos XVIII y XIX estaba en manos de la familia Bayona, según noticias de Yanguas y Miranda para 1723 y 1829.
Frente al palacio de cabo de armería se levanta una casa con fachada de sillar, que lleva el número 20 y se abre mediante arco de medio punto descentrado, con dovelas decoradas con casetones y flanqueada por una ventana. Sigue un piso con dos ventanas con alféizares moldurados, y ático con dos ventanitas simples. Una moldura encierra la puerta y la ventana inmediatamente superior, al modo de un alfiz. Siguiendo por la calle Urkia encontramos casas entre las que no faltan las que tienen cierto encanto. Así, la llamada casa "Ezkerraantxa" lleva fachada enlucida con cadenas de sillar, puerta adintelada flanqueada de dos ventanas cuadrangulares, piso con tres balcones y ático con dos ventanitas. Es un inmueble sobrio, sencillo y elegante. Más adelante, la casa que luce el nombre "Mendinueta", muy reformada, luce aún un arco de ingreso de medio punto, sin moldurar, y sobre él una inscripción, parcialmente legible, que reza: ESTA CASA HYZO HAZER MARTIN JOSEF DE ( ) AÑO DE 179( ).
Si desde la torre "Jakaantxa" seguimos hacia el norte, embocamos la calle Mayor y nos encontramos igualmente con casas de cierto interés. Algunas de ellas son modernas, como una que alberga una sociedad gastronómica, y que presenta viguería de madera y entramados, con riqueza de volúmenes y bajo tejado a dos aguas. Más adelante nos encontramos con la Casa Consistorial, delante de la plaza de Euskal Herria. El edificio tiene un hastial dando a la calle, donde se ve un escudo y la inscripción: LAS ARMAS DE LA NOBLE VILLA DE ARBIZU. En el frente que da a la plaza vemos una fachada bajo tejado a dos aguas, con tres niveles de los que el primero va en piedra bien escuadrada y los otros dos enlucidos y con cadenas de sillar. Los vanos, incluyendo el de acceso, son cuadrangulares. Remata el conjunto un cuerpo de obra que alberga el reloj, y dos campanas. La plaza tiene una pequeña fuente de piedra en un lateral, con un pilar de planta cuadrada al que se adosan sendos pilones en dos de sus lados, y rematada con una bola sobre pedestal troncopiramidal. Se suceden otras casas, entre las que destacan algunas con fachada de sillería, terminando la calle con una serie de siete viviendas, construidas según un mismo patrón, con fachadas de piedra bien escuadrada y dos alturas, llevando las tres primeras arcos de medio punto, y las cuatro siguientes puertas adinteladas.
Ermitas
Anotamos la ermita de San Juan Bautista, en la carretera que conduce a Etxarri. En 1797 fue visitada por Igual de Soria, que mandaba que se adecentara y se dotara de alguna imagen de culto. Tiene una única nave de planta muy alargada y terminada en testero recto. En el lado de la Epístola se aprecia además un pórtico de madera sobre columnas. Sus muros son de sillarejo, que al exterior van enlucidos y con cadenas de sillar, y el acceso se ubica en el muro sur, el mejor orientado. Consiste la puerta en un arco de medio punto que lleva la fecha de 1792. Se perforan también sus muros con dos ventanas abiertas en el mismo lado y otra a los pies. La cubierta es de madera y a dos vertientes. Al interior puede verse un retablo barroco del siglo XVII, que consta de banco con tableros de decoración vegetal, un cuerpo articulado por columnas salomónicas y ático con remate curvo. En la hornacina central hay una imagen del santo titular, barroca del XVII, y en el ático un lienzo representando a un obispo. Hubo otra ermita, San Blas, de la que no se guarda memoria en el lugar, pero en la que vivía el ermitaño Miguel Domínguez en 1627.
