Monasteries

SAN SALVADOR DE URDAX

Ferrerías. La riqueza del monasterio se basó en gran medida en la explotación de las ferrerías que tuvo, poseyendo cargadero propio en el puerto de San Juan de Luz y utilizando incluso hierro de Vizcaya. Su concertación con los explotadores de vena y con la monarquía castellana para traer el mineral por territorio francés suscitaría en el siglo XVI desavenencias con las autoridades del Señorío que sospechaban que los monjes revendían el mineral a las ferrerías francesas, cosa prohibida terminantemente por el Fuero de Vizcaya. En 1591 los monjes conseguirían una real carta en este sentido que, impugnada por el Señorío, fue reforzada por una segunda en 1595, siendo también "[edecida pero no cumplida". Las tensiones entre el poder señorial de la abadía y los habitantes se agudizarán desde el siglo XIV.

Concordia de 1482. En abril de 1482 se celebró una concordia en Elizondo entre el abad de Urdax, los vecinos de Zugarramurdi y el concejo de Baztán. Por él, se reconoce al abad un territorio propio y se le otorgan en los montes comunes del valle los mismos derechos que a sus vecinos, como si fuera uno de ellos. También, se concede a los caseros y bordeantes del monasterio "que puedan gozar con cada cuarenta puercos en todos los términos" del valle de Baztán. Las 30 casas de Zugarramurdi podrían gozar igualmente de los comunes con cada cuarenta puercos "de la parte aqua de la agua" y con los otros animales propios, "de la parte de allá". Los baztaneses, por su parte, gozarán en el término contencioso, los mismos derechos que en los comunes del valle. A esta concordia se apelará numerosas veces en los conflictos entre el valle, Zugarramurdi y el monasterio.

Ocupación militar del monasterio. Tras la conquista de Navarra, en 1520 una de las figuras más destacadas de la resistencia anticastellanista era el abad de Urdax, Juan de Orbara, canónigo de Pamplona. Los informes del Virrey, duque de Nájera, aconsejaban al emperador su destitución, advirtiéndole del peligro que suponía la proximidad del monasterio a la frontera y "a la fortaleza de Maya". Nájera envió el 17 de julio al capitán Martín de Ursúa para quitar la abadía a Orbara y "colocar las armas reales en la puerta principal... con órdenes terminantes de tomar por la fuerza el convento si se oponían los frailes...". Invocadas las leyes del reino por el abad frente a tal requisitoria, Ursúa forzó el monasterio y expulsó a los monjes, ocupándolo militarmente.

Abadiazgos trienales. Aunque hasta 1566 estuvo encuadrado en el ámbito del obispado de Bayona, al incorporarse Navarra a la corona de Castilla, Urdax quedó incorporado a la congregación premonstratense de Castilla (1515), siendo en esta época cuando los abades comienzan a ser trienales. A los abusos señoriales de los abades perpetuos, suceden las ingerencias de la corona castellana de los trienales, basadas en el patronato concedido por Adriano de Utrech a Carlos I en 1523. Durante el reinado de Felipe II se suceden los intentos de independencia respecto a los superiores franceses de la Orden, reflejados en los capítulos de 1573, 1594 y 1600.

Independencia del monasterio. Los siglo XVI y XVII conocieron continuos pleitos entre el monasterio y los habitantes de Urdax, Zugarramurdi y Baztán por liberarse éstos de las prestaciones personales y reales que la jurisdicción señorial de la abadía les imponía. En 1662 los vecinos laicos consiguieron de la corona que los cargos concejiles se designaran por insaculación, aunque en realidad el abad escogía entre los candidatos al cargo elegidos. Al año siguiente, Urdax y Zugarramurdi rescataron la jurisdicción criminal por 3.800 ducados. Durante el siglo XVIII los pleitos con Baztán sobre aprovechamientos se recrudecen. Finalmente, en 1774, Urdax se liberó de ambas jurisdicciones y obtuvo la condición municipal realenga; en 1785 la Cámara de Castilla dictaminó el reconocimiento de la propiedad municipal del término, hasta entonces del monasterio.

