Catedrático de Lengua y Literatura Griegas, vascólogo destacado e impulsor de la Universidad del País Vasco. Argentino de nacimiento (Rosario, 1914), con raíces aragonesas-valencianas, pero ciudadano donostiarra desde 1941. Falleció el 26 de septiembre de 2004 en San Sebastián a los 90 años.
Agud fue una institución en el mundo cultural vasco de la postguerra y años 60. Estudió Filosofía y Letras en Zaragoza, dio clases en el Instituto Menéndez Pelayo de Barcelona. Obtuvo la cátedra de Griego en la Universidad de Santander e impartió docencia en el Instituto Peñaflorida de Donostia.
Su labor siempre estuvo marcada por el amor a la educación de sus alumnos en los institutos Peñaflorida y Usandizaga donde no se limitaba a enseñar la lengua, sino que daba a sus alumnos interesantes referencias del mundo griego y latino, encontrando la relación de aquellas culturas con la sociedad de este tiempo.
Su primera actividad pública hay que situarla en la negrura de la postguerra en la que los temas de cultura vasca están proscritos. Procedente del bando vencedor, tiende la mano al recién excarcelado Koldo Mitxelena. Ello sucede por recomendación del catedrático de lengua latina José Vallejo Sánchez en el Seminario de Lenguas Prerrománicas organizado por la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País en 1948. Agud le busca trabajo (clases de latín, griego, incluso matemáticas) y apoyos.
Impulsor de numerosas iniciativas como los Cursos de Verano en combinación con la Universidad de Valladolid y el Ateneo (del que fue Presidente más tarde), como el Diccionario Etimológico Vasco, que inició en 1951, junto al ex falangista Antonio Tovar, en él enrola también a Koldo Mitxelena. Y en 1954, al crearse por el impulso de ambos el Seminario de Filología Vasca "Julio de Urquijo", consigue que nombren a Mitxelena Director técnico, lo cual equivale a su salida a la luz pública.
Comenzó a escribir artículos sobre temas públicos en 1942. Colaborador de La Voz de España, El Diario Vasco y El Correo, revista Oarso, Gure Lur, etc. fue una voz veladamente crítica con el régimen franquista (aunque también luego a múltiples manifestaciones del que le sucedió). Ello se ponía también de manifiesto en las tertulias de rebotica de la Biblioteca de la Diputación en las que personas de talante liberal procedentes del Régimen departían con las del bando vencido (Mitxelena, Bernardo Estornés Lasa, Manuel Lekuona, etc.), tertulias que cesaron al morir su eje, el bibliotecario José de Arteche en 1971.
En 1963 consiguió, junto con Ignacio Barriola, Francisco Yarza, Santamaría, Olarán, Amorós y otros pocos y no sin muchas dificultades, que se creara el Patronato Pro-Estudios Superiores de Guipúzcoa, aunque su idea maestra era la creación de una Universidad para toda Vasconia. Ese año, invitado por el ayuntamiento donostiarra participa en la celebración de las Conmemoraciones centenarias, fruto de la cual fue el libro San Sebastián. Curso breve sobre la vida y milagros de una ciudad (1965) en el que Agud escribe sobre "La vida intelectual y docente de San Sebastián: su presente y su futuro". Ese mismo año publicó Causas de nuestro atraso y, en 1973 incide sobre el problema universitario vasco en la revista Gure Lur.
Tardiamente ya, en 1978 se doctoró en la Universidad Complutense de Madrid con la tesis Elementos de historia material del País Vasco y un año más tarde se incorporaba a la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación de la Universidad del País Vasco (Zorroaga, San Sebastián) como profesor de Latín y Griego, puesto que desempeñó hasta el curso 1984-85. Atraídos por su amplio saber, a sus clases de Griego llegaron a acudir destacados profesores de la propia facultad, como Félix de Azúa o Ferrán Lobo.
Tras la separación de Mitxelena y la muerte de Tovar, Agud continuó en solitario; acudía al Seminario Julio Urkijo, ubicado ahora en el Centro Cultural "Koldo Mitxelena", en soledad, sin ayudas y exclusivamente con su esfuerzo para sacar adelante el Diccionario Etimológico del Euskera cuyo primer volumen salió en 1988. Ya jubilado, iba con cada nuevo tomo de su Diccionario al Instituto Peñaflorida donde seguía siendo profesor "extraordinario". No lo pudo completar...
López de Landatxe, director del "Koldo Mitxelena" testifica la "veneración" que le profesaban alumnos, amigos, catedráticos y profesores. "En las Jornadas sobre la Antigüedad, el ciclo con más solera del KM, gozaba enormemente de los encuentros. Era un gran enseñante del clasicismo a una enorme altura intelectual".
Entre los tardíos reconocimientos que recibió figuran el Homenaje de la Diputación de Gipuzkoa en 2002, la Medalla de Oro de la Universidad del País Vasco, la del Mérito ciudadano de San Sebastián, y en el año 2003 la Gran Cruz de Alfonso X concedida por el Ministerio de Cultura.