Municipios

ANTZUOLA

Celebra fiestas patronales en honor a su patrón, San Marcial, en torno al 30 de junio; fiestas de Nuestra Señora de la Piedad, el 25 de agosto; fiestas de San Juan Bautista de Uzarraga, el 24 de junio; el barrio de Lizarraga celebra San Marcial el 30 de junio; el 29 de agosto se celebra la fiesta de San Juan Txiki y el 3 de febrero la romería de San Blas.

A comienzos del siglo XXI el Alarde del Moro de Antzuola tiene lugar cada tercer sábado del mes de julio dentro de las fiestas patronales de la villa en recuerdo a la batalla de Valdejunquera (Véase Muez) ocurrida el año 920. Los participantes son 80 en total: músicos (mixto), tambores (mixto), soldados (varones sólo), dos mandos, uno a pie y otro a caballo, un abanderado a caballo, el "moro", encadenado y montado en burro, sus captores, dos cañones con sus respectivos servidores. Se conmemora el supuesto triunfo-recuperación de la bandera y derrota de Abd al-Rahman III- de las tropas de Antzuola en las tierras navarras de Muez y al mismo tiempo se celebra una revista de armas. Bandera: enseña de Antzuola compuesta por dibujos de los cuarteles de la villa que se trazaron en certificación de Armas de1745. Música del desfile: marcha de fusileros y tambores de Espinosa, música de ordenanza de Carlos III.

Partiendo del ayuntamiento, la comitiva recorre la villa para desembocar nuevamente ante el mismo. Allí tienen lugar el discurso del General, las maniobras de la tropa, la ceremonia de acatamiento por parte del moro de la legalidad establecida, su liberación, retirada de la comitiva y una sesión de danza vasca (troke dantza) por parte del grupo local de muchachos y de muchachas: cuatro danzas (arcos, cintas, palos grandes y pequeños).

Discurso y diálogo con el moro

Hasta época muy reciente (finales del siglo XX), el discurso y diálogo eran los siguientes:

¡Soldados! Básteme saber que sois naturales de esta Villa para concebir que estáis al alcance de la significación que lleva este alarde, yo me siento compelido ante todo a demostraros mi gratitud y al público en general por la señalada de merced de distinguirme y honrarme de ser vuestro caudillo en este acto. Desde tiempo inmemorial, puede decirse que es notorio y público que se celebra en esta localidad el día de hoy el aniversario de un hecho notable de armas que alcanzaron nuestros ascendientes, una compañía, hijos de este pueblo y que por tradición sabemos que era su Capitán de la casería de Torre de Galarza. A D. García Iñiguez Rey de Navarra le hacía cruda guerra el Rey de Córdoba Abderramán con poderosísimo ejército de moros y no pudiendo hacer resistencia con la gente reunida en Navarra, pidió socorro a su yerno al Rey D. Ordoño II de Castilla y León, quien viendo el gran riesgo en que se hallaba el noble reino, junto todo su ejército, y uniéndose con el de Navarra, de Navarra salieron a buscar el enemigo que andaba señor de todo el campo y dándose vista los dos ejércitos se pusieron en batalla que fue una de las más sangrientas que hubo en Navarra y se llama de Valdejunquera; de una y de otra parte fue mucha la gente que pereció, tanto que ambos campos quedaron tan desechos y desbaratados que se retiraron a sus cuarteles a descansar sin que siguiesen uno al otro. El Rey de Navarra se retiró con poca gente al burgo de Lecumberri o Rumba y llegando a su estancia una nueva crecida de moros que venían en socorro de los suyos acometieron de noche a los cristianos hicieron de estos muchos estragos y mataron también al Rey D. García Iñiguez cuya muerte fue generalmente sentida y los moros entrando al alojamiento saquearon y robaron cuanto había con lo que volvieron muy ufanos.

¡Muchachos! No les duró mucho la victoria a los moros. La compañía de Anzuola había partido y estaba en camino para prestar auxilio al Ejército Cristiano del Rey de Navarra y llegado al punto, noticiosos del sitio que ocupaban los moros y de la desgracia que había acontecido el día anterior, aprovechando el descuido conque estaban sin recelar enemigo alguno en toda la campiña, resolvieron a dar valerosamente en sus estancias, acometieron por todas partes de improviso, con tal valor y coraje que, atónitos los moros sin poder resistir el valiente denuedo de la Compaña de Anzuola, dejaron en las manos una completa victoria y en l campo muchos cadáveres, testigos de esta gloriosa acción y los objetos que poco antes habían tomado a los cristianos los recuperaron y juntamente las banderas 2 de ellas procedentes del Ejército Moro con medias lunas africanas que habían tomado a los cristianos que por tradición se sabe y en tal concepto se le tiene y es la misma, si bien en estado deteriorado se conserva en el archivo de esta Villa con una orla y un cáliz de oro y a cada lado un pino verde y en su reverso el nombre de María.