Parroquia de Santa María
Se trata de un edificio gótico en sus rasgos esenciales, aunque no exento de algunas intervenciones posteriores, sobre todo después del incendio de 1813. Su planta es de cruz latina, con una sola nave, transepto destacado en planta y cabecera profunda rematada en forma de artesa. Por el lado de la Epístola se adosa la sacristía, de planta casi cuadrada, así como un pórtico que cobija el acceso. Se aprecia igualmente el volumen de la casa parroquial, así como la torre adosada al primer tramo de la nave, con una escalera de caracol en su interior y una capillita bautismal de planta octogonal adosada al hastial occidental. Los muros son de sillares bien trabajados al exterior, y presentan al interior un enlucido que contribuye a su adecuada iluminación. Se abren mediante una ventana de medio punto situada en la cabecera, en el lado de la Epístola, aparte de otros vanos modernos y un ojo de buey en el muro de los pies, además por supuesto del acceso al que más adelante se aludirá. A los pies de la nave se levanta un coro alto con arco de embocadura de medio punto y dovelas decoradas con un almohadillado. Apea sobre pilastras y lleva balaustrada de madera. La nave se cubre con una bóveda de crucería con arcos fajones de medio punto que la dividen en cuatro tramos. Estos arcos fajones apean sobre ménsulas insertadas en el muro. El transepto lleva el mismo tipo de cubierta, mientras que en la cabecera el diseño de las tracerías se complica, adquiriendo forma estrellada. El sotocoro va también con bóveda de nervios, mientras que la sacristía lleva dos tramos de lunetos y uno de crucería. Al exterior destaca el pórtico con cubierta de madera sobre pies derechos de piedra. Tras este pórtico se encuentra la puerta propiamente dicha, que consta de arco apuntado con tres arquivoltas que apean sobre capitelillos, todo muy sobrio. La torre, adosada al ángulo suroeste de la fábrica, consta de cuatro cuerpos separados por impostas, y culmina con cuerpo de campanas que se abre mediante arcos de medio punto en sus cuatro frentes.
El retablo mayor es de época moderna, pertenece a un estilo neoclásico bastante tardío, y fue obra del mazonero Bernardo Aguirre y el imaginero escultor Florentino Istúriz. De cualquier modo, en su montaje definitivo se aprovecharon algunas imágenes que sobrevivieron al incendio que siguió al saqueo del pueblo a manos francesas, en 1813. Consta de banco y un cuerpo con columnas de orden compuesto, rematando en ático con gran cascarón. La imaginería cuenta con una talla en bulto de la Virgen con el Niño, renacentista y del siglo XVI, un San Pedro también sedente que pertenece aún al estilo romanista, del siglo XVII, y un Calvario de comienzos del mismo siglo. Completan el conjunto algunas tallas modernas situadas en las alas laterales del retablo.
En el lado del Evangelio hay otro retablo dedicado a la Virgen del Rosario, barroco del siglo XVII aunque con reformas modernas. Se compone de banco, cuerpo y ático, y la imagen titular es moderna, de cuando la francesada.
El retablo del Crucificado se encuentra en el lado de la Epístola, también barroco del siglo XVII e igualmente con reformas posteriores, que pueden corresponder a los reparos tras la guerra contra los franceses. Tiene banco, un cuerpo y un remate moderno. Destaca la talla del Crucificado, barroca, con un Cristo muerto, con la cabeza ladeada, anatomía naturalista y paño de pureza con pliegues rígidos. Va con él una imagen de la Dolorosa del XIX, de las de vestir.
En el sotocoro se encuentra una sillería moderna, y un órgano fechado en 1846, mientras que en el sotocoro se puede ver una pila bautismal con taza semiesférica gallonada, medieval. Como es habitual, en la sacristía se guardan algunas piezas de platería.
Junto a la iglesia y junto a una zona de esparcimiento, nos encontramos la casa parroquial, que constituye un volumen cúbico de cierto empaque. Va con muros de mampostería y se cubre con un tejado a cuatro vertientes.
Joseba ASIRON SAEZ (2006)