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Kurding Club

Sociedad bilbaina a mediados de los 80 del siglo XIX y comienzos del XX, sucesora del club juvenil Txoritoki. Tuvo 43 socios y su vida se prolongó durante cerca de 14 años. Su nombre inicial fue "El Escritorio". Su magnífica decoración corrió (1896) a cargo de los pintores Manuel Losada, Anselmo Guinea e Ignacio Zuloaga con sendas interpretaciones sobre lienzo de Las Walkirias, Paisaje de la ría y Amanecer, esta última representando la salida algo "alegre" de los socios José Orueta, Juan Basterra, Francisco Igartua, Juan Carlos Gortázar y Ricardo Gaminde en el Arenal bilbaíno. También dejaron obra suya Darío de Regoyos, Rochelt, Iturrino, Real de Azúa, etc. Una colección de objetos diversos -la colección de armas de Murga, el Moro vizcaíno, la cabeza de Don Terencio, el txistu de Txango, billar, fotos, dibujos, instrumentos musicales, chilabas rojas para los solteros y blancas para los casados- completaba el ajuar del club. Celebraba la fiesta de los Inocentes y el 2 de mayo y sesiones en las que invitaban y festejaban a las señoras.

Fueron célebres sus concursos de carteles, las exposiciones, las cenas romanas y las "cenas habladas". En una sesión memorable se proyectaron siluetas que representaban los puentes de la ría. Las siluetas fueron obra de Adolfo Guiard y de Manuel Losada. El texto, versificado, fue publicado en 1955 bajo el título Bajo los puentes. En esta edición los dibujos originales, perdidos, fueron sustituidos por otros de Manuel M.ª de Smith. En cuanto a los tres óleos sobre lienzo ya mencionados, pueden admirarse hoy en día en la Sociedad Filarmónica de Bilbao en magnífico estado de conservación. Su mascota fue un loro traído de Cuba al que se llamó Ubano, nombre del que derivó el himno del club. Las sesiones musicales corrían a cargo de J. C. de Gortázar y J. Arisqueta más Enrique de Borda y el tenor de la coral Tomás Amann.

El tinte liberal de la asociación hizo que se ganara la animadversión de cierto sector influyente de la población bilbaína. José de Orueta nos describe su final: "en una cuaresma y con ocasión de unas misiones, un señor padre misionero, a quien, por lo visto, informaron personas malévolas o ignorantes, y desde luego lleno por su parte del más santo buen deseo y la mejor voluntad, lanzó, desde el púlpito, una terrible homilía contra aquel rincón, acusándolo de ser lugar de verdaderas enormidades, que jamás pasaron ni pudieron pasar siquiera por la mente de los cultos socios. Estos, precisamente, tenían entre sí y como el más fuerte lazo de unión, el respeto mutuo y la consideración y estima personales, ajena y propia, que son siempre el distintivo de verdaderos caballeros. Se aclaró el incidente y el excelente padre misionero, cuya buena fe fue sorprendida, lo reconoció así, pero la herida mortal para personas que estaban lejos de una rebeldía ante la opinión ajena, aun errónea, y la Sociedad se deshizo". Hallamos, sin embargo en "El Liberal" del 12 de junio de 1931 el anuncio de una asamblea extraordinaria de una entidad denominada de igual forma.

Socios: (Eduardo Aburto, Eduardo Aguirre, José Allende, Plácido Allende, Juanito Amann, Tomás Amann, Juan Anduiza, Enrique Areilza, Javier Arisqueta, Joaquín Arisqueta, Luis Astigarraga, Alberto Aznar, Eduardo Aznar, Luis Aznar, Julián Basabe, Juan Basterra, Enrique Borda, Javier Calle, Alfonso Canella, Félix Gaminde, Ricardo Gaminde, Alfredo Gorbeña, Ramón Gorbeña, Juan Carlos Gortazar, Francisco Igartua, Leopoldo Igartua, Manuel Losada, Diego Mazas, Fermín Moscoso, Manuel Murga, José Orueta, Joaquín Palacios, Francisco Puente, Ramón Real de Asúa, Luis Reyes, Emilio Saracho, Nicolás Tous, Pedro Tutor, José Urigüen, Tomás Urquijo, Emilio Vallejo, Fernando Zabalburu, Tomás Zubiría) y ocho honorarios (Antonio Cabrero, Luis Gortazar, Anselmo Guinea, Francisco Iturrino, Darío Regoyos, José Sainz-Basabe, Luis Zabala, Ignacio Zabala).

Algunos de sus socios, entre los que se encontraban músicos, pintores y escritores, jugaron un papel fundamental en la creación de las instituciones musicales y artísticas bilbainas más importantes como fueron: la Sociedad Filarmónica, la Academia de Música Vizcaina (antecedente del Conservatorio), la Orquesta Sinfónica y el Museo de Bellas Artes.