Monarchy and Nobility

Íñigo Íñiguez Arista

Por el occidente de su pequeño reino aparecen todos los años peligrosas aceifas de los musulmanes (incursiones militares que se hacían principalmente en verano) contra los alaveses, que se encontraban en una difícil situación entre asturianos, francos y banukasis. Así fue por ejemplo la incursión musulmana del 838. Por otra parte, Pamplona se hallaba a merced de las oscilaciones de alianza o rebeldía de los banukasis con respecto a Córdoba.

En 842, como respuesta a la actitud de rebeldía de Muza, el emir envía una gran fuerza militar con la orden de aniquilar al caudillo rebelde. El general Harit, cumpliendo las órdenes, ataca en Borja conquistándola. Acto seguido ataca a Tudela, que capitula, abandonando Muza la ciudad y trasladándose a Arnedo y luego a Zaragoza, pero el caudillo banukasi busca la ayuda de su pariente el rey de Pamplona. El resultado de esta alianza fue fulminante. Las tropas de Harit invaden el Reino de Pamplona cayendo en la emboscada de Balma (Sesma) y son derrotadas hasta el punto de caer prisionero el propio general musulmán. Fue el estreno bélico del nuevo Reino. Las consecuencias eran de esperar.

Rota la paz, los musulmanes invaden y ocupan las tierras banukasis (Tudela) y se presentan delante de Pamplona. Se trata indudablemente de un escarmiento para que los vascos no se entrometan en los asuntos del emirato. Las tropas de Abderramán II causan estragos y vencen al rey de los pamploneses. A partir de este momento las aceifas se convertirían en algo habitual.

La política religiosa deja ver un florecimiento de los monasterios y sus bibliotecas y estudios. La política diplomática con Carlos el Calvo, rey de Francia y de Aquitania, culmina en 850 cuando se presentan en Berberie (Oise) embajadores de los duques navarros Induo y Micio solicitando la paz y portando abundantes y valiosos obsequios. La acogida de El Calvo fue afable, concediéndoles la paz solicitada. Los medievalistas han interpretado estos nombres identificando a Induo con Eneko y a Mizio con Muza de Tudela. Lo que da que pensar es por qué motivo firmaban la paz si no hay ninguna noticia de guerra en tierras ultrapirenaicas, aunque en 843 se hallaban coaligados los vascones de esas tierras con Eneko "Arista".

En 851 tenía lugar la primera batalla de Albelda, gran triunfo de Muza sobre los yalaskiyyin, vascones ducales, que llegaban a sus dominios por la parte de Araba y el Ebro. Eneko "Arista" permaneció a la expectativa.