Biographies

GALART, Robert de

En el mes de marzo de 1570, una muchedumbre se apiñaba en la plaza del mercado de Baiona. Se trataba de la ejecución de un hugonote, y el pueblo estaba siempre ávido de estos sangrientos sucesos. Veamos por qué se iba a celebrar esta ejecución. El 17 de febrero de 1570, hacia las dos de la mañana, una tropa de 120 caballeros franqueaban rápidamente la distancia que separaba Tartas del pueblecito del Boucau, llamado después el Boucau Vieux, y que estaba situado entonces en la desembocadura del Adour. Llegados a la plaza del pueblo desmontaron, y forzando las principales casas, comenzaron un pillaje en regla de los desgraciados habitantes. Tartas sostenía entonces a Montgomery y una parte de la guarnición, que salió bajo el pretexto de guerrear con los habitantes de Mont-de-Marsan y encontró más cómodo enriquecerse a expensas de un pueblo sin defensa. En esta época ya lejana que precede sólo por algunos años la apertura de la nueva desembocadura del Adour por Luis de Foix, el antiguo canal que seguía el río para ir al mar, había hecho de Capbreton y del Boucau-Vieux dos puntos de extrema importancia. Ciertamente sería muy difícil de saber, sobre todo antes de haber examinado completamente los documentos de los archivos de Baiona, cuánto tuvieron que pasar las ciudades pequeñas e incluso las aldeas de la más pequeña importancia durante estas interminables guerras de religión. El abate Gabarra, publicó en los Actas y Aclaraciones, un hecho semejante al que nos ocupa, y que tuvo como teatro la pequeña ciudad de Capbreton. Pero en esta última los habitantes, prevenidos de antemano, tomaron sus medidas y defendieron con una firmeza coronada por el éxito, sus casas y sus propiedades. Del asunto que nos ocupa se siguió que uno de los principales actores, quizá el instigador, de esta expedición arriesgada, fue cogido en Castets, y Roberto de Galart, llamado el Capdet, fue conducido ante el tribunal de justicia presidido por el célebre Vizconde de Orthe. Acusado de asesinato y rebelión contra el Rey y después de la deposición de los testigos, que eran siete, fue declarado convicto de todos los crímenes y el 7 de marzo, después de catorce días de detención, fue condenado a muerte. Le colocaron en una carreta, y después de pasearlo por los cuatro extremos de la ciudad, fue conducido a la plaza pública y entregado a los solícitos cuidados de Monsieur de Baiona. Ref. Edouard Duceré: Dictionnaire historique de Bayonne, 2 vols, Bayonne, 1911-1915.