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Mendigorría

El casco urbano de Mendigorria se muestra articulado en torno a la parroquia y con calles, algunas de ellas, con marcada pendiente. Prevalece la tipología de la casa de la zona media que por lo general en los materiales empleados utiliza sillar en el primer nivel y en los siguientes, normalmente no más de dos, sillarejo o incluso ladrillo. Por todo el núcleo antiguo del pueblo se reparten interesantes casas blasonadas de los siglos XVII y XVIII. El número 8 de la calle Martín Salvador, especialmente reseñable, es una monumental casa del siglo XVIII, con tres cuerpos y ático de sillería, articulados por vanos rectos, menos el de ingreso que es un arco de medio punto. Exhibe un blasón rococó timbrado por yelmo.

También hay que remarcar los edificios que conservan elementos como arcos apuntados en la entrada y el anagrama de Cristo o el IHS en la clave fechados en el siglo XVI. De este mismo siglo existe una vivienda en la calle de los Angeles con tres cuerpos de sillería parcialmente revocados y ventanas rectas igual que la puerta de ingreso con molduras y orejetas. Conserva un escudo con bordura de cartelas de cueros y yelmo.

En la plaza de los Fueros se encuentra el Ayuntamiento, obra de cantería del siglo XVII de dos cuerpos y ático separados por imposta lisa. Sus huecos son dinteles que en el primer cuerpo forman un balcón corrido con escudo gótico del siglo XV sobre escudete con castillo, entre leones tenantes y corona abierta por timbre perteneciente a Juan II.

Sobre el río Arga, en dirección a Andión se sitúa un puente de origen romano de siete arcos, algunos de ellos apuntados. Fue parcialmente destruido en el siglo XV y durante las guerras carlistas y renovado a finales del siglo XIX.

A las afueras del pueblo se encuentra la ciudad romana de Andelos. Las numerosas excavaciones habidas en la zona han demostrado que existió en el mismo lugar un poblado de la Edad del Hierro que, romanizado en el siglo I a.C., alcanzó su mayor esplendor en el siglo I-II d.C. Se han encontrado una presa, un depósito regulador de agua en estiajes, un acueducto, termas así como también laudas sepulcrales. La ciudad de Andelos alcanzó una extensión máxima de 18 hectáreas, ocupando una meseta protegida al noreste por un gran desnivel. La parte oeste desciende suavemente en dos amplios escalones. Hacia el sur forma una extensa vaguada. Queda constancia de una muralla perimetral con la doble función de defensa y contención del terreno. Fuera del perímetro se han localizado dos torreones defensivos al noroeste y sureste.

Resulta sorprendente el sistema hidraúlico de la ciudad. A este respecto son muy interesantes: el Castellum aquae que servía para repartir y dividir el caudal del agua que transportaba el acueducto y del que se conserva un podio rectangular de grandes sillares acabado en otros moldurados. El interior está compuesto de un relleno de piedra picada y sobre ella una fuerte argamasa formada por tres capas; el depósito regulador que ocupa un amplio espacio excavado en el terreno de 85 x 37 metros como ejes máximos, con una capacidad de almacenamiento de 7.000 metros cúbicos. En su construcción hay dos fases. En la primera el depósito era de dimensiones más reducidas y las paredes y suelos estaban impermeabilizados con un revestimiento de argamasa hidráulica. En una segunda fase se realizó una ampliación que reforzó los muros con 37 contrafuertes interiores con el fin de aguantar el empuje de la tierra a depósito vacío. A esta segunda obra corresponde la arqueta de salida de agua y la escalera de bajada al interior; la presa de Iturrandiz fue ejecutada en el siglo I d.C. Las excavaciones realizadas a esta presa han dejado al descubierto los restos de dos obras de contención realizadas en épocas sucesivas. La primera y más importante de ellas era una construcción de sillarejo con trece contrafuertes interiores, una arqueta de salida de agua y una longitud total de 150 metros

La parroquia de San Pedro, de origen medieval, fue reconstruida en el siglo XVI en estilo gótico renacentista. Correspondiendo a este momento la traza de la cabecera, crucero y nave. Más tarde, entre el siglo XVIII y el XIX, se añade un cuarto tramo a los pies de la nave que se cubre con bóveda de crucería de nervios mixtilíneos para armonizar con las restantes cubiertas; dos capillas inmediatas al crucero, escaleras y coro. Al exterior la portada principal, torre y pórtico. Las ampliaciones estuvieron dirigidas por Antonio de Oteiza en 1772. En 1855 se construye la nueva sacristía adosada a la cabecera del templo. El proyecto de Vicuña, de estilo neoclásico, es respetado por Pablo de Urroz que construye una monumental rotonda.

