Territories

Zuberoa

El suletino es uno de los dialectos vascos de mayor tradición literaria, muy especialmente en el apartado de la literatura oral. Ha alcanzado, además, un notable grado de codificación, siendo los Études grammaticales sur la langue euskarienne, cuyos autores son Antoine d'Abbadie y J. Augustin Chaho y que fue publicada en 1836, la primera gramática del suletino. Con todo, ya en la famosa Notitia utriusque Vasconiae tum Ibericae tum Aquitaniae (1638, 1656) de Oihenart encontramos unas notas, breves pero certeras, sobre esta variedad. La gramática de Inchauspe Le verbe basque (1858) sobre todo, y los Éléments de grammaire basque de Louis Géze (1873) fueron, asimismo, valiosas contribuciones de cara a la codificación del suletino. Más modesta es la obra Bi mihiren gramatika uskara eta franzesa de Archu (1868), concebida con fines pedagógicos. En cuanto a la lengua propiamente dicha, dos hechos llaman la atención en el suletino: su homogeneidad y su distanciamiento con respecto a las restantes variedades dialectales vascas. Pero es necesario que maticemos ambas afirmaciones. Quienes se han ocupado del dialecto suletino, y sus propios hablantes sobre todo, han distinguido el habla de la zona meridional y montañosa, conocida como Basabürü y cuyo núcleo principal es Atharratze/Tardets del de la zona septentrional y llana o Pettarra, donde se encuentra Maule, la capital de Zuberoa.

Sin embargo, esta distinción, que a juzgar por sus testimonios es clara y precisa, no se ha visto apoyada por datos suficientes que la justificaran y bien pudiera ser que las diferencias se reduzcan en última instancia al carácter más innovador del habla de Pettarra que contrasta con el más conservador del de la montaña, a ciertas variaciones en el sistema acentual y a algunas diferencias léxicas que tanto impresionan al hablante normal. Jean Larrasquet es el autor que mejor ha descrito este dialecto y he aquí algunas de las características que según él diferencian -o al menos diferenciaban en su época-el habla de ambas comarcas. Decía Larrasquet (1934: 44) que la asimilación de las vocales era regular en Pettarra, con soluciones como ükhen dükínìn 'ukan dukeanean', herrilát (< herrialat)'herrira', mientras que en Basabürü se trataba de una regla opcional, que sólo se manifestaba en pronunciación rápida y descuidada.

Por lo general, según Larrasquet (1939: 47), todo tipo de contracciones eran más frecuentes en Pettarra que en Basabürü; así frente a soluciones más conservadoras del tipo jun düzü 'joan duzu' de la zona montañosa había jun zü en Pettarra. La pérdida de la vibrante simple intervocálica (r) ha sido al parecer anterior en Pettarra donde, por otra parte, la vibrante múltiple (rr) se pronunciaba, según Larrasquet (1934: 43), con una única vibración en posición intervocálica (cf. xería 'txerria', horát 'horra'), mientras que en las hablas de la montaña podía tener hasta 3 ó 4 vibraciones. Respecto al acento observó también algunas variaciones (Larrasquet 1928-2: 61-62). Dentro de una frase en Basabürü todas las palabras de dos o más sílabas tenían, por lo general, un acento de intensidad. En Pettarra, por el contrario, se acentuaban sólo aquellas que se deseaba enfatizar, pudiendo ser éstas incluso de una única sílaba. La diferencia entre la vocal tónica y las átonas era, además, muy marcada en Basabürü, hasta el punto de que las átonas apenas eran perceptibles, mientras que en Pettarra la diferencia entre átonas y tónicas no era tan acusada. En cuanto al léxico diremos que además de los habituales cambios que se observan de unas zonas a otras e incluso entre localidades muy próximas entre sí, parece ser que en la zona meridional son más frecuentes los préstamos del español, consecuencia del mayor trato que sus habitantes han mantenido en tiempos pasados con los de los valles navarros del Roncal y Salazar principalmente (cf. Peillen 1986) (vide supra. "Antropología").

