Place Names

OKARIZ

Parroquia de la Asunción de Nuestra Señora. Construcción del s. XVI que tuvo un origen medieval, época de la cual se conservan algunos restos: varios sillares románicos en los muros; restos de modillones; partes de la portada del s. XIII, en la que destaca la profusa decoración de jambas y columnas; dos pilares del pórtico protogótico que la protegía y restos de su portada, también de arco apuntado. Este espacio sirvió de cementerio. Algunos de estos elementos han sido recientemente descubiertos tras las últimas restauraciones. La actual portada data de fines del XVI y cincuenta años después se hizo la puerta apanelada con bellos herrajes que se aprecia en la actualidad. Está al O. y va precedida de un pórtico de sabor rural. La torre se erigió en el s. XVII con planta cuadrada, dos cuerpos y tejado de cuatro vertientes. En su realización intervinieron Ramiro de Ocáriz y posteriormente Mateo del Pontón, quien además intervino en la erección de la bóveda de la capilla mayor, de línea barroca en contraste con las bóvedas nervadas del resto de la nave en sus tres tramos. Todas ellas, aun de diferente trazado, parten de un tercelete y llevan claves decoradas y lisas en el segundo tramo. En el coro, sobre arco rebajado, con intradós relivado por rectángulos, se guardan varias dovelas medievales, trozos de capiteles y fragmentos de impostas. El bajo coro cubre con bóveda de lunetos y una parte se adaptó para sacristía a fines del XVIII, dejándose la antigua del XVI. Del lado del Evangelio se abre un arco de medio punto, que da paso a un pequeño nicho donde se encuentra la pila bautismal del XVII apeada sobre una base medieval. Preside el templo un retablo neoclásico trazado por Manuel Martín de la Carrera y realizado por Vicente Ramírez y Juan de Inza en su parte escultórica. Monumental conjunto adaptado al ábside, en el que se combinan perfectamente el dorado y jaspeado en una sobria y elegante traza de un solo cuerpo coronado en cascarón. Se despliega en tres calles articuladas por cuatro grandes columnas de capiteles corintios dorados. Preside la calle central una bella imagen de la titular rodeada de angelillos en la que queda patente una actitud ascensional. Debajo, un sencillo templete bien dorado. En los laterales se colocan esculturas de cuidada ejecución que recuerdan a su vez el estilo de Mauricio de Valdivieso, y encima pinturas de ángeles con cartelas. Un arquitrabe liso da paso al cascarón de remate, con intradós decorado y efigies representando la Trinidad portando una corona. Anteriormente a éste que data del XIX, existieron otros dos, obras del s. XVII y XVIII. Ambos estuvieron centrados por una talla medieval del s. XIV de la Virgen, hallada junto con otras en la última restauración y recientemente restaurada. Es una imagen tipo «Andra Mari» sedente, de rostro dulce y sonriente. Va coronada con manto de plegado naturalista y tiene al Niño sobre la rodilla izquierda. Fue imagen de vestir desde fines del s. XIV. Las otras cinco tallas que fueron exhumadas junto con ésta pertenecen casi todas al s. XVI excepto un San Miguel del XIII buena talla que proviene de la ermita de su nombre, carente hoy de todo cometido religioso. En la iglesia hubo además dos retablos laterales realizados en 1755 por Miguel de Porras en estilo rococó, que veneraban un San José y la Virgen del Rosario, hoy retirados. Sólo persiste la imagen de San José de línea barroca que anticipa el neoclásico. Se ha colocado en el presbiterio sobre peana románica relivada con palmetas y hojas carnosas. En la sacristía se guarda una cajonería neoclásica, restaurada en la actualidad y varias piezas de orfebrería con una cronología comprendida entre los s. XVIII y XIX. Hay además un nicho en el muro con arco y jambas ornamentadas mediante trapecios y rectángulos rehundidos. Situada en un alto permanece la Ermita de San Miguel, cuyo origen se remonta a la época medieval. Lo más destacable en la construcción es el empleo de lápidas romanas en sus muros, restos de lápidas funerarias y varias anepígrafas muy deterioradas. Las ermitas desaparecidas son: San Juan y San Pablo.