La fachada, erigida a partir de 1776, se realizó combinando elementos tardobarrocos con otros neoclásicos e incluso renacentistas. Se articula con cuatro triples pilastras dórico-toscanas en tres calles. La central, mayor, alberga una portada retablo. Las laterales van articuladas con tres vanos superpuestos decrecientes de tamaño en altura. La parte izquierda sirve de base a una esbelta torre de dos cuerpos, prismático y ochavado respectivamente, rematando con una compleja cúpula. La otra lateral se corresponde con el pórtico.

En el interior, pila de agua bendita del siglo XVIII. Una pila de bautismos del siglo XVI e imaginería popular barroca en la capilla del baptisterio. Retablo de San José en la capilla de su nombre, rococó, y un tornavoz de madera barroco que cobija una talla de la Virgen del Carmen, correspondiente a fines del siglo XVIII. En el crucero, un retablo de la Virgen del Rosario, manierista, de principios del siglo XVII. En el muro frontal, un retablo de la Inmaculada que se concluyó en 1716 pero fue modificado con gusto neoclásico.

En el lado de la epístola, el retablo de Santiago que data de 1716 y está profusamente decorado. Situado en el ático se encuentra un lienzo con una escena de Santiago Matamoros, interesante dentro del período barroco en la merindad de Olite. El retablo de Cristo crucificado, el de San Francisco Javier y un retablo procedente de la ermita de Andión, completan las capillas. En un expositor de estilo rococó aparece la Virgen de Andión de iconografía medieval modificada en el siglo XVIII.

La Sillería del coro es de estilo rococó. Varias tallas de diferentes épocas y estilos y numerosa orfebrería en la nueva sacristía. Retablo principal de la parroquia, renacentista, firmado en 1594 por el estellés Bernabé Imberto. De orientación netamente grecorromana, el efecto es grandioso debido sólo a su arquitectura. Aparecen frontones, columnas de los tres órdenes, entablamentos, salientes y entrantes y cornisas apenas decoradas.

El primer cuerpo con escenas de la Pasión, y tras un entrepaño con doctores y vírgenes, el segundo cuerpo con escenas de San Pedro y los bultos de San Andrés y San Pablo. Otro entrepaño lleva los evangelistas. El tercer cuerpo lleva escenas de la vida de la Virgen y dos santas. El Calvario remata la obra con San Juan, la Virgen y los Apóstoles. En el siglo XIX se deshizo el sagrario en piezas que se aprovecharon parcialmente junto con un ostensorio barroco. Elegante policromía que se aparta de los modos usuales de los maestros de Navarra, tal vez de Alonso de Logroño y Vega. Sagrario que vino de otra iglesia con temas esculpidos del citado Imberto con buena policromía.

Dos ermitas con culto posee Mendigorria y son: Ermita de Santiago, del siglo XVI, está situada en un alto y hoy se presenta muy reformada. Tiene nave de dos tramos, cabecera recta y cubierta a dos aguas. Guarda tallas barrocas populares en el interior. Quedan dos piezas de un antiguo terno renacentista atribuido al bordador Antonio de Estanga.

La otra ermita se emplaza entre la ruinas de la ciudad romana de Andelos y su advocación es la de Nuestra Señora de Andión. Es un edificio de principios del siglo XIII de estilo protogótico del que se conservan los muros con sus pilastras y el espacio interno del edificio más la cubierta de los pies y una puerta. La capilla mayor fue remodelada cubriéndose la cabecera con una cúpula barroca en el siglo XVII y la puerta de la fachada es del siglo XV. Sobre ésta se coloca una espadaña con dos arcos de traza moderna. El retablo mayor es de estilo barroco y está presidido por Nuestra Señora de Andión, de origen medieval aunque reconvertida en imagen de vestir. En el ábside de la cabecera se pueden ver, reutilizadas, varias laudas sepulcrales de época tardorromana.

  • LOPEZ SELLÉS, T. Contribución a un catálogo de ermitas de Navarra. C.E.E.N, 1972.
  • VV.AA. Catalogo Monumental de Navarra., III, 1985.

ETE 2011