Literatos

Agorio Etcheverry, Adolfo

Escritor, periodista y profesor uruguayo de origen vasco. Nació en Montevideo el 15 de setiembre de 1888, falleció en la misma ciudad en 1965.

Su madre y tres de sus abuelos eran vascos: su abuela paterna Apatía Cabannes era oriunda del departamento de Basses-Pirenées, su abuelo materno Etcheverry de Saint-Jean-Pied-de-Port, en la Baja Navarra, y su abuela materna Salaberry de Saint Jean de Luz.

Doctor en Filosofía y Letras en la Universidad de Buenos Aires; amplió estudios en la Universidad de la República de Montevideo y en el Collège de France, París.

Profesor de Filosofía y Ética en la Universidad de la República de Montevideo; delegado al Congreso Universal Postal de Madrid, 1920. Dio sus primeros pasos en el periodismo en El Estudiante, revista universitaria, donde sus artículo merecieron los elogios de Rodó. Colaboró en La Razón de Samuel Blixen, en El Liberal que dirigía Belén de Sárraga. Sus primeros artículos para diario los publicó en La Tribuna Popular. En 1910 funda en Buenos Aires un diario de literatura y política para la colectividad uruguaya El Oriental que tuvo poca vida, en 1914 Batlle y Ordoñez lo invita a colaborar en El Día, donde escribe con el seudónimo de Jacob. Fue asimismo colaborador del periódico parisino L'Eclair, de La Nación de Buenos Aires y de La Mañana de Montevideo.

Miembro de la Real Academia Española; de la Société de Gens de Lettres de France. Oficial de la Academia (por resolución del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes de la República Francesa); miembro de la Royal Order of the British Empire, MBE; comendador con placa de la Orden de Isabel la Católica de España; miembro de la órden de la Corona d'Italia y Medalla de la Reconnaissance Nationale Française.

En sus primeras obras: La Fragua, con Prefacio de Joseph Caillaux, ex Presidente del Consejo de Ministros de Francia (1915); Fuerza y Derecho (1916); y La Sombra de Europa (1917), juntamente con sus intervenciones como columnista en el periódico montevideano El Día, Agorio mostró su ostensible simpatía hacia los Aliados en la Primera Guerra Mundial. En sus obras posteriores, recogió su atracción por los procesos ideológicos y sociales por los que pasó la Europa de entreguerras, de los cuales fue testigo en sus diversos viajes al Viejo Continente durante aquellos años: De la tecnología del lenguaje. Edición oficial de la Real Academia Española (Madrid, 1920); L' Amerique Latine et la France (Paris, 1917); Ataraxia (Madrid, 1923); Premères consequences de la Guerre. (Propos d'un francophile), (Paris, 1923); Bajo la mirada de Lenin (Viaje a la Rusia Soviética, Buenos Aires, 1925); Pasteur y otros ensayos (Buenos Aires 1930); Roma y el espíritu de Occidente (Madrid 1934); Impresiones del Tercer Reich (Madrid 1936).

En su obra narrativa, destaca La rishi abura (Buenos Aires, 1919), obra en la que se introduce en temas y ambientes exóticos. Por el contrario en su Civilizadores. El drama de los gauchos éuskaros en el Río de la Plata (Buenos Aires 1947), aborda con nostalgia la mirada hacia sus orígenes vascos y su propia historia familiar. También escribió otros ensayos como Introducción al humanismo (Buenos Aires 1941); o Leoncio Lasso de la Vega y la Ronda del Diablo (Montevideo 1957).