Arquitecto navarro Pamplona, 1869; Zaragoza, 16 de enero de 1928. De estilo ecléctico aunque también con influencias modernistas, y que desarrolló su trayectoria profesional primero en Navarra, y posteriormente en Aragón.
Manuel Martínez de Ubago Lizárraga nació en Pamplona en 1869 y estudió en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid titulándose en 1892. De hecho, al año siguiente, en 1893, comenzó brillantemente su carrera profesional con un importante trabajo, pues este año se le encargó el proyecto para el Monumento de los Fueros, obra con la que la Diputación Foral de Navarra pretendía reivindicar y defender los derechos que aún le quedaban del antiguo Fuero y que fueron cuestionados en la revuelta que se denominó Gamazada, en honor al ministro de hacienda Antonio Gamazo que pretendió elevar el cupo -el porcentaje de los impuestos recaudados- que la provincia de Navarra gestionaba. El monumento se levantó diez años más tarde, en 1903, hasta que no se consiguió recaudar el dinero necesario para su ejecución.
El monumento está realizado en estilo ecléctico con influencia clasicista, y se erige sobre un sólido basamento de planta pentagonal cuyos ángulos se acentúan mediante gruesas columnas entre las que corren arquillos ciegos; en eje con estos soportes se levantan primero cinco esculturas que representan a cinco virtudes -Justicia, Historia, Autonomía, Paz y Trabajo-, y después un segundo cuerpo también pentagonal pero de sección más reducida en cuyos lados están los escudos de las localidades navarras de Pamplona, Tudela, Estella, Olite y Sangüesa, y el de Navarra; el conjunto se remata mediante una columna de mármol que sirve de apoyo a una escultura en bronce de una mujer vestida al modo clásico con la cabeza coronada y que levanta con su mano izquierda un pergamino en actitud de leer y que simboliza las libertades del pueblo navarro. En su origen, en lugar de esta estatua, el arquitecto navarro diseñó a un joven guerrero que protegía a un anciano simbolizando la edad moderna que defiende a la antigua.
Hasta que abandonó la capital navarra en 1904 para instalarse definitivamente en Zaragoza, Manuel Martínez de Ubago Lizárraga reformó y construyó numerosas viviendas en Pamplona, especializándose en la vivienda privada, ya que sólo hizo una obra religiosa, la restauración de la iglesia de San Miguel de Estella. En cuanto a su obra civil, hay que destacar que fue el primer arquitecto que introdujo y utilizó en algunas de sus obras el modernismo, un modernismo de herencia catalana en el que predominaba la ornamentación floral y los detalles decorativos arabescos, y que se limitaba a utilizar principalmente en las fachadas. De hecho, sus dos proyectos más interesantes de esta primera fase en su trayectoria arquitectónica los realizó en este estilo en el primer ensanche de la ciudad. El primero de ellos lo levantó en la calle José Alonso número 4, y se trataba de una vivienda unifamiliar donde introdujo decoraciones modernistas muy especialmente en el portal de entrada destacando los temas vegetales. El segundo proyecto relevante que construyó fue el bloque de viviendas de la calle General Chinchilla número 6 que posteriormente se convirtió en la Delegación de Hacienda; lo más destacable del edificio es su exterior que recibe un tratamiento singular jugando con diversos paramentos y elementos constructivos de origen ecléctico aunque de impronta clasicista y decorativos de influencia modernista catalana. También hay que destacar la reforma de tiendas que realizó en estilo modernista como en el caso de la Farmacia Blasco y la Platería Idoate.
En 1904 se trasladó a Zaragoza donde primero fue nombrado arquitecto diocesano de la ciudad, y posteriormente Presidente de la Asociación de Arquitectos de Zaragoza. De hecho, el primer trabajo del que se tiene constancia que realizó en tierras aragonesas fue la restauración de la iglesia parroquial de Zuera. Al igual que en Pamplona, el trabajo de Manuel Martínez de Ubago Lizárraga en Zaragoza destacó por su combinación de elementos constructivos eclécticos y elementos decorativos modernistas, siendo uno de los primeros arquitectos que siguieron el estilo en tierras zaragozanas, y por dedicarse casi exclusivamente a la tipología de la vivienda de alto nivel adquisitivo en el nuevo ensanche de la capital aragonesa.
Sin embargo, su primera construcción importante en Zaragoza en esta ocasión tampoco fue un edificio habitable sino un quiosco para la música que diseñó junto con su hermano José Martínez de Ubago Lizárraga, también arquitecto, con motivo de la Exposición Hispano-Francesa de 1908 que conmemoraba el primer centenario de la Guerra de la Independencia. Situado actualmente en el parque Primo de Rivera, es un edificio en el que Manuel Martínez de Ubago Lizárraga utilizó su mejor repertorio modernista ensayado con anterioridad en Pamplona.
A partir de 1913, en su tercera y última fase, la arquitectura de Manuel Martínez de Ubago Lizárraga avanzó hacia una mayor pureza formal con el progresivo abandono de los elementos decorativos modernistas y la incorporación de elementos decorativos constituidos por medallones, cintas y guirnaldas que algunos historiadores aragoneses han vinculado con el protoracionalismo. De esta última fase su trabajo más singular fue en colaboración con el arquitecto aragonés Miguel Ángel Navarro Pérez la reforma y la ampliación de la plaza de toros de la Misericordia en 1916, y los numerosos bloques de viviendas que diseñó -y que lamentablemente la mayoría no han llegado hasta nuestros días-, de los que algunos ejemplos se encuentran en el paseo de los Ruiseñores y en la calle San José de Zaragoza.
En 1920 abandonó la profesión y en 1928 falleció Manuel Martínez de Ubago Lizárraga en Zaragoza.