Parroquia de la Asunción de Nuestra Señora. Construcción de mampostería de origen medieval, rehecha en el s. XVI. Al exterior se perciben materiales reutilizados del antiguo templo y la portada de arco apuntado del s. XIII, protegida por un pórtico rural, añadido en la primera mitad del s. XVII. Se abocina en cuatro arquivoltas baquetonadas con franjas superpuestas decoradas por diferentes motivos. A la primera se le colocan además tres medallones circulares relivados. El trasdós decorado por rosetas, remata a ambos lados con interesantes relieves de rostros humanos. Apoyan en imposta de cuadrifolios y sobre ocho baquetones de reducido capitel y basas de garras. Al SE. del templo, se levanta una torre de dos cuerpos, de mampostería con sillares en las esquinas y sillería respectivamente. El cuerpo de campanas se abre en cuatro arcos. Planta rectangular con dos tramos de nave cubiertos por bóveda de crucería de complicados diseños y claves decoradas por motivos que recuerdan lo mudéjar en el primer tramo y lisas en el otro. Posteriormente se fueron realizando mejoras en el templo hasta el 1817 cuando fue maestreado. Sacristía de comienzos del XVII ampliada en el XIX. Coro adintelado del XVI, con balaustrada de 1820. El contenido mueble se concreta en: retablo mayor de la segunda mitad del XVII trazado por Martín de Arenalde y dorado a mediados del XIX por Manuel de Vasco al gusto neoclásico, que se percibe especialmente en las esculturas y en el jaspeado de las columnas que estructuran el retablo en tres calles. Un bonito sagrario centra la predela y el primer cuerpo. A los lados, albergadas en nichos con arcos de medio punto, las tallas de San Pedro y San Pablo. El segundo cuerpo, con basamento propio, está presidido por una movida imagen de la Asunción de mediados del s. XVIII. En los laterales, pinturas. En el ático, que remata en frontón curvo decorado con hojas, se encuentra un Crucificado sobre una pintura de la Magdalena. En los dos retablos laterales de comienzos del XVIII ornamentados por una profusa decoración, se veneran las imágenes de San Juan Bautista y la Virgen del Rosario, obra junto con los retablos de Martín Ruiz de Luzuriaga. Existe también una escultura procesional de la Virgen, del círculo de los Valdiviesos. En la sacristía se guardan: una cajonería neoclásica, una predela con cinco tablas de línea hispano flamenca que representan al Salvador bendiciendo y a los Evangelistas sedentes. Se separan entre sí por medio de pilastrillas rematadas en pináculos y unidas por tracerías renacentistas y piezas de orfebrería. Poseyó una ermita dedicada a San Pedro y San Roque.