Pero es en la zona noroccidental de Zuberoa donde el grado de homogeneidad es sensiblemente inferior. El propio Bonaparte (1869, 'Observations', XXVIII) señaló que las localidades de Berrueta, Domintxine, Ithorrotze, Olhaibi y Lohitzün eran de habla bajo-navarra y que incluso Etxarri y Arüe participaban de muchos rasgos de esa variedad. Nada tiene de extraño este hecho, pues es la localidad bajo-navarra de Donapaleu/Saint-Palais el núcleo económico y comercial más próximo de los citados pueblos. En cuanto al supuesto aislamiento del suletino conviene aclarar que si bien hay ciertas reglas que en esta variedad se cumplen de una manera más regular y sistemática, ello no significa que dichas reglas sean desconocidas en la Baja Navarra e incluso en la zona oriental de Laburdi. Por otra parte, hay notables similitudes entre las hablas de los valles navarros del Roncal y Salazar y Zuberoa. La fijación de la frontera franco-española, menos neta en tiempos pasados, así como la separación administrativa de Zuberoa con respecto a Laburdi y la Baja Navarra y su posterior inclusión en la demarcación administrativa de Olorón ha influido, sin duda, en el progresivo alejamiento lingüístico y cultural de esta provincia.

La peculiaridad del suletino se debe a la combinación de dos hechos de signo contrario. Mientras que por un lado ha sido depósito de arcaismos, por el otro ha sido cuna de innovaciones. En definitiva, se trata de una variedad 'lateral', a la que no siempre han alcanzado las innovaciones provenientes de las zonas centrales de Euskal Herria, mientras que simultáneamente, y debido sobre todo a sus relaciones con el Béarn, ha sido desde la propia Zuberoa de donde han partido las innovaciones.

  • Arcaismos conservados en el suletino

1) Ha de mencionarse en primer lugar la presencia de seis vocales nasales que se manifiestan en contacto con una consonante nasal (m, n, ñ) y del fonema aspirado h, p. ej. en (arãnõ) 'arrano', bézãñ 'bezain', ãhãtze (ahantze)'ahantzi', etc. En contacto con h, sin embargo, no es sistemática la aparición de las vocales nasales, como puede observarse en áhal, bíhi, óhe, záhar; etc. lo que J.I. Hualde (1993: 294) interpreta como debido a la presencia de dos fonemas aspirados, uno oral y el otro nasal. El origen histórico de esta aspirada nasal sería una /n/ intervocálica, que se manifiesta en préstamos del latín como anate > /ahate/ >[ãhãte].

2) En la declinación singular de las palabras terminadas en -a el suletino presenta una vocal tónica, testigo de la antigua contracción -a + a > -á. En las variedades centrales (zona oriental de Gipuzkoa, navarro, labortano y bajo-navarro) no han quedado rastros de esta contracción, pronunciándose una a normal. En suletino tenemos ejemplos de lo que decimos en el absolutivo singular aitá, arrollá 'arroila', gaizá 'gauza', soká (que contrastan con el abs. indefinido áita, arrólla, gáiza, sóka), así como en los restantes casos de la declinación singular: arrollák, arrolláz, arrollá(r)en...

3) Parece que la aspiración se ha conservado mejor en el suletino que en el resto de las variedades vascas. Posee, además, oclusivas sordas aspiradas (ph, th, kh) y la aspiración aparece incluso tras consonante, como en áhin (< arhin)'arin', élhür 'elur' üñhürri'inurri', ürhe 'urre', etc.

4) Se han mantenido las oclusivas sordas tras n y l, como se observa en igánte igande', alte y sus derivados (elizálte, etxálte, sükálte), málta 'malda', (arráutze) gorrínko/xuínko, en el sufijo de procedencia -tár (cf. larraintár), en el sufijo -künte (cf. nahikünte), en préstamos como abéntü 'ahendu', altháe 'aldare', boónte (lat. frontem), boontháte 'borondate', zánkho 'zango'... en el morfema del participio (cf. ezktúntü 'ezkondu', zabáltü 'zabaldu'), del ablativo (cf. hanti 'handik'), del genitivo (cf. hanko 'hango'), del destinativo (cf. algarrentako 'elkarrendako'), etc.

5) Al igual que en otras variedades laterales, en suletino se ha conservado la variante -ti en el morfema del ablativo singular, que en las variedades centrales es -tik(an), así en gibeléti, hoteléti, xüti... De igual modo, ha mantenido la distinción entre los nombres propios y los comunes. En los primeros el morfema es -(r)ik (cf. Máuleik 'Mauletik', Oloúik 'Oloroetik') y -ti(k) en los segundos. La distinción entre nombres propios y comunes se repite también en el adlativo, donde tenemos -(r)a(t) en los propios (cf. Páisea 'Parisera', Barkoxea 'Barkoxera') y -ala(t) en los con-lunes (cf. bortilat (< bortialat) 'bortura', leihúla (< leihuala) 'leihora'), si bien esto último parece una innovación siguiendo el modelo del ablativo y del inesivo. En el motivativo tenemos igualmente -gati (común '-ga(i)tik').

