La estructura de defensa militar que existió en Bizkaia consistía en que cada población debía mantener a sus habitantes prestos para acudir en defensa del Señorío. Era sin sueldo, como viene indicado en sus Fueros, mientras no se traspase el "árbol malato, que es en Luyando". Esto obligaba a los vecinos a tener sus propias armas y estar a disposición de sus mandos militares locales, que generalmente eran los miembros del ayuntamiento, desempeñando la mayoría de las veces el cargo de capitán el propio alcalde y los de alférez y sargentos el resto. Éstos estaban a las órdenes de las Juntas Generales del Señorío, que son los que ordenaban a los pueblos tuviesen todo lo mandado en punto a armamentos y provisión de pólvora, balas y cuerda, así como hacer sus muestras y alardes de armas. Éstos podían ser en dos momentos del año: Santa Cruz de mayo y San Miguel de septiembre, como se indica, por ejemplo en 1597, o en los momentos que el enemigo, con su presencia cercana, lo exija.
A este respecto se pueden dar dos situaciones distintas: una será la lista y la otra el alarde de armas. En la primera solamente se hace una lista de las armas que los vecinos poseen, las cuales figuran con bastante asiduidad en las documentaciones municipales que se han conservado. La segunda supone reunir a todos los vecinos con sus armas y hacer ejercicios con ellas y hasta se pueden conceder premios al que más habilidad muestre en el tiro. Para ello se cuenta como profesores a los viejos soldados locales o se contrata a personas preparadas para ello. En estos momentos también se hacen pequeños desfiles con los "soldados" prestos, como se indica por ejemplo en la anteiglesia de San Agustín de Etxebarria, posteriormente anexionada a Elorrio, en el alarde general que celebró en 1597, en que "habiendo paseado por el campo y robledal de la dicha iglesia de señor San Agustín, dos a dos, emparejados todos a una a punto de guerra"1, se juntaron y finalizaron dicho alarde.
Independiente de estos alardes generales en la que participan todos los vecinos, encontramos en Elorrio otro alarde que no es de carácter general. En 1575 se realiza una matrícula y padrón de hijosdalgos de la villa, plasmando sus normas en un libro en el que se relacionan todos ellos. En el artículo 9º de dichas normas se acuerda que todos los años por San Juan salgan y anden por las calles de la villa con sus armas, "es a saber, pica y espada o espada o arcabuz a guisa de guerra"2, a fin de realizar un alarde con ellas. Hay que tener en cuenta que por dichas fechas la fiesta principal de la villa era precisamente el día de San Juan, por lo que este alarde creemos que contribuiría a enaltecer la fiesta del santo, al igual que otros elementos festivos que se mencionan en las cuentas municipales, no faltando un grupo de dantzaris. No podemos precisar el tiempo que duró dicho alarde del día de San Juan, puesto que no se encuentran más datos para ello.
Esta exhibición de gente armada, con sus correspondientes salvas, en ciertos momentos, se fueron incorporando a recibimientos y homenajes de muchas poblaciones importantes. Así en 1615, en las cuentas municipales de la villa de Elorrio figura el "gasto con los soldados y arcabuceros que salieron de orden de esta villa al recibimiento del obispo de Calahorra"3. También a las procesiones, generalmente a la fiesta de Corpus Christi, como se puede documentar en muchos otros lugares.
En Elorrio se incorporaron a la procesión del día del Rosario, hace ya muchos años. No podemos precisar la fecha, pero evidentemente con posterioridad al inicio de la fiesta, que tiene su origen en la victoria sobre los turcos que se dio en Lepanto en 1571. El Papa Pío V, uno de los promotores de la formación de la armada cristiana, atribuye la victoria a la milagrosa intercesión de la Virgen María, disponiéndose finalmente que se le dé el título de Nuestra Señora del Rosario, celebrándose anualmente la fiesta el primer domingo de octubre.
