Concept

Siderurgia

El siglo XIX supuso una rotunda renovación en el panorama industrial guipuzcoano. Las actividades artesanales fueron cediendo poco a poco espacio a nuevos sectores asentados sobre unas bases técnicas modernas. Gipuzkoa se unió tarde a la expansión siderúrgica finisecular. La competencia de Bizkaia en este campo y la ausencia de materias primas de calidad ralentizaron estas actividades.

El primer alto horno de Gipuzkoa surgió de la fusión de la tradicional industria ferrona y las nuevas técnicas de transformación del hierro. Domingo Goitia y Martín Usabiaga, propietarios respectivamente de las ferrerías de Yurre y Yarza en Beasain, junto a José Francisco Arana, propietario del solar, se asociaron en 1860 para crear la "Fábrica de Hierros de San Martín de Urbieta." La inauguración de los primeros altos hornos de esta empresa tuvo lugar en 1862, utilizando carbón vegetal. En 1870 esta fábrica elaboró 42.000 quintales de hierro, frente a los 7.120 producidos por las ferrerías que todavía funcionaban en Guipúzcoa.

Hubo que esperar hasta 1901, para que la firma "Vergarajauregui y Resusta" instalase un alto horno en Bergara. Este año también se fundó "La Cerrajera Guipuzcoana" en Arrasate-Mondragón. Con el deseo de reforzar la producción y moderar los costes estas dos empresas se fusionaron en 1906 dando lugar a la "Unión Cerrajera". Ambas empresas aportaron terrenos e instalaciones en Arrasate-Mondragón, Bergara y Aretxabaleta. Esta sociedad contaba con dos focos de producción: el de Zaldibar y Altos Hornos de Bergara. En los años 1906, 1912 y 1914 se instalaron tres hornos Siemens Martin, encargados de la producción del acero que luego era transformado en las otras plantas de la empresa.

Por lo tanto, la Unión Cerrajera era una siderurgia integral en la que se dominaba todo el proceso de fabricación, con una amplia gama de producción. Sin embargo, los elevados costes en la producción del lingote y la mayor competitividad de los fabricados en las siderurgias vizcaínas llevaron a los responsables de esta empresa a plantearse continuar con esta fase de fabricación. De este modo, desde 1928 el lingote llegaría procedente de Altos Hornos de Vizcaya.

Abandonada la fabricación del lingote, desaparecieron los altos hornos y en 1962 los hornos Siemens fueron sustituidos por nuevos hornos eléctricos. Este centro de producción se destinó exclusivamente a la producción de laminados.