Valles (2000) plantea una serie de características comunes que permiten delimitar a los actores políticos colectivos: (a) ser una asociación voluntaria, (b) su estabilidad relativa, y (c) la existencia de una comunidad de intereses y objetivos. Sin embargo, la dificultad no estriba en diferenciar a éstos de los actores individuales, sino que se encuentra más bien en los límites entre unos y otros actores colectivos.
Tradicionalmente se han identificado tres tipos, a priori claramente definidos: grupos de interés, partidos políticos y movimientos sociales. Sin embargo, la delimitación teórica entre estos tres actores-tipo se ve cuestionada en la práctica como consecuencia de la pluralidad y heterogeneidad de estructuras organizativas, repertorios de acción, etc,... De esta forma, los límites parecen ser difusos cuando descendemos a casos concretos. En este sentido, podríamos identificar diversas combinaciones. Así, partidos como Caza, Pesca, Naturaleza y Tradición asumen rasgos de grupos de interés; partidos como Los Verdes rasgos de movimientos sociales. De la misma forma, los movimientos sociales nacionalistas tienen expresiones partidistas, etc.
A efecto clarificadores, Ibarra y Letamendia (1999) proponen un esquema que permite identificar estos actores en base a 8 variables: su orientación hacia el poder, las relaciones con los partidos, su organización, los intereses y grupos representados, los medios de representación, el tipo de acción colectiva, la estrategia y los objetivos finales.
En base a este esquema podemos presentar una serie de diferencias que delimitan cada grupo, al menos teóricamente:
- Los partidos políticos tratan de ejercer el poder político, los movimientos sociales de cambiarlo, y los grupos de interés eligen influir en las decisiones de quienes lo detentan.
- Los partidos políticos y los movimientos sociales se rigen por intereses generales e indeterminados -públicos- y los grupos de interés por intereses normalmente determinados -privados-.
- La organización de los partidos tiende a ser jerárquica, la de los movimientos sociales tiende a ser horizontal o en red, y los grupos de interés pueden ocupar cualquier lugar entre estos dos extremos, aunque se tiende a la formalización para maximizar los beneficios de la presión.
- Los partidos políticos responden a criterios de representación electoral, los movimientos sociales se rigen por marcos interpretativos de vocación universal y señas de identidad colectiva, y los grupos de interés por las preferencias constatadas de sus miembros.
- Los partidos compiten electoralmente entre sí y organizan campañas para obtener votos, los movimientos sociales optan normalmente por el conflicto frente al poder formal, y la propia naturaleza de los grupos de interés determina una estrategia básica de cooperación y negociación, más o menos encubierta, con los actores institucionales: su acción es el lobbying o hacer pasillos en los foros reales de decisión.
Partidos | Grupos de interés | Movimientos | |
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Fuente: Ibarra & Letamendia, 1999. | |||
Orientación hacia el poder político | Ejercerlo | Presionarlo | Cambiarlo |
Relaciones con los partidos | Complementaria | Conflictiva | |
Organización | Jerárquica, formalizada | Formalizada | Horizontal, informal, en red |
Intereses /grupos representados | Indeterminados, determinables | Determinados | Indeterminables, indeterminados |
Medios de representación | Electorales | Convencionales | No convencionales |
Tipo de acción colectiva | Agregar intereses generales | Agregar intereses sectoriales | Intereses e identidad |
Estrategia | Competencia | Cooperación | Conflicto |
Objetivos finales | Sistémicos | Asistémicos | Asistémicos potencialmente |
Pasaremos a describir a continuación los elementos analíticos más importantes para caracterizar cada uno de estos tipos de actor colectivo.