Copia fiel de dicha bandera es esa que veis en el balcón de la casa consistorial y la original la tenéis desplegada en la pared interior, según se sube a la sala de dicha casa consistorial.

Cuando D. Sancho Abarca hijo de D. García Iñíguez llegó a reinar no dejo en olvido el gran servicio prestado por la Compañía de Anzuola, vengando a los moros por la muerte que habían dado al Rey su padre y para que perpetuamente tuviese Anzuola memoria del valor de sus hijos en aquella acción grandiosa para el ejército cristiano y no menos para la Villa de Anzuola les concedió ese escudo de armas que veis en la fachada de la casa consistorial que esta dividida en cuatro cuarteles.

En el primero se ve en campo azul un Rey vestido de púrpura sentado en silla de oro y preso con una cadena de lo mismo al cuello con su cetro y corona también en oro.

Segundo cuartel en campo rojo 12 piezas de artillería con sus cureñas.

Tercero en campo verde un cáliz de oro y encima una ostia de plata y a cada lado un pino verde perfilado en oro y en el cuarto en campo azul el nombre de María coronado y todo de oro y un arbolito a cada lado con una jarrita de plata y en lo bajo del escudo las tres medias lunas.

Las armas de los dos últimos cuarteles fueron otorgados por el referido Rey D. Sancho Abarca por el valor de la compañía de Anzuola que son las mismas de la bandera cristiana recuperada de los moros del que se ha hecho mérito y los dos primeros ganados por los guipuzcoanos en otra acción tan brillante y del escudo de armas que hoy goza esta villa con el título de M. N. y M. L. que palpablemente demuestra un documento fidedigno que se conserva en el archivo extendido en Madrid en 1745 en vista de los datos que obran en la armería Real, como así mismo indican las historias escritas por Benítez, D. Miguel Salazar, D. Juan Mendoza y otros, y de aquí en origen del aniversario que celebramos este día que es gloria para Anzuola.

Tened presente soldados que a los nuestros les impulsó a tomar parte y conseguir la victoria su patriotismo y su amor inquebrantable a la Santa Religión y a la independencia de toda gente extraía como eran los africanos.

Sea así nuestro lema y cuando veamos igual peligro acudamos en defensa de la Santa Religión y la defensa de nuestra amada patria.

Y por último en memoria de la gloriosa acción que va reseñada, una salva, y prepararos soldados para una descarga general de vuestras armas y cañones, a fin de que, de eco en eco vaya a resonar a la tumba de los mártires de Valdejunquera.

¿Tu, moro africano, descendiente de aquellos árabes que por siglos invadieron la nación española?.

¿Reconoces nuestra monarquía?

¡ No !

!Te repito!,

¿Reconoces nuestra monarquía?

! No !

...y a la tercera contesta que sí.

Pues en prueba de ello tira ese turbante al suelo y pisotea. (dos pasos adelante y dos pasos atrás).

Retírate a la casa consistorial!?

Acto seguido lo llevaban al balcón de la casa consistorial donde lo ataban con una cadena.

Como se ve, y apunta Alfredo Feliú Corcuera en su Gure Herria / Tradiciones y costumbres del País Vasco (Kriselu), hasta el año 1976, al moro, se le hacia que pisase repetidamente su turbante como muestra de mayor sumisión. Fue tradición que el diálogo se celebrara en castellano y que el moro se resistiera. Feliú recoge esta versión:

Capitán: ¿Erreconoses la monarquia reinante?

Moro: ¡Erreconosco!

Capitán: Pues entonces tira turbante al suelo y písalo.

Moro: !Errepiso!

Capitán: ¡Entra pues al arkupe!

Ese año 1976, en plena efervescencia política, José Luis Cortabarría confraternizó con el moro dándole un apretón de manos alegando que el turbante "...es un símbolo de unos países y que no creo, que en estas épocas, en las que todos tenemos que unirnos, se le pueda hacer pisar a nadie.."

Debido al declive experimentado por esta fiesta a lo largo de los últimos años, para hacerla resurgir se creó en 2004 la sociedad Mairuaren Alardearen Elkartea presidida por dicho Jose Luis Cortabarría. El Alarde del Moro de ese año sirvió para rendir un homenaje a Genaro Laskurain, quien, tras haber realizado las funciones de Capitán del Alarde durante los últimos 25 años, había decidido que había llegado el momento de su relevo. Le sucedió Joxe Angel Arbulu.

Antzuola guarda en su Archivo una bandera, copia de la que se cree arrebatada a los musulmanes en aquella batalla.