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SOKA-TIRA

Competición en la que dos fuerzas humanas de signo contrario, aferradas a una cuerda, tratan de arrastrarse mutuamente. La simplicidad de su concepción ha hecho que sea este deporte conocido en la más remota antigüedad y de amplia difusión geográfica en el mundo. Los frisos etruscos recogen en escenas de gran belleza estética competiciones de este tipo. En «La Ilíada», Zeus, como demostración de su carácter de Dios primero, dice a los otros dioses que puestos todos juntos al extremo de una larga cuerda, los arrastrará sin dificultad. Existió también en las Olimpíadas de la Grecia clásica, en Roma y en las aldeas medievales de Europa septentrional. donde constituyó la diversión favorita durante siglos. No hemos encontrado referencia escrita alguna sobre la «sokatira» en el País Vasco en siglos anteriores. En los programas festivos de los pueblos, nada se dice al respecto, pues habían de surgir como desafíos entre grupos de mozos, sometiéndose a reglamentos creados por la costumbre. Según es creencia usual en el país debieron existir de siempre. Al menos, hasta donde llega el recuerdo y la tradición oral, que da como muy frecuentes los desafíos de «soka-tira», en los pueblos vascos, a mediados del siglo pasado.

No es este deporte que requiera una práctica especial. Fundamentalmente la fuerza de tracción la da el peso, por lo que los atletas participantes se seleccionan entre los más voluminosos. Las condiciones que rigen los encuentros de «soka-tira» son las siguientes: a) Número de forzudos: suele fijarse en ocho, en concursos y campeonatos, aunque en desafíos se atiene a lo que de común acuerdo se hubiera señalado. b) Peso: Entre las condiciones se señala si las pruebas son con peso límite o libres. En este último caso la selección procura hacerse con hombres del mayor peso y fuerza. El peso límite suele oscilar, normalmente, entre seiscientos y ochocientos kilos, en el total del equipo. c) Botilleros: cada grupo dispone de un botillero que dirige el esfuerzo con gritos de ánimo. d) Suele prohibirse el anudar la soga a la cintura o pasársela por encima del hombro, salvo en el caso del hombre situado al final. La cuerda se agarra con ambas manos, que deben estar limpias de esparadrapos, resinas u otras materias adhesivas. e) En ocasiones, se establece también el calzado a utilizar, normalmente abarcas o zapatillas con suelas de goma. f) Calles: cada equipo debe tirar dentro de su calle, generalmente de dos metros de ancha, descalificándose a quien salga de ella. g) Zona de arrastre: es de dos metros cincuenta, estando señalizada en la soga y en el suelo. h) En la cuerda suele anudarse una cinta roja indicadora del centro exacto. i) Los desafíos suelen hacerse a dos tiradas, cambiando los equipos de lado. Con ello se procura igualar las posibilidades, evitando ventajas surgidas por irregularidades en un terreno, inclinación del mismo, efe. Caso de producirse empates juega clasificatoriamente el menor tiempo empleado en arrastrar al contrario. j) En concursos con varios participantes suele establecerse una liguilla clasificatoria, jugando todos contra todos. Parece probable que esta reglamentación sea de época reciente. Efectivamente, hemos visto una fotografía de 1906 en que son 10 los componentes de cada cuadrilla. El 18 de abril de 1915 tuvo lugar en el campo de fútbol de Atotxa un concurso de «soka-tira», con equipos de 12 hombres, resultando vencedora la cuadrilla de «Jolastokieta».

Las zonas de mayor afición son, en Bizkaia, Mungia, Plentzia y Markina; en Gipuzkoa, Eibar, Elgoibar y zona al sur limítrofe con Bizkaia; en Álava, Artziniega, donde en septiembre de 1969 se celebró el Campeonato de España de esta especialidad. Los desafíos suelen ser, frecuentemente, en el marco de unas fiestas patronales, entre casados y solteros, jóvenes contra viejos, de un barrio contra otro, etc. En Iparralde se practica sobre todo en tierra batida como el suelo de los frontones. El único club estructurado que existe en Euskadi Norte, el «Euskal Kirolak» de San Juan de Luz, lo practica también sobre hierba. Existe una copa de provincias en la que participan varios equipos de pueblos, San Martín de Arberoue, Ordiarp, Sara, Ahetze, etc... Pero son equipos circunstanciales que no se entrenan regularmente y se hacen y se deshacen al socaire de las competiciones. Existe ya, sin embargo, algún proyecto de constitución de federación para estructurar y reglamentar todo esto, aunque hay que decir que queda aún mucho camino por recorrer.