Para finales de dicho siglo se fueron fundando Cofradías en las que se juntaban los feligreses comprometidos con el rezo del rosario. En Durango se funda en 1595, por lo que pudo ser en fecha parecida cuando lo hace la villa de Elorrio, de la que existe un libro de 1702 donde se renuevan los estatus anteriores, sin indicar fecha. En ellos se recoge el compromiso de los cofrades a celebrar con el mayor regocijo espiritual una solemne procesión por las calles el primer domingo de octubre. A esta procesión se incorpora gente armada para homenajear a la Virgen con sus descargas, no figurando en los libros de la iglesia la fecha de su inicio, por lo que no podemos establecer el comienzo de la participación de los Errebonbilos en la misma. En Durango, villa cercana, encontramos un acta municipal de 1740 en la que se acuerda la participación de los fusileros en la procesión del Rosario. Serían cien hombres con escopetas o fusiles para hacer la descarga en ella, participando dicho año, "y en los siguientes perpetuamente"4. Después de bastantes años dejó de celebrarse.
En Elorrio no encontramos referencias de este tipo, bien es verdad que su organización no correspondía al ayuntamiento sino a la Cofradía del Rosario y ésta, en sus libros, no detalla estos hechos. Por otro lado los costos de la procesión no eran importantes y eran asumidos por la Cofradía, salvo la atención a los armados que tomaba como propios el mayordomo de la misma y éste no presentaba sus cuentas. La primera documentación con mención de los armados de la procesión que hemos encontrado es un recibo municipal que data del año 1860. El ayuntamiento paga por la participación de doce jóvenes que asisten armados, así como por la pólvora gastada. Se repite el pago municipal al año siguiente, indicando que el mismo se realiza por "no haber mayordomo del Rosario"5, añadiendo que se hace en consonancia a la antiquísima costumbre de esta participación.
En un artículo del periódico El Noticiero Bilbaíno de 1883, León Capelastegui hace una descripción muy interesante de la fiesta y de la participación de los escopeteros6. Comienza por decirnos que hasta la última guerra el instructor y jefe nato fue un veterano de la guerra carlista de 1833, el cual a sus más de ochenta años ve con tristeza su espada envainada y arrinconada, siendo desplazado por la gente joven. En este artículo es la primera vez que encontramos la palabra Errebonbillo para definir la participación de los armados.
El origen de la fiesta la relaciona con la batalla de Lepanto, y en sus reflexiones sobre esta participación insinúa que pudiera ser fundada por caballeros, con el objeto de recordar la batalla. En su opinión los trajes usados, semejantes a los actuales, así lo indican, aunque cuando escribe es gente joven y alegre la que participa. Solamente queda la vestimenta anterior, de cierta solemnidad y prestancia. A este respecto, algún otro también opina que bien pudiera ser el primitivo alarde de los hijosdalgos incorporado a esta fiesta. Otra posibilidad que indica es la de iniciarse con elorrianos que estuvieron en Lepanto. Finalmente no da certeza a ninguna de estas reflexiones. Lo cierto es que ha existido la tradición oral de que fueron varios hijos de la familia Amandarro los que estuvieron en la citada batalla y que a su vuelta a Elorrio, viendo la procesión del Rosario, se incorporaron a ella con sus arcabuces haciendo varias descargas, dando origen a los Errebonbillos. Parece poco probable este hecho, puesto que la cofradía, organizadora de la procesión, se funda años más tarde y para cuando ésta adquiere cierta importancia probablemente pasarían más años. Aunque bien es cierto que en la fecha de la batalla vivían varios hermanos Amandarro nacidos en Elorrio y que figuran en la mencionada matrícula y padrón de hijosdalgos de 1575.
A finales de siglo, en 1891, deciden separar las cuentas de la cofradía de las generales de la iglesia. Es en estas cuentas separadas, que presenta el mayordomo, es cuando encontramos ya datos anuales sobre los Errebonbillos . En el acuerdo, realizado en 1892, se indica, entre otros gastos, la cena que se les da "a los hombres que se revisten de uniforme militar en conmemoración de la batalla de Lepanto disparando varias descargas de escopeta"7. Desde esta fecha hasta 1961 en que finaliza el libro de cuentas se detallan algunos incidentes de la procesión y el nombre de los capitanes que anualmente dirigen la compañía. Al indicar los gastos de la cena de los participantes, generalmente se señala que son de la cuenta particular del mayordomo, salvo algún año en que el gasto lo paga el ayuntamiento por no haber mayordomo que se prestara a ello.
