Barrios

AOZARATZA

Anteriormente Aozaraza. Anteiglesia del municipio de Aretxabaleta, partido judicial de Bergara. Limita al N. con Larrino, al E. con el río Urculu, al O. con el río Deba y al S. con Areantza y Goroeta. Carretera local de Aretxabaleta a Geronaeta. Está situada en el centro del término municipal entre los ríos Urculu y Deba, en terreno alto y llano.

Idoia ESTORNÉS ZUBIZARRETA
1960, 126 h. con 18 casas; 1800, y h. en 22 casas.

Idoia ESTORNÉS ZUBIZARRETA
Vascuence vizcaíno.

Idoia ESTORNÉS ZUBIZARRETA
Canción popular, Magatsaren zainetik. R. M. de A., «Cancionero», 127.

Idoia ESTORNÉS ZUBIZARRETA
Anteiglesia del partido de Arechavaleta, valle real de Leniz, Guip.

Idoia ESTORNÉS ZUBIZARRETA
Nacieron en esta anteiglesia Sancho López de Otalora, del consejo y cámara de Felipe II, de quien mereció particular confianza y merced de 6.000 marevedís sobre la fábrica de sal de la villa de Salinas, y Juan de Otalara, secretario de hacienda de Felipe IV. La familia Otalara sostenía la capilla de San Miguel en la iglesia de la localidad y poseía casa solariega.

Idoia ESTORNÉS ZUBIZARRETA
Parroquia dedicada a San Juan Bautista, arciprestazgo de Mondragón, diócesis de San Sebastián. Anteriormente perteneció al obispado de Calahorra.

Idoia ESTORNÉS ZUBIZARRETA
En Aozaraza se ubica la antigua casa torre de los Otalora, construcción de mampostería con amplia fachada y torre angular. Cerca del mismo se sitúa la iglesia de San Juan Bautista, edificio medieval en origen, como su puerta de acceso por medio de un arco apuntado nos señala. Precisamente los Otalora se hallan presentes en este templo en las claves de sus bóvedas y en la capilla familiar de San Miguel, construida en 1540. Con todo, en el siglo XVIII se abordarían diferentes obras, destacando sin duda la torre-pórtico diseñada por Manuel Martín de Carrera hacia 1766, contratando un año más tarde su ejecución José de Ariznavarreta. La torre, de planta cuadrada y con tres cuerpos de idéntica medida, destaca sobre todo por su cuerpo de campanas, sobrio pero rotundo en sus formas, con una pureza de líneas que nos anuncia la llegada del pensamiento neoclásico.

Ignacio CENDOYA ECHÁNIZ
Profesor de la U.P.V.-Euskal Herriko Unibertsitatea