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ETAYO


Primeras noticias.
Las primeras referencias son bastante tardías. En el año de 1211 Navarret de Etayo se entrega al monasterio de Iratxe, con las casas y heredades que poseía en Etayo. Así consta en doc. que obra en el A. G. N. (Doc. Ir., núm. 187; Bec. Ir., f. 105r-v). En el año de 1221 Sancho, abad de Iratxe, da a censo a Pedro Martínez y a su mujer Ochanda la heredad que Semen Ipuza dejó al monasterio en Etayo. Así consta en doc. que obra en el A. G. N. (Doc. Ir., núm. 395), cuya grafía original viene a ser Etaio.

Realengo: 1232. En 1234 el rey D. Teobaldo I le concedió que jamás fuese vendido, enajenado ni cambiado sino que fuese de realengo, que ningún merino tuviese poder sobre sus habitantes ni los pudiese llevar a labor de ningún castillo y que pagase de pecha 800 sueldos al año. 3 Feudo de los Guevara: 1351-1438. En 1351 el rey D. Carlos II dio la villa de Etayo en feudo perpetuo de heredad a D. Beltrán Vélaz de Guebara, señor de Oynati u Oñate, para él y sus sucesores, haciendo homenaje de que fuesen hombres liges del rey sirviéndole con tantas gentes de armas de a caballo, y de a pie, cuantas pudiesen con los gajes que el mismo rey daba, en casos semejantes, a los otros hombres del reino; pero que en las guerras contra el rey de Castilla, señor de D. Beltrán, no debería servir éste al de Navarra sino entregarle el pueblo y castillo; y que ni aquél ni sus sucesores pudiesen venderlos sino a hijodalgo natural de Navarra precediendo consentimiento del rey; ni dividirlos entre sus herederos. En 1365 habiendo dejado el señor de Oñate el servicio del rey de Navarra por el de don Pedro de Castilla, o de D. Enrique, revocó aquél las donaciones que le tenían hechas, pero en 1368 dicho caballero abandonó también a D. Pedro y D. Enrique y consiguió de nuevo la gracia de D. Carlos II, quien le restituyó la villa de Etayo, y las de Oco v Riezu, en feudo perpetuo, para él y sus sucesores, debiendo recaer siempre en el heredero mayor sin poderlas vender ni dividir, siendo hombre lige del rey de Navarra y prestándole homenaje. En 1369 se vendieron, con mandamiento real por un portero, los pueblos de Etayo, Oco y Riezu, a Miguel Pérez de Ciriza para pago de 1.000 doblas que le debía el señor de Oñate D. Beltrán, pero debió rescatarlos, sin duda, el deudor porque en 1377 el mismo D. Beltrán los vendió a Mosén Rodrigo y después de la muerte de éste fueron aplicados dichos pueblos al rey por forfeitura o forfectura, quien los dio, con el monte de San Cristóbal de la Berrueza, a Remiro de Arellano a perpetuo. Pagaba el pueblo de Etayo por este tiempo, con la villa de Olejua, la pecha llamada ostadias y por ella 2 litros de vino, 15 sueldos y 8 dineros. En 1408 el rey D. Carlos III donó perpetuamente los lugares de Etayo y Oco, y los montes de Granada, exceptuando toda clase de jurisdicción, a D. Pedro Vélaz de Guevara; y respecto de que el rey su padre los había donado antes ya a su hijo Leonel recompensó el rey a éste donándole, a perpetuo, toda la pecha de trigo y cebada del lugar de Oteiza, que era 25 cahices y 2 robos de trigo y 14 cahices y 2 cuartales y medio de cebada en cada año.

Jurisdicciones posteriores. En 1438 el rey D. Juan II había dado las pechas de Etayo y Oco, perpetuamente, a Oger de Mauleón, por cuya muerte recayeron en Carlos su hijo; y los herederos de éste las vendieron después a Fernando Baquedano. [Fue vendedor, en 1492, Tristán de Mauleón, señor de Rada, incluyendo en la venta los montes de Granada, por 2.420 florines], quien las dejó en herencia perpetua a San Bartolomé de Gollano en el valle de Amescoa la Baja. En el siglo XIX era ya realengo.

Desamortización. En cumplimiento de la Ley de Desamortización del 1 de mayo de 1855 se vendieron en esta localidad, en 1863, una alameda poblada de chopos y en 1878, una herrería.