Biographies

RONCESVALLES, Garci López de

Cronista navarro del s. XV. De condición seglar, estuvo casado con María Motza. Fue tesorero del Rey de Navarra Carlos III y ordenó la Cámara de Comptos mejorando la gestión de las cuentas reales entre 1404 y 1430. Como complemento de este trabajo redactó una Crónica de los Reyes de Navarra, manuscrito del que existen cinco copias obrantes en la Biblioteca Nacional de Madrid, el Archivo de Navarra y el de la Real Academia de la Historia. Poseyó el palacio de Oriz en Elorz (Navarra) y murió el 25 de julio de 1437.
La Crónica de Garci López de Roncesvalles. Ha sido transcrita, anotada y estudiada por Carmen Orcastegui Gros (Univ. de Navarra, Pamplona, 1977) a la que seguimos en su minucioso estudio. Según la misma, esta Crónica llena en su tiempo el vacío existente en la producción historiográfica de Navarra que sólo había contado, hasta entonces, con Anales y Genealogías pero no con ninguna historia particular del Reino. Fue concebida como prólogo del volumen de Comptos correspondiente al año 1404. Su esquema consta de: 1. Un prólogo del autor en el que expresa y justifica su intención de hacer preceder el acta obligatoria de la coronación del rey y su nombramiento como tesorero -en su primer registro de Comptos- de un breve resumen de la historia de Navarra. 2. La Crónica propiamente dicha, que arranca desde Jesucristo y comprende la sucesión de reyes navarros desde Iñigo Arista hasta el año 1404 en el reinado de Carlos III. 3. Un epílogo donde detalla las fuentes utilizadas. 4. El acta de la coronación de Carlos III. 5. Dos apéndices que resumen parte del texto: el primero referente a la unión y posterior separación de Navarra con Francia, y el segundo acerca de la ascendencia de Carlos III, para recabar su entronque directo con San Luis de Francia. 6. La copia del documento por el que fue instituido como tesorero del reino (Burdeos, 4 diciembre 1403). 7. La copia de la carta de procuración dada por Carlos III a su esposa la reina D.ª Leonor, en vísperas de su viaje a Francia (Saint Palais, 22 noviembre 1403). Su estilo es sobrio, conciso y rutinario; la única división dentro del texto está marcada por parágrafos encabezados por «Item»: los acontecimientos se suceden cronológicamente y el conjunto queda objetivamente lacónico. Está claro que el autor no ha pretendido hacer una obra literaria, y que su única meta ha sido servir de guía de consulta a todo aquel que deseara conocer el pasado histórico del reino. Dentro de su estilo puramente narrativo, los reyes se convierten en la principal materia y alma de la crónica, y solamente en el reinado de Carlos II -debido a la mayor amplitud que concede al relato y a su conocimiento directo del mismo-- da entrada a otros personajes, entre ellos algunos rebeldes que son siempre tratados de forma peyorativa. Así, la crónica parece estar concebida por el autor a modo de glorificación de la estirpe real, donde los reyes se presentan ante el lector como modelo de todas las virtudes, y cuyas acciones, en todo caso, no está permitido someter a juicio. Cabe, eso sí, confiar en la providencia de Dios que ha demostrado a lo largo de la historia su influencia para ordenar con justicia los destinos de la Corona. Finalmente, hay que destacar en la obra del tesorero su marcado interés por la cuestión de la legitimidad de la sucesión a la Corona, interés que queda patente con la inclusión al principio de la crónica del primer capítulo del Fuero, sobre cómo ha de alzarse rey en Navarra, y con la certificación a lo largo de la obra de todos aquellos reyes que juraron los fueros; todo lo cual, unido al inusitado detalle con que trata los ascendientes de Carlos III y sus inexcusables derechos al trono, nos lleva a pensar que esta cuestión pudo ser el fin principal que se propuso resaltar en su crónica. Su principal fuente general fue la Historia General del navarro Ximénez de Rada hasta el reinado de Teobaldo I. También obtuvo información general en el Speculum Historiale de Vicente de Beauvois o Bellovacensis. En cuanto a la historia específica de su tierra utilizó dos versiones del Fuero General y las «Crónicas» que ambos ejemplares contenían a continuación, además de otra Crónica inidentificada y un gran caudal de informaciones de primera mano proporcionadas por sus contemporáneos y por el material acumulado en el Archivo del Reino. El valor historiográfico de esta Crónica es, salvo el período legendario de los comienzos, total. -A. A. A.