Monarchy and Nobility

Juana I de Navarra y de Francia

Las diferencias y disputas por el poder fueron creciendo en el interior del reino de Navarra. Por un lado, los intereses del rey de Castilla se hacían presentes a través de García Almoravid, noble que ejercía su control y dominio en la cuenca de Pamplona. Este noble se encontraba a la cabeza de una facción nobiliaria que no reconocía la autoridad del gobernador general Pedro Sánchez y su intención era deponerlo, para ocupar él su lugar. Por otro lado, Pedro Sánchez era un reconocido partidario del reino de Aragón. Además de la facción pro-castellana, otra parte de la nobleza se hallaba descontenta por la tutela que ejercía el reino francés.

En esta coyuntura García Almoravid dio un paso más y se introdujo en las controversias que enfrentaban a los barrios del Burgo y de la Navarrería de la ciudad de Pamplona, apoyando la causa de la Navarrería. Las diferencias entre estos barrios habían sido utilizadas por las luchas entre la corona y el Obispo de Pamplona para hacer presente y fortalecer su autoridad en la ciudad. Enrique I concedió autorización a la Navarrería para erigir fortalezas, y los habitantes de este barrio, apoyados entre otros nobles por Almoravid, comenzaron a levantar fortalezas para dirigirse en contra de los burgos de la ciudad poblados por los francos. Estos hechos provocaron la dimisión de Pedro Sánchez ante una asamblea formada por distintos personajes de la nobleza navarra.

Ante esta situación, fueron enviados a París dos comisionados para dar cuenta de los acontecimientos a Felipe III, y el monarca francés resolvió nombrar gobernador a Eustaquio de Beaumarchais o Bellamarca. El nuevo gobernador procedió a jurar los fueros según la costumbre y solicitó juramentos de fidelidad y adhesión a villas y nobles.

Beaumarchais fue capaz de frenar temporalmente a Castilla por medio de la negociación; entabló pactos con Lope Díaz de Haro III y con otros magnates castellanos que se encontraban descontentos con el rey castellano, si bien, no pudo acabar con el conflicto entre los habitantes de Pamplona. La mayor parte de los nobles navarros y el obispo de Pamplona se unieron en contra del gobernador, entre ellos García Almoravid y Pedro Sánchez de Monteagudo, y se opusieron a él apoyando a la Navarrería. Un emisario del rey entró en la Navarrería para entablar un diálogo entre las partes pero fue amenazado y tuvo que huir del lugar. El gobernador se refugió en el Burgo, con población de mayoría franca. Allí fue asediado y comenzó la guerra entre los barrios (1276).

En la contienda entre los habitantes de Pamplona, Pedro Sánchez de Monteagudo fue asesinado por Almoravid. La noticia de su muerte llegó a Felipe III de Francia y este rey, enterado también de la actitud de los pobladores de la Navarrería y de las gestiones del obispo en Castilla para conseguir refuerzos militares, ordenó a su ejército la entrada en Navarra. El ejército francés arrasó la Navarrería y otros focos de resistencia. A partir de este momento las aspiraciones de aragoneses y castellanos se fueron retirando y la monarquía navarra se incorporaba como satélite del reino francés. Aquellos nobles que se encontraban entre los sublevados y que lograron huir, fueron expropiados. Por otro lado, los cargos de la administración y de gobierno del reino fueron ocupados por funcionarios de origen francés.