Pleito de Urdax. En 1735 se desencadenó el llamado "pleito de Urdax" al haber plantado el abad Bernardo Aguirre en el coto redondo 700 árboles. Los vecinos de Urdax y de Baztán protestaron; los primeros por sentirse perjudicados en su disponibilidad de helechales y aliagas; los baztaneses, por "haber pretendido vecindad con el valle unos simples vasallos solariegos" y por la desforestación realizada por el monasterio en los comunes del Baztán. Lo oneroso de los pleitos llevaron a las partes a firmar en 1740 un acuerdo notarial. Este acuerdo reviste importancia porque, como señala Zudaire Huarte, por vez primera las autoridades baztanesas trataron a los vecinos de Urdax como entidad autónoma y el monasterio tuvo que dar por buenos los acuerdos. Por primera vez en siglos de protestas por el dominio monasterial sobre los vecinos, hubo un enfrentamiento abierto con el cenobio. El alcalde y jurados de Urdax celebraron junta en agosto de 1756 dando plenos poderes a varios de sus próceres --algunos con predicamento en Madrid-- encargándoles defendieran a Urdax "del poder, dominio y artificiosa economía" con que hasta entonces había procedido el monasterio. Se siguieron numerosas sentencias y recursos hasta que, con ayuda del ministro Campomanes, la villa de Urdax consiguió las jurisdicciones y condición de villazgo realengo antes referidas, de 1774 y 1785.

El siglo XIX. En octubre de 1793 las tropas de la Convención francesa saquearon e incendiaron totalmente el monasterio y la villa de Urdax, quemando también una gran extensión de bosque; siete años más tarde sólo contaba esta con 4 casas en pie. Arruinado totalmente el monasterio, los monjes se refugiaron en Loiola. Los vecinos solicitaron el retorno de la comunidad que, tras dos años de restauraciones, volvió en 1806. En 1809 José Bonaparte decreta la supresión de las órdenes religiosas, siendo la comunidad de Urdax exclaustrada hasta 1814. Una nueva exclaustración tuvo lugar entre 1820 y 1823. Desaparece definitivamente la comunidad en 1839, cuando el final de la guerra carlista permitió poner en práctica la incautación promulgada por el conde de Toreno en 1835, siendo los edificios del monasterio destinados a cuarteles.

Abades. Sancho, prior, 1211; Arnaldo Bernardo, 1230-35; Pedro, 1288-98; Pedro de Ainhoa, 1360-86; Domingo d'Ustaritz, 1386; Juan de Echandi, 1437; Pedro de San Martín, 1474-82; Pedro de Salles-Jussan, 1505; Juan de San Martín, 1513; Juan de Orbara, 1522; Juan de Elizondo, 1550-53; Pedro de Orbara, 1560; Domingo de Landíbar, 1561; Juan de Echaide, 1562; Miguel de Goñi, 1565; Juan de Echaide, 1567-69; Juan de Abaurra, 1570; Juan de Echaide, 1580-84; Juan de Elizondo, 1584-; Juan de la Vega, 1600; Francisco Victores, 1603; León de Araníbar, 1607-13; José de Elizondo, 1615-18; Martín de Mayora, 1639; Laurencio Urrutia, 1640-47; Marco Herbias, 1652; Bernardo Aguirre, 1657; Juan de Maya, 1670; Norberto Echenique, 1673; José Gastón, 1679-81; Bartolomé Echenique, 1685; Juan B. Alemán, 1701-703; Francisco Borda, 1705; Gerónimo Aguirre, 1708-11; Francisco de Borda, 1711-14; Jerónimo Aguirre, 1714-17; Juan Tomás Elorga, 1717-20; Jerónimo Aguirre, 1720-30; Juan Tomás Elorga, 1723-26; Jerónimo Aguirre, 1726-28; Matías de Ustaritz, 1728-29; Juan Tomás Elorga, 1729-32; Jerónimo Aguirre, 1732-34; Miguel de Aldecoa, 1734-35; Bernardo Aguirre, 1735-38; Juan Tomás Elorga, 1738-39; José Barrenechea, 1739-41; José Alzuguren, 1741-44; José Barrenechea, 1744-47; José Alzuguren, 1747-50; José Barrenechea, 1750-53; Norberto Garacoa, 1753-56; Bartolomé Barrenechea, 1756-60; Juan B. Bengoechea, 1760-65; Luis de Arbeloa, 1765-68; Francisco de Ytcea, 1768-71; Luis de Arbeloa, 1771-74; Juan Bengoechea, 1774-77; Gilberto Tornaria, 1777-80; Agustín Tomás Jubil, 1780-83; Gilberto Tornaria, 1783-86; José de Enseña, 1786-89; Luis de Arbeloa, 1789-92; Francisco Miranda, 1792-95; Bartolomé de Jusué, 1795-98; José de Enseña, 1798-801; Joaquín Arbeloa, 1801-804; Agustín Sanzberro, 1804-807; Joaquín Arbeloa, 1807-15; Agustín Sanzberro, 1815-18; Juan Antonio de Echeverz, 1818-25; José Matías de Elizalde, 1825-39. La iglesia monasterial es la parroquia de la localidad (v. URDAZUBI/URDAX. Arte).

Facerías internacionales. Acuerdos realizados entre la villa de Urdax y las de Ainhoa y Saint-Pée-sur Nivelle, para el disfrute del terreno de pasto común.

Xabier LASALLE