En 1926 encontramos una nueva descripción de la fiesta en la revista Euskalerriaren Alde, realizada por Nemesio Lazcano, y que en gran medida se ajusta a la que hoy en día se puede contemplar8. Tomamos de él:
"los Erre-bombillos como dicen los elorrianos, son una agrupación de unos doce o catorce hombres de todas edades y condiciones, vestidos de soldados a la usanza antigua, con sus levitas y tricornios, que a las órdenes de uno que hace de capitán, y precedidos de los clásicos tamborileros, recorren la población, disparando en partes convenidas estruendosas salvas. En el disparo de estas salvas hay que buscar, sin duda alguna, el origen etimológico del nombre con que se les distingue".
Días antes al primer domingo de octubre, fecha de la procesión, ensayan los pasos y el manejo de las armas. Por otro lado, desde hace años, el ayuntamiento prepara los trajes, las escopetas y los cartuchos necesarios, ya que se hace cargo de la participación de los armados.
A las cuatro o cinco de la mañana del día de la fiesta, en línea recta de correcta formación, uno detrás de otro, y precedidos de los tamborileros, recorren la villa, anunciando con la diana y las salvas que ha llegado el gran día. En esta primera salida van con sus ropas habituales. A la tarde, terminadas las solemnes vísperas en la iglesia, toman cuatro hombres la imagen de la Virgen del Rosario y salen de la iglesia para iniciar la procesión. Los armados lo hacen del edificio municipal vestidos con pantalones grises, zapatos negros, camisa blanca, chorrera blanca, frac, escopeta y bicornio en la cabeza y se colocan en la plaza en la acera noroeste. El capitán, éste con pantalón blanco y espada en la mano, da las órdenes reglamentarias y resuena la primera salva al paso de la imagen frente a la formación armada. Los Errebonbillos, precedidos de los tamborileros, se desplazan por las calles, tomando la delantera a la procesión, repitiendo las salvas frente al paso de la Virgen en diversos lugares. La última salva es de nuevo en la plaza, antes de entrar la imagen en la iglesia.
Finalizada la procesión repiten por las calles de la villa el recorrido de la madrugada con las salvas correspondientes. Al llegar a la plaza, dejan las armas en el ayuntamiento y salen a bailar el tradicional Aurresku, dirigido por el capitán, tomando parte el resto de los componentes de la comparsa armada. En un momento de la danza todos ellos bailan de uno en uno el pasamano, mientras suenan descargas lanzadas desde el balcón municipal. Finalmente, comenzando por las correspondientes al aurreskulari y atzeskulari, frente a las que éstos bailan, sacan a la danza a las mujeres más importantes de la plaza.
La música se toca por una banda de txistularis, que hacen sonar una melodía peculiar, muy parecida a la que suena en otros alardes del país, como los de Irun y Fuenterrabía, la cual recuerda el sonido de los antiguos pífanos, instrumento tradicional de estas muestras militares.
La clásica cena que antiguamente obsequiaba el mayordomo de la Cofradía corre hoy en día por cuenta del ayuntamiento, el cual les agasaja con ella en fecha posterior. Otro hecho que actualmente encontramos es la participación de mujeres entre los miembros de la compañía armada. Estas visten exactamente igual que los hombres, realizando las mismas funciones que éstos, participando también en el Aurresku.
1ARCHIVO MUNICIPAL DE ELORRIO. Carpeta nº 289. Legajo nº 3788.
2PAGADIGORRIA MUGICA, Santos. "Matrícula y Padrón de los Caballeros hijosdalgo de esta Muy Noble y Muy Leal Villa de Elorrio-1575-1831. J.C.deV. 1965.
3ARCHIVO MUNICIPAL DE ELