A los siglos de "Paz Romana" sucedieron los de disturbios y guerras, con las invasiones bárbaras. En Aquitania, la primera tuvo lugar en el 407, la de los alanos, suevos y vándalos que, procedentes de Germania bajo el empuje de los hunos, atravesaron Galia, luego Aquitania, y se establecieron finalmente en España en el 409, después de haber saqueado la región a su paso. En el 412 son los visigodos los que se instalan en Aquitania, como auxiliares de Roma en un primer momento, fundando luego un Reino independiente que comprendía Aquitania y la Provenza, con Toulouse por capital. En 476 tendrá lugar el fin del Imperio Romano de Occidente.
Llegó luego el turno de los francos. En el 507, en la batalla de Vouillé, su rey Clovis (Clodoveo) derrota a los visigodos, que se ven obligados a replegarse, a su vez, a España, donde van a establecer su reino, con Toledo como capital, mientras que los francos erigen el suyo en Galia y Aquitania. A la muerte de Clovis sus sucesores se reparten su Reino, pero la Novempopulania opone una continua resistencia a los merovingios.
Luego viene el momento en que los vascones de las montañas efectúan incursiones en la llanura. La primera tiene lugar en 581, seguida de otra en el 587. Es Gregorio de Tours el que nos la da a conocer: "En cuanto a los vascones, irrumpieron de sus montañas, descendiendo a las llanuras, devastando las viñas y campos, incendiaron las casas llevándose cautivos junto con sus rebaños" Se ha creído deber hacer de este texto el punto de partida del poblamiento del País Vasco Norte por los vascos. Sin embargo, Gregorio de Tours es claro: se trata de incursiones de los vascones de las montañas en la llanura, y no de su instalación. Ver Tours, Gregorio de. Pero ¿quiénes eran éstos?
Entre los pueblos de lengua "euskariana" hallamos a los vascones. En origen, poblaban la actual Navarra, pero su nombre se extendió y acabó por designar, desde el exterior, a todos los individuos de lengua euskariana que, hoy en día, llamamos vascos. De esta forma, estos vascones que bajaron de sus montañas bien pudieron ser también zuberotarras. La primera hipótesis, la del poblamiento del País Vasco francés por invasores vascones en el siglo VI, ha tenido defensores ilustres como Oihenart (Notitia, 1638) y Jaurgain (La Vasconie, 1898). La hipótesis contraria, la del poblamiento del País Vasco Norte por una población aquitana o euskariana antes de los tiempos históricos, es la que prevalece hoy en día, con P. Narbaitz, J. Allières, Orpustan, Goyheneche y muchos otros. El hecho es que, a partir del siglo VII, el nombre de Vasconia reemplaza al de la Novempopulania entre los autores contemporáneos. Es más, este nombre, que pasará a ser Gascuña, aparece por primera vez en 602 en la crónica de Fredegario para designar la Novempopulania, y sus habitantes recibirán el nombre de vascones o gascones, según vivieran en la montaña o en la llanura, según estuvieran romanizados o no.
La cristianización del país fue tardía. Los vascos, aferrados a sus creencias y a sus costumbres, no se convirtieron hasta hacia finales del siglo V. Y aún así, el cristianismo tardó más tiempo todavía en penetrar en la zona rural, como lo demuestra el término "paganus" que designa a la vez al campesino y al pagano. Se piensa que en el siglo VII la mayoría de los vascos era pagana. Como hemos visto, Zuberoa era un "pagus" o "país" que dependía de la ciudad de Iluro u Olorón. Los cristianos, al establecer iglesias, sedes episcopales, adoptaron las divisiones administrativas romanas. De esta forma la iglesia de Zuberoa perteneció al obispado de Olorón desde sus comienzos. El primer obispo conocido de Olorón, Gratus, que llegó a ser San Grat, aparece en el 506, a propósito del concilio de Agde. Según la tradición, San Grat habría nacido en los confines de Zuberoa, en Lichos, parroquia anexa durante mucho tiempo de Charritte-de-Bas.
Los vascones no se contentaron sólo con las incursiones del siglo VI; continuaron enfrentándose a los francos mientras que sus hermanos del Sur luchaban contra los visigodos, lo cual no era óbice para que los unos y los otros unieran sus esfuerzos, de vez en cuando, contra esos bárbaros cuya presencia apenas soportaban. Según la crónica de Fredegario, en 602 los francos sometieron a los vascones e hicieron de Vasconia un ducado, imponiendo como primer duque a Genial. A continuación, los duques fueron elegidos entre los vascones. Zuberoa formaba parte de este ducado, como Pamplona, Laburdi y la Baja Navarra. Escribe Menjoulet (Op. cit., I, 76 y 81):
"Creemos que Zuberoa fue el cuartel general de los vascones...Como pronto veremos celebrarse en Zuberoa la más célebre de las batallas de los vascones, concluimos que ésta era su principal posición estratégica y que el antiguo oppidum de Malleo debió de ser la residencia habitual de su duque".
En 629, Dagoberto, rey de los francos, constituyó el primer Reino de Aquitania para su hermano Cariberto. Vasconia estuvo comprendida en el nuevo Reino. Pero, a su muerte, Aquitania volvió a la Corona de los reyes francos y el gobierno fue confiado a duques. Este ducado se extendió desde Tolosa aquitana a Burdeos, sin englobar esta última ciudad.
Habiéndose sublevado otra vez los vascones, Dagoberto envió, en 635, un ejército para someterlos. Este llegó, después de haber devastado el país, pero esta victoria fue acompañada de una cruel derrota para los francos. Escuchemos a Fredegario (Chron., LXXVIII):
"Este ejército hubiera vuelto sin ninguna pérdida si el duque Arimberto, primer duque de los francos, no hubiera sido, debido a su negligencia, muerto por los vascones en el valle de Subola (la Soule, Zuberoa) con los señores y los nobles de su ejército".
Es la primera vez que Zuberoa es citada en un texto y el lugar exacto de este combate no es conocido, pero Fredegario continúa:
"Entablado el combate, viendo que iban a ser vencidos, ellos (los vascones) emprendieron la huida, según su costumbre y, buscando un refugio en los riscos de los Pirineos, se escondieron en las rocas inaccesibles de estas montañas"
(Descheemacker, 1974, 21-29).
Anno XIV, regni Dagoberti cum Wascones fortiter rebellarent, et multas praedas in regno Francorum, quod Charibertus tenuerat, facerent, Dagobertus de universo regno Burgundiae, exercitum promovere iubet, statuens eis caput exercitus nomine Chadoinum Referendarium, qui temporibus Theodorici quondam multis regis praeliis probabatur strenuus: quicum decem ducibus cum exercitibus, id est Almagario, Aremberto, Leudeberto, Wandalmaro, Walderico, Baranto, Hariardo ex genere Francorum, Rauleno ex genere Romano, Willibaldo patricio ex genere Burgundionum, Aeghino ex genere Saxonum, exceptis Comitibus plurimis qui Ducem super se non habebant, in Wasconia cum exercitu perrexissent, et totam Wasconiae patriam cum exercitu Burgundiae replevissent, Wascones de intermontium rupe egressi ad bellum properant, cumque proeliari coepissent, ut corum mos erat terga vertentes, cum cernerent se cum paucis superandos, in faucibus vallium montium montis Pyrenaei latebram dantes se locís tutissimis per rupes eorumdem montium latitarunt, exercitus post tergum eorum cum Ducibus insequens plurimos numero captivorum Wascones superatos, seu et ex his multitudine interfectos, omnes domos eorum intensas peculiis et rebus expoliant: tandem Wascones oppressi seu perdomiti veniam et pacem à superscriptis Ducibus petentes, promittunt se gloriae et conspectui Dagoberti Regis praesentaturos, et suae ditioni traditos, cuncta ab eodem iniuncta impleturos, feliciter exercitus absque ulla lesione ad patriam repedarunt. Sed Arembertus Dux maximus cum senioribus et nobilioribus exercitus sui per negligentiam à Wasconibus in valle Subola fuerunt interfecti: exercitus vero Francorum, qui de Burgundia in Wasconia accesserat, patrata victoria redeunt ad proprias sedes.
