Empresarios

Anasagasti, Horacio

Horacio Anasagasti nació el 18 de julio de 1879 en el seno de una acaudalada familia de origen vasco.

Su abuelo arribó al Río de la Plata a principios del siglo XIX proveniente de San Sebastián donde había nacido y el padre, Narciso Anasagasti, casado con Dolores de La Serna era propietario de una estancia al sur del río Salado.

Horacio Anasagasti fue uno de los precursores de la industrialización de la Argentina en los comienzos del siglo XX, pero además, un innovador tecnológico y un adelantado en materia de derechos laborales, ya que los obreros a su cargo trabajaban un máximo de ochos horas diarias, cuando esa conquista de los trabajadores aún no había sido alcanzada. Pero no solo eso, los empleados percibían los salarios más elevados de la época y gozaba durante su jornada laboral de considerables mejoras que hacían más confortable el trabajo diario.

Ya desde su niñez, Anasagasti mostró interés por los primeros automóviles llegados al país en 1887. Estudió en el Colegio Nacional del cual egresó como bachiller para posteriormente seguir ingeniería en la Universidad de Buenos Aires, recibiéndose en 1902 a los 23 años. Al poco tiempo, emprende un viaje a Italia, precisamente a Milán, para perfeccionarse en la industria del automóvil. A su regreso al país crea la Sociedad Anasagasti, representante de marcas de automóviles y a una firma de neumáticos y otras de repuestos, además de fabricar piezas de repuestos de autos. Pero su meta del ingeniero Anasagasti era más ambiciosa. Disuelve la Sociedad y decide la fabricación de autos en series, convirtiéndose de este modo en el primer industrial que se aventura en ese emprendimiento en la Argentina de 1910.

El plan de Anasagasti era producir a partir de componentes importados y paulatinamente reemplazarlos, poco a poco y en la manera de lo posible, por insumos nacionales. El personal de la fábrica llegó a alcanzar a más de veinte personas, la mayoría inmigrantes europeos especializados. Hasta el cierre de la fabrica en 1915 salen unos 50 ejemplares, a pesar de las propuestas por parte de los obreros de continuar trabajando a riesgo de no cobrar sus sueldos. Algo que Anasagasti, fiel a sus principios no aceptó. Dos fueron las causas del cierre, el inicio de la Primera Guerra Mundial y por ende la dificultad de adquirir determinados repuestos y el fracaso del sistema de financiación para la adquisición de los autos, ya que muchos de los compradores dejaron de pagar las cuotas. "Los anasgasti", salían a la venta con un valor de $6.000 pesos, cifra al parecer elevada para la época, pero se ofrecía una cómoda financiación de $200 en cuotas mensuales.

En la actualidad quedan dos exponentes, uno en la Fuerza Aérea del Palomar, donado por el propio ingeniero Anasagasti y en el Club del Automóvil de San Isidro. Es interesante puntualizar que algunos de estos autos fueron enviados por Anasagasti a participar en carreras importantes en Europas, como el Rally de Francia y la Boulegne Sur Mer- San Sebastián, entre otras, obteniendo memorables triunfos para sorpresas de las más prestigiosas marcas europeas. Se dice que los colores de los autos argentinos estaban pintados con los colores de la bandera nacional: celeste y blanco. En concreto, los tres primeros automóviles exportados al Viejo Mundo de producción argentina fueron embarcados en enero de 1912 desde el puerto de Buenos Aires y lo fueron con la finalidad de usarlos en las mencionadas competencias deportivas.

El ingeniero Horacio Anasagasti, pionero del industrialismo y de la tecnología en la Argentina, fallece víctima de un paro cardíaco en la ciudad de Buenos Aires el 8 de abril de 1932 y sus restos descansan en el Cementerio de la Recoleta. Una calle del barrio porteño de Palermo lleva su nombre, y un tango, "Don Horacio", obra de Rosendo Mendizábal y cuya partitura desconocemos por haberse perdido, le rinde homenaje a este argentino destacado y comprometido con el progreso de su país, porque además, Anasagasti estuvo vinculados a entidades hoy ya históricas. Fue unos de los fundadores e integrantes de la primera Comisión Directiva del Touring Club Argentino, año 1907. Fundador en el año 1908 del Aero Club Argentino como también de la Escuela de Aviación Militar y como si esto no fuera poco, al radicarse en una etapa de su vida en la ciudad de Bariloche, es uno de los impulsores para la creación del Parque Nacional Nahuel Huapi, por esa razón una calle y un lago del parque perdura su nombre.