6) La variante -te del morfema pluralizador verbal no ha alcanzado las variedades laterales. En suletino tenemos -e: díe dute, zíen 'zuten', dakíe 'dakite', dezén 'dezaten', déitadè 'didate', zéitadèn 'zidaten', náiè 'naute', háiè 'haute', gütíe 'gaituzte', nündién 'ninduten', etc. Incluso en la 2ª persona plural de los verbos izan y *edin tenemos -e, así en zidíe 'zarete', zinién 'zineten', zitíe 'zaitezte', zitjén 'zaitezten', zintjén 'zintezten'.

7) El auxiliar *iron del potencial transitivo no se ha perdido aún por completo (cf. égin nío, égin hío, égin lío), si bien también en suletino actual son mucho más frecuentes las formaciones perifrásticas del tipo egíten áhal düt/ ez düt egíten áhal.

  • Innovaciones del suletino

1) Es absolutamente regular el paso de u > ü, excepto cuando se halla en posición inmediatamente anterior a una sibilante (s), una vibrante simple (r) o una vibrante múltiple + oclusiva apical. Tenemos, por tanto, bústi, ikhúsi, itxúsi, phusatü, úste en el primer grupo axúi 'axuri', húa 'el/agua' (pero hürra 'avellana'), gúe 'gure' (pero gü, gük...), zui 'zuri' y zue 'zure' (pero zü, zük...), híu (< hirur), ixúi 'isuri', u(r)in 'grasa' (pero ürrin 'olor') en el segundo y lantxúrda, úrde, úrdin, úrthe, urthúki en el tercero.

2) Son también regulares las asimilaciones i-ü > ü-ü y u-ü > ü-ü. Ejemplos del primer caso son aingüü (< aingiru) 'aingeru', bühürri 'bihurri', gathülü 'katilu', hügü 'higuin', phaadüsü 'paradisu', üdüi 'irudi', ülhün 'ilun', üñhürri 'inurri', ütsü 'itsu', ützüli 'itzuli', zerbütxü 'zerbitzu', züntzüra 'zintzurra', formas verbales como gütü (< gitü) 'gaitu', zütü (< 'zitü' 'zaitu', nündützün 'ninduzun'... Ejemplos del segundo caso son büü 'buru', ingüü 'inguru', khüütxe 'gurutze', libüü 'liburu', üsü 'usu', etc., cuya primera vocal era u, y no ü, por estar ante vibrante o sibilante. Son menos frecuentes los casos de asimilación ü-i > ü-ü, que tenemos, sin embargo, en bürdüña 'burdina', egüüki 'iguriki', ürütx 'urritz', etc.

3) El cierre de o > u ante nasal es una tendencia común a todas las variedades vascas continentales, pero es en Zuberoa donde se cumple con mayor regularidad. Tenemos así ezkúntü 'ezkondu', gízun 'gizon', hun 'on' (y úntsa 'ondo/ongi'), uhun 'ohoin', úndar 'hondar', züñ (< zoin) 'zein', zumáit (< zonbait) 'zenbait', demostrativos del tipo hunek, hunen, huni, huntrako, huntaik (común 'honek'...), en préstamos como muntra (fr. 'montre'), presúna 'pertsona', tumáte 'tomate', uñhú (fr. 'oignon') etc., pero, a diferencia del resto de las variedades, en suletino no es indispensable que la vocal se halle ante nasal para que el proceso se cumpla, como puede verse en múlde 'molde' (y sus derivados muldátü, muldegáitz), mutz, 'motz', uhúe 'ohore' o en la serie completa de los pronombres interrogativos (nur, núiz, núeki, núla) y sus derivados (nurbáit, nurbéa).

4) Entre los diptongos es regular el paso au > ai, excepto ante vibrante y sibilante y tras *j-. Así, mientras que por un lado tenemos áizo 'auzo', bélhañ (< belhain) 'belaun', gái 'gau', gáiza 'gauza', iañ (< irain) 'iraun' 'laidátü' laudatu'', formas verbales como nái' nau', háigü 'haugu', hái 'hau', háit 'haut', etc., tenemos, por el otro, áurthen, ausártü, gáur (< gau haur), háu (< haur), háurra, háuts, háutse 'hautsi', intzáur jáun, jáuzi, khausítü, láu (y laurden), pháusa, usúki 'ausiki', etc. En algunos casos tenemos también el paso de eu > eü/ei, como en deüs, illi (< *eili) 'euli', leñ (< lein) 'leun', üskáa 'euskara', etc.

5) En la serie de las sibilantes, ya de por sí bastante rica en euskara, cuenta el suletino con la presencia de dos fricativas sonoras, la predorsoalveolar /z/ y la apicoalveolar /'z/, que se manifiestan principalmente en los préstamos (cf. arrazú, bedezí fr. 'médecin/bearn. 'medeci', presidént, prezío), en posición intervocálica (cf. déüsè, ez untsa, handiúsa, sósa) y en contacto con otro consonante sonoro (cf. ezné, gazná, ikhúsle, hás nádin, híz bat 'hitz bat', zabaleázle 'zabalerazle'). También existe una africada sonora /d'z/, que aparece en posición intervocálica en préstamos como e[d'z]énplü, e[d'z]amína, etc. La pronunciación de la antigua *j- inicial ha evolucionado también hacia una fricativa prepalatal sonora /?z/, una pronunciación bastante similar a la que tiene en francés aunque más palatal.

6) Como se ha señalado más arriba, en suletino, tras la pérdida de la vibrante simple intervocálica, ha desaparecido la oposición entre la vibrante simple y la vibrante múltiple que existe en el resto de las variedades del euskara.

7) Las 1ª y 3ª personas de las formas alocutivas familiares del pasado carecen de la terminación general -n; así en njá/niñá 'ni(n)an', ginjá/giniñá 'geni(n)an', zjá/ziñá 'zi(n)an', nündjá/nündüñá 'ni ndu(n)an', güntjá/güntüñá 'gintu(n)an', zütja/zütüñá 'zitu(n)an'...

8) Son característicos del suletino elementos de derivación románicos como el sufijo femenino -sa, presente en palabras como alhargüntsa, bulandjersa, egoiliarsa, eihe azántsa, errijéntsa, kozinérsa, labuaisa, ostarlersa, taharnaisa..., el sufijo diminutivo -(k)ót, que aparece en alhorxkót, apaidüxkót, haurrót, llabürrót, meharrót... y el prefijo arra- de arramáitz 'junio' arraphíztü, arraberrítü, arraséme/arralhába/arraháur 'nieto/-a'... Por último, la terminación -on ha evolucionado a -al parecer en ciertas hablas nasal- como en bearnés; cf. arrathú, arrazú,fanfarrú, kantú, marrú, lehú, melú, miliú...

Presentamos seguidamente algunos otros rasgos que rebasan, por lo general, las fronteras de Zuberoa y se extienden a comarcas de la Baja Navarra y a los valles navarros del Roncal y Salazar.

1) En contacto de ü + a, e, o, es regular el paso de ü > i, que se observa en todas aquellas palabras acabadas en (cf. büia 'burua' eskía 'eskua') así como en otros casos de hiato, como en díe (< düe) 'dute', zin(< zian) 'zuen'. Se exceptuan las palabras monosílabas, como blü 'azul', 'fuego' y thü 'saliva' que hacen blüya, etc.

2) El morfema del dativo plural es -ér en suletino; cf. emaztér; gizonér; handiér; haurrér, mithilér.

3) En el caso sociativo, junto al oriental -ki (cf. batéki gizonáiki, haurráiki) se utiliza también -kíla(n) (cf. enekíla). Si bien no es frecuente, tampoco resulta desconocido el común -kin.

4) Coincide también con las hablas orientales en el empleo del objeto directo en genitivo (cf. eskoláen hásteko) a diferencia de las hablas occidentales y centrales en las que se usa el absolutivo (cf.eskola hasteko).

5) Es opcional la concordancia de las formas verbales con el dativo, característica que comparte también con las hablas orientales; cf. ník óso entzüna düt zaharrér.

6) En el destinativo -entáko es el morfema habitual en suletino (cf. algarrentako, beáentàko, hunentako), si bien no ha desaparecido completamente el uso del genitivo con este valor. Para el prolativo tenemos asimismo -táko (cf. jüjetáko hártzen díe), frente al morfema -tzat de las hablas occidentales y centrales.

