Concept

Pelota vasca

Definido por algún poeta como un punto de perfección casi irrepetible entre el guijarro certero y funcional de David y el diamante rosa de Tiffanys's, el maravilloso juego de pelota vasca o, mejor, juego vasco de pelota, según acertada sugerencia del historiador tolosarra J. Iguarán, es un espectáculo vibrante que conoce y explota las leyes del movimiento formuladas muchos siglos antes por Galileo y Newton.

Se trata de un deporte muy completo -aunque resultaría más completo si, en lugar de en un frontón cerrado y lleno de humo, se practicara al aire libre- que, en condiciones adecuadas, puede servir como ocio o diversión desde los ocho años, o incluso antes, hasta pasados los cincuenta; no está limitado únicamente a las personas corpulentas, pues, si éstas gozan de enorme ventaja para jugar como zagueros, las personas que tienen una constitución normal pueden llegar a ser excelentes delanteros.

El juego de pelota, cuya práctica no exige tener un morfotipo definido, desarrolla la destreza como cualidad primordial y requiere a la vez fuerza, resistencia, flexibilidad, gran intensidad, distensión y velocidad. Como los desplazamientos son muy cortos y los gestos de golpeo se realizan con el tórax bloqueado, estimula más las funciones cardiovasculares que las respiratorias. El pelotari pone a contribución el esfuerzo de sus grandes grupos musculares de las extremidades superiores, inferiores y de la banda abdominal.

Desde el punto de vista psíquico, el juego de pelota desarrolla la capacidad de observación, la rapidez de reflejos y la decisión de acción y de juicio. Junto a pelotaris que tienen una forma de juego cauta y prudente, hay quienes arriesgan realizando brillantes jugadas sin ningún temor. El buen pelotari, que debe ser listo y con mucho talento, debe jugar rápidamente, sin vacilaciones y con una intuición especial; debe coordinar su posición en la cancha, la distancia que media entre su ubicación y la pared del frontis, la velocidad, el efecto, la dirección y la altura del bote con que le llega la pelota, y la posición de los contrincantes.

Con todos estos datos, el pelotari, en décimas de segundo, debe pensar una jugada y ejecutarla; pero, cuando parece que todo está decidido, un inesperado cambio en la posición del adversario, o un desajuste en la trayectoria de la pelota que, por irregularidades en la cancha o en la propia pelota, o por un estrepitoso fallo del contrario, no bota como se esperaba, corre más de lo que se presuponía, se queda corta o se arrima a la pared izquierda, hace que, en fracciones de segundo, el pelotari deba modificar la postura y ejecutar el gesto de golpeo de forma muy diferente a la inicialmente pensada, con la dificultad añadida de que la pelota vasca nunca puede ser retenida.

Al ser un deporte que exige una gran destreza, es un excelente medio de educación motriz para los niños torpes e inhábiles, y de educación psicomotriz para los niños inadaptados.

Entre las diferentes modalidades de pelota vasca, hay algunas como la mano, la pala o la paleta que, por jugarse simultáneamente con ambas manos, tienen la consideración de deportes simétricos, pues no precisan de otro deporte o de ejercicios complementarios de compensación para mantener el adecuado equilibrio en el desarrollo armónico.

En una nota del libro de gimnasia Manual de Educación física, gimnástica y moral, escrito por el valenciano Francisco Amorós y Ondeano, coronel español exiliado, director del Gimnasio Normal Militar y Civil de París, donde, entre otras novedades, introdujo la música como complemento de sus actividades, se recomienda muy especialmente el juego de pelota contra el muro como ejercicio completo y eficacísimo para el desarrollo equilibrado y armónico de las dos partes del cuerpo.

El Dr. D. Miguel Mª Echavarren, médico de referencia de la mayoría de los deportistas guipuzcoanos de su época, recomienda el juego de la pelota como entrenamiento de potencia y elasticidad para los porteros de fútbol, toreros e incluso para los cosmonautas americanos, quienes, con la ayuda de un guante protector, lo practicaban en un frontón especialmente construido en Cabo Kennedy.

Todas estas cualidades del juego de pelota fueron perfectamente sintetizadas por Kepa Enbeita en un único "bertso" que, bajo el título Pilotia lakorik! se publicó con motivo del 1º Campeonato oficial de parejas, y reza así:

Buru, anka ta beso, bular eta begi,
osuan indartzeko mutil gastieri
pilotia lakorik ezin topau legi.
"Besagaiñ" ta "bolera", ezker ta eskubi,
atzian naiz aurrian, an jauzi or jagi...
Pilotariyak oso bizkor egin dagi.
kirol-zale zarian mutil azkar ori,
beste danak utzirik...Izan pelotari.