(Fredegario, Chron., LXXVIII)
Menjoulet (t. I, 76 y 81) sitúa este combate en Chéraute, en el puerto de Baragarri, cuyo nombre significa "que detiene", y donde los suletinos habrían detenido a los francos. Sin embargo esos riscos, esos roquedos inaccesibles, evocan más la Alta Zuberoa, y el combate debió de tener lugar sin duda entre Larrau y Santa Engracia. Este episodio suletino prefigura lo que acaecerá, un siglo más tarde, a la retaguardia del ejército de Carlomagno cuando volvía de Pamplona tras haber arrasado sus murallas.
Hemos hablado ya de los "gaztelus" o campos atrincherados, de los que hemos dicho que son difíciles de datar, ya que han sido reutilizados en épocas diversas. Edificados con probabilidad, en su mayor parte, en épocas protohistóricas, fueron ciertamente utilizados por los vascones. Son numerosos en Zuberoa, en particular en los límites del país hasta el Adour, conformando allí una especie de línea sobre las crestas, a modo de vigilancia de una frontera. Servían sin duda de abrigo en tiempo normal y de refugio en tiempo de guerra, y sabemos que los vascones atacaban por sorpresa y con extrema agilidad, refugiándose luego en lo alto de sus "rocas inaccesibles". Oihenart ya había observado que, desde cada fortificación situada en una cumbre, se podía percibir otra, de manera que era fácil comunicarse por medio de fuego y, de esta forma, anunciar inmediatamente a todo el país la presencia de enemigos.
Hacia 660, los vascones eligieron por jefe a Félix, que gobernaba ya Aquitania, reuniendo así los dos ducados. A su muerte, vascones y aquitanos eligieron duque a Lupo, cuyo hijo Eudes le sucedió hacia 710. En la misma época, en 711, los árabes desembarcaron en Andalucía, aplastaron a los visigodos y, en poco tiempo, conquistaron España. En el trascurso del verano de 732, el ejército de Abderramán abandonó Pamplona, atravesó el puerto de Roncesvalles y tal vez el de Larrau, e invadió Vasconia. Bayona y Olorón fueron devastadas; Zuberoa lo fue sin duda y de paso. Eudes llamó a Carlos Martel y, unidos por primera vez, francos y vascones aplastaron a los árabes en Poitiers, en octubre de 732, poniendo freno a la expansión árabe en Europa.
No duraría esta alianza y, en 735, Carlos Martel atacaba Aquitania. Hunaldo, hijo de Eudes, lo rechazó, pero, a su vez, su hijo Waifre tuvo que luchar contra los francos. En 768, Aquitania tuvo que someterse a Pepino el Breve, rey de los francos. Pero Vasconia no siguió el destino de Aquitania y permaneció independiente. Los vascones eligieron duque a Lupo II, el más joven de los hijos de Eudes. No iba a permanecer mucho tiempo sumisa Aquitania y se sublevó una vez más. Le tocó a Carlomagno, hijo de Pepino, venir a reprimir esta nueva tentativa de independencia. Acudió en 769, sometió a Aquitania, y el mismísimo duque de los vascones, Lupo II, le ofreció su sumisión. Veremos todavía transcurrir algunos años de "guerra fría" y cómo Carlomagno vuelve. En 778, emprende una expedición a España, pasa por Pamplona, va a Zaragoza, regresa y, para dejar un rastro de su paso, hace arrasar las murallas de Pamplona. Esto no debió de gustar a los vascones y la continuación es conocida: los vascones contestan, la retaguardia franca es sorprendida y masacrada en Roncesvalles. El hecho provoca grandes ecos, inspira la epopeya, y la muerte de Roldán recuerda de diversas formas la del duque Arimberto. Ver Roncesvalles.
Después de Roncesvalles, Sancho I, hijo de Lupo II, debió de someterse a los francos, y los vascones fueron obligados a pagar tributo. Con la finalidad de ganarse a los aquitanos, Carlomagno creó en 781 el reino de Aquitania a favor de su hijo Luis el Piadoso. Este Estado englobaba Aquitania y Vasconia y tenía a Toulouse por capital (Dartigue, 1950). Pero en 812, los vascones quisieron separarse de este Reino y los soldados francos invadieron una vez más Vasconia y la devastaron. La muerte de Carlomagno en 814 no puso fin a las revueltas de los vascones contra la dominación franca, muy al contrario. Luis el Piadoso, su sucesor, y Pepino I, su hijo, al que confió el Reino de Aquitania en 817, tuvieron que reprimir continuas rebeliones. En 816 Semen Lupo, duque de los vascones, perdió la vida en un combate en el que los francos obtuvieron la victoria, y en 818, García Semen, su hijo, que le había sucedido, murió también con las armas en la mano. Estas revueltas de los vascones contra la autoridad franca debieron de sucederse hasta las invasiones normandas.
Con la muerte de Carlomagno en 814, comienza el declive del Imperio carolingio. Le sucedió su hijo Luis el Piadoso; su reinado estuvo jalonado de revueltas y conspiraciones. Sus propios hijos, rebeldes, se disputaron, con las armas en la mano, su herencia antes de su muerte. Esta acaeció en 840 y la lucha por la sucesión se amplifica entre sus hijos. Finalmente en 843 el Imperio es repartido y Aquitania recae en Carlos el Calvo. Este último deberá luchar contra su sobrino Pepino II, hijo de Pepino I, rey de Aquitania, que desea entrar en posesión del reino de su padre.
Los vikingos, a los que los francos llaman los normandos (hombres del Norte), aprovechando las debilidades del Imperio carolingio, habían lanzado ya algunas incursiones en territorio franco. En 843, el mismo año del reparto del Imperio, remontaron el Loira y se apoderaron de Nantes. Se desplazan sobre barcas ligeras (drakkars), y su principal fuerza es su movilidad. Saquean y destruyen iglesias y monasterios, queman todo a su paso, inspiran un enorme terror a las poblaciones. En 844 se presentaron en la Gironda y remontaron el Garona hasta Toulouse. A la postre destruyen Lapurdum (Bayona), remontan el Adour y saquean Dax, Aire y Tarbes. Entre 844 y 850 someten a Aquitania a toda clase de privaciones. Olorón es completamente destruida y desaparece por más de dos siglos. El valle del Saison no debió de escapar a estos desastres aunque faltan documentos que lo avalen. Aquitania, hundida en la mayor miseria vio sucederse una nueva oleada de normandos entre 862 y 865, dirigida por Pepino, sobrino de Carlos el Calvo, que trataba de recuperar su herencia. A fines del siglo IX los normandos se hallaban todavía allí y habrían decapitado a San León en Bayona. Ver Bayon, Leon.
A continuación de las invasiones normandas y de la descomposición del Reino franco, y en respuesta a la inseguridad que reinaba por doquier, se instaló, a partir del siglo IX, el sistema feudal. A la monarquía centralizada carolingia sucede la descentralización. El poder se divide y pasa a pertenecer de hecho a quien sea capaz de imponerse por la fuerza; las poblaciones se colocan bajo la protección de quien pueda defenderlas. Los lugares que ofrecen refugio, como los castillos fuertes, se multiplican. La feudalidad reposa sobre las siguientes bases: el soberano cede un territorio a una persona, el vasallo, capaz de defenderla, a cambio de ciertos servicios, especialmente militares. Este formula un juramento de fidelidad a su soberano. En realidad, los vínculos de dependencia resultan más o menos fuertes según la relación de fuerzas entre soberano y vasallo.
