Fiesta religiosa tradicional cristiana. En este día se llevaban a la iglesia unos panecillos caseros, olatak, de forma triangular, hechos en la víspera o unos días antes. Dichos panecillos se tenían en la sepultura de la iglesia hasta el ofertorio de la misa mayor. Entonces los recogían en dos bolsas, y al terminarse la misa, el sacristán y el primer mayordomo los llevaban a la sacristía. Allí reservaban unos cuantos para el párroco, y los demás, comenzando por los monaguillos, los repartían entre los niños y niñas, quienes llenos de ilusión por sus olatak eran conducidos a la iglesia por sus hermanitos mayores o por sus padres. Estos datos se refieren a Olaeta (Alava). En Berriz (Bizkaia) se ponían en el campanario para el día de Todos Santos varias calabazas a las que daban forma de cabeza con rostro, y vaciando su contenido, colocaban en su interior velas encendidas.