7) Como en el resto de las variedades orientales, el suletino posee un sistema completo de alocutivos respetuosos o 'zuketa', como puede verse, por ejemplo, en las formas del presente de indicativo del verbo izan: bízi nüzü, 'bizi naiz', bízi düzü 'da', bízi gütüzü 'gara', bízi tüzü 'dira'.

8) Al igual que en bajo-navarro y en ciertas hablas labortanas también en suletino se mantiene viva la distinción entre el auxiliar intransitivo izan y el transitivo ükhen; cf. hártu nahi ükhen zía taxi bat.

9) Al igual asimismo que el resto de las variedades orientales, el suletino posee el sufijo interrogativo -a, unido generalmente a formas verbales (cf. yíten híza?, ekhárten dúta?, égin düka?), aunque ocasionalmente puede agregarse también a otras partículas (cf. nika?; eza ?).

10) Quisiera mencionar, por último, algunas palabras consideradas como típicamente suletinas, si bien muchas de ellas son usadas en comarcas próximas a Zuberoa: amiñí (bat) '(un) poco', baranthálla 'febrero', bedátse 'primavera', belhagíle 'hechicero', borónte 'frente', ékhi 'sol', ekhürü 'quieto, tranquilo' (y ekhuragáitz 'inquieto'), éli 'par/grupo', godaléta 'vaso', habóro 'más' (y derivados como haborókin 'excedente'), neskanégün 'sábado', óhilt 'expulsar', óski 'zapato', prefósta 'por supuesto', ürhent 'terminar'.

Al referirse al dialecto suletino no puede pasarse por alto su peculiar acento. Es un acento claramente perceptible, que normalmente va en la penúltima sílaba; así en ádar; adixkíde, bázter, eémü 'eremu', erréka, etc. Hay, sin embargo, determinadas palabras que llevan el acento en la última sílaba. Estas palabras responden, por lo general, a las siguientes características:

a) Préstamos tomados de otras lenguas, como animál, aphéz, ganibét, miráll, ostalér; papér, plazé(r), trikót, trinkét...En otros préstamos, no obstante, el acento se ha acomodado al patrón normal del suletino, así en apostólü, orgáno, solido y, al parecer, en los derivados de -zío (cf. ofizío, prezío, sakrifizío).

b) Palabras acabadas en vocal nasal; cf. ardó (< *ardano), orgá (< *organa) y los provenientes de la terminación latina -one(m), como arrathú 'arratoi', arrazú 'arrazoi', lehú 'ehoi'.

c) Palabras terminadas en diptongo. Se trata de diptongos secundarios surgidos como consecuencia de la caída de alguna consonante, generalmente /r/ intervocálica; cf. ag[éj] 'ageri', ah[áj] 'ahari', ax[új] 'axuri'. Palabras con acento oxítono como et.sái, nasái, sabái podrían ser en origen diptongos secundarios.

d) Palabras en las que se ha producido la asimilación del determinante, proceso que se cumple con absoluta regularidad al menos en las hablas de Pettarra: ardík (< ardiak), gaxtúk (< gaixtuak)'gaistoak', bortín (< bortian) 'bortuan', xokhún (< xokhuan) 'txokoan', etc.

e) Palabras que han sufrido algún otro tipo de contracción. Entrarían en este apartado las formas verbales del pasado (cf. ginén, zinén, zinién, pero níntzan, híntzan), de relativo (cf. gién, dién, pero gía, día), los temas terminados en -a cuando se les agrega el determinante a (cf. los aitá, arrollá citados arriba).

f) Palabras compuestas cuyo segundo componente es un monosílabo: abelzáñ, alhor-lán, erháuts, ollár, etc. Hemos de señalar que si bien en las palabras compuestas cada uno de los componentes conserva su propio acento, el principal tiende a ir en el segundo de ellos.

g) Palabras derivadas en las que determinados sufijos atraen sobre sí el acento. Dichos sufijos son -(t)ár (cf. barkoxtár xibeutár), -tiár/- liár (cf. bazkaltiár, egoiliár), -ñí (cf. amiñí, gütiñí, ttipiñí), -xkót (cf. alorxkót), -(k)ór (cf. erorkór; hauskór) y -ús (cf. amu(r)ús, lanje(r)ús). En suletino el acento sirve, además, para distinguir el singular del plural de los nombres. En la declinación singular se mantiene en la penúltima sílaba (cf. abs. mithíla, dat. genit. mithiláen), mientras que en el plural pasa a la última sílaba (cf. dat. mithilér; genit. mithilén), excepto en el absolutivo (cf. mithílak).

KOZ