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ILARREGI

Urbanismo y construcciones civiles

Su casco urbano se dispone básicamente a lo largo de una única y amplia calle, con las casas perfectamente alineadas en una de sus aceras, de la que la iglesia cierra el conjunto por uno de sus extremos. Aparte de estos inmuebles, hay algunas casas más, dispersas o formando embrionarias placitas semiurbanizadas.

Adosada a la iglesia por el muro de los pies hay una preciosa casa, engalanada con emparrados y maceteros. Tiene tres alturas más ático, y se cubre con un tejado a dos aguas con larguísimo alero. Los muros van enlucidos, salvando tan sólo los enmarques de puertas y ventanas. Los vanos son rectos, a excepción de la puerta de acceso que es de medio punto, con dovelas cortas y sin moldurar. Adornan este conjunto dos balcones en la primera planta, así como una balconada bajo el alero, que la cruza de parte a parte. Sigue una no menos atractiva casa, con su fachada en sillar bien escuadrado aunque con hiladas poco definidas, aunque la tercera altura, bajo el caballete, va enlucida, seguramente ocultando un cambio de material. Se abre esta fachada con un arco de medio punto en planta baja, de dovelas cortas y que acusa modernidad, así como alguna otra puerta de carácter secundario. En la primera planta se abren tres ventanas rectas y con los antepechos moldurados, mientras que en alto una balconada cruza la fachada. A uno de los laterales de este inmueble se ha añadido una galería cubierta, con estructura de madera sobre pies derechos.

En el centro de esta calle se levanta una casa de las que podríamos definir como arquetípica del caserío vasco, y que en el lugar llaman Urdintxorena. Tiene planta rectangular, con la fachada situada en uno de los lados cortos, paralela a la dirección de los caballetes del tejado, que es a dos aguas. Tiene tres alturas más ático, y su cubierta se prolonga en amplio alero. La fachada va flanqueada por dos contrafuertes, prolongación de los muros laterales, a modo de "antas". Estos contrafuertes tienen la misión de proteger a la fachada de las inclemencias del tiempo, así como de servir de cortafuegos en los núcleos urbanos. Tectónicamente, además, sirven de apeo a las galerías y balcones, así como al alero del tejado. Los muros van enlucidos, a excepción de los enmarques de los vanos y de los sillares esquineros. En la planta baja se abre una puerta de medio punto, con dovelas de buen tamaño y sin moldurar, así como dos ventanucos laterales. Las dos plantas superiores llevan sendos balcones corridos, con atractiva estructura de madera. Por último, un pequeño vano abierto sirve de ventilación al ático. En un lateral, una ventana lleva la inscripción: ESTA CASA HICIERON HA/ CER JUAN MARTIN DE HA/ RRARAS Y MARI JUAN DE/ ILARREGUI EL AÑO DE 1778. Sigue una casa de menores pretensiones pero idénticos parámetros arquitectónicos, con igual tratamiento de muros, vanos y tejado. Más adelante hay una casa de apariencia más moderna. Tiene tres alturas, y a diferencia del resto de casas comentadas el caballete no se incorpora a la fachada, que se abre en uno de los lados largos de la planta. Los muros siguen la norma más habitual, y también los vanos, aunque en este caso llevan balcones con elaboradas labores de forja.

Cerca nos encontramos una fuente muy sencilla, en piedra, con pilar terminado en frontón triangular, pila y "aska" para abrevar.

Cierra esta calle en el extremo opuesto a la iglesia otro inmueble, primorosamente conservado, llamado Erramonea, y marcado con el número 28. Repite características ya reseñadas, aunque llama la atención la disposición simétrica y ordenada de vanos y balcones. La puerta lleva la rosca moldurada, y sobre la clave hay una inscripción, con una cruz doble, que reza: ESTA CASSA/ HIZO MAR/ TIN DE BARBE/ RIA EL AÑO DE/ 1723. A partir de aquí la calle da un giro de 90 grados, creando una pequeña plaza donde se levantan varias casas de similares características: tres alturas, tejado a dos aguas, muros enlucidos con las consabidas excepciones, vanos rectos a excepción de la puerta, de medio punto, y tejados a dos aguas. En una de ellas luce una placa de piedra con la inscripción: ESTA CASA/ HIZO ACER MRN DE/ ICHASO AÑO 1762. En otra luce un escudo de moderna factura, que lleva debajo una placa que nos informa: ARMAS DE DIEZ/ DE ULZURRUN/ AÑO DE 1799/ REALIZADO EN EL AÑO 1992.

Apartado de este núcleo principal de edificaciones hay un caserón de gran desarrollo en planta, que presenta parecidas características constructivas a las ya descritas, pero que tiene un gran tejado a dos aguas, que recuerda a los vistos en el corredor de Sakana-Arakil. Su rasgo más destacado son los tres vanos de medio punto que se abren en planta baja. El resto de los vanos, rectos, obedecen más a la lógica de la distribución interna que a un supuesto principio de simetría.

Parroquia de San Miguel.

Se trata de un coqueto templo de sabor rural y buen estado de conservación. En su forma actual procede de una reconstrucción operada en el siglo XX, aunque algunos restos sugieren la existencia de un templo precedente medieval.

La planta, de gran simplicidad, es un rectángulo sin divisiones por tramos, que lleva una cabecera más estrecha y rematada en testero recto. Se adosa a su muro meridional una estancia a modo de sacristía, de planta cuadrada, así como un pórtico de piedra y la torre, de planta también cuadrada.

Los muros van enlucidos al interior, y al exterior llevan también encalado blanco en el pórtico y en el volumen de la sacristía, pero el resto de los muros y la propia torre muestran sillería de buena calidad. Tres ventanas rectas dan luz al interior, donde hay además un coro alto de obra.

El templo se cubre por una falsa bóveda de medio cañón, moderna, además de un único tramo de bóveda de arista en la cabecera. La sacristía, como tantas otras veces, recibe una cubierta a cielo raso.

Al exterior destaca la torre, esbelta y dividida en dos cuerpos por una imposta lisa, que denuncia además un cambio de material. Otra moldura da paso a un pequeño cuerpo de campanas, abierto con medios puntos. El pórtico, de piedra y con un tejado simple sobre estructura de madera, se abre por tres arcos de medio punto sobre pilares de piedra. Cobija una puerta rematada con arco de medio punto, con once dovelas largas y rosca moldurada, sin más decoración.

Preside el templo el retablo mayor, obra barroca de fines del XVIII o incluso principios del XIX. La arquitectura presenta banco un cuerpo de tres calles y ático entre aletones. Se organiza mediante columnas corintias y estípites, y la decoración incluye abundante follaje de sabor popular. La imaginería es coetánea, y reproduce tallas en bulto de San José con el Niño, San Miguel y San Francisco Javier, además de un Calvario en el ático.

La pila bautismal es románica del siglo XII, y da fe de la existencia de un templo medieval anterior al que ahora se aprecia. Muestra pedestal cuadrado decorado con bolas, basa circular, fuste cilíndrico decorado con dos figuras de animales luchando, y taza igualmente cilíndrica recorrida por una galería de arquillos de medio punto. Debe ser obra del mismo taller que realizó la pila bautismal de Auza, con la que muestra gran similitud.

Registramos también un Crucificado barroco del siglo XVII, de sabor tosco y popular, con anatomía simple y geometrizada. Hay por último una Inmaculada de las de vestir, propia del siglo XIX y sin demasiado interés artístico. En la sacristía, como es habitual, se custodian diversas piezas de orfebrería.

Joseba ASIRON SAEZ (2008)