Es así cómo nace, en 824 el Reino de Pamplona, y a mediados del siglo IX el ducado de Gascuña, vasallo del de Aquitania. La compartimentación feudal de la antigua Novempopulania prosigue y, desde el siglo IX hasta comienzos del XI, aparece una multitud de feudos hereditarios, vasallos del ducado de Gascuña, entre los cuales los vizcondes del Béarn, de Olorón, de Lavedan, de Dax, de Laburdi y, finalmente, Zuberoa o Soule. La feudalidad existió, pues, en Zuberoa pero, como en el resto del País Vasco, llegó a revestir, con el tiempo, una particularidad importante: las tierras estaban libres de todo vasallaje; se las llamaba de "franc-alleu" ("alleu", propiedad hereditaria y exenta de todo censo; "franc-alleu", "alleu" libre de toda servidumbre) y las personas estaban exentas de servidumbre (Veyrin, 1947, 106). Más tarde, cuando los reyes de Inglaterra, luego de Francia, pasaron a ser los únicos señores de Zuberoa, la feudalidad será prácticamente suprimida.
Se sabe poco sobre los inicios del ducado hereditario de Gascuña. Zuberoa formaba parte de él, como en la antigua Vasconia, y Burdeos era su límite al Norte. El primer duque habría sido, hacia 850, Sancho Mitarra o Menditarra (el Montañés), pero su existencia no es segura (Courteault, 1938). El duque García Sancho (887-920) podría ser su hijo. A este último le sucedieron Sancho García (920-963) y Guillermo Sancho (963-999) que casó con Urraca, hermana del rey de Pamplona Sancho García Abarca (970-994). Observamos que con ello, desde el siglo X, el destino de Gascuña y el de Navarra se ligan durante mucho tiempo. Durante este siglo X, los normandos aparecen todavía periódicamente. Sus "raids" y sus destrucciones constituyen una amenaza permanente y el país permanece en ruinas. Guillermo Sancho, que se había cubierto ya de gloria luchando contra los moros de España, rechazó definitivamente a los normandos en Taller, cerca de Saint-Sever, hacia 982, y devolvió la paz a Gascuña (Mussot-Goulard, 1983).
Los hijos de Guillermo Sancho, Bernardo Guillermo (997-1009) y Sancho Guillermo (1009-1032), continuaron la política de su padre y el ducado de Gascuña, desgajado de Francia, prosiguió su vida en la órbita de Navarra. Sin que pueda hablarse de una sufraganeidad de Gascuña al Reino de Pamplona, se establecieron vínculos feudales en la época de Sancho el Mayor, que ejerció cierto poder sobre Gascuña llegando a declararse "Rey de toda la Vasconia". En todo caso, Sancho Guillermo de Gascuña, cuya infancia completa había transcurrido en la corte de Pamplona, fue siempre uno de sus más fieles compañeros (Narbaitz, 1978, 107).
Habiendo destruido las incursiones normandas las iglesias y las abadías de Gascuña, los señores laicos se apoderaron de sus bienes. Las diócesis arruinadas se encontraron sin titular. Se creó un obispado único de Gascuña, formado por las antiguas diócesis de Dax, Bazas, Aire, Bayona, Lescar y Olorón, en beneficio de un miembro de la familia ducal. El primer "episcopus Vasconiae" fue, en 977, Gombardo, hermano del duque Guillermo Sancho. Pero los Papas se esforzaron en reformar estos abusos y los obispados suprimidos fueron restablecidos en el siglo XI. Hemos visto que, en sus comienzos, la iglesia de Zuberoa pertenecía a la diócesis de Olorón, de la misma forma que el "pagos solensis" a la ciudad de Iluro. Esta última villa resultó totalmente destruida por los normandos; luego, la diócesis misma desapareció por un tiempo en beneficio del obispado de Gascuña. Zuberoa pasó finalmente a la jurisdicción del obispo de Dax, antes de volver a la diócesis de Olorón en 1058 hasta la Revolución.
Duques de Gascuña | Reyes de Pamplona | ||
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850?-887? | Sancho Mitarra | 824- | Iñigo Iñiguez "Aritza" |
887-920 | García Sancho | 852-882 | García I Iñiguez |
920-963 | Sancho García | 882-905 | Fortuño "El Monje" |
963-999 | Guillermo Sancho | 905-925 | Sancho Garcés I |
925-970 | García II Sánchez | ||
999-1009 | Bernardo Guillermo | 970-994 | Sancho Garcés II |
1009-1032 | Sancho Guillermo | 994-1004 | García Sánchez III |
1004-1035 | Sancho III "El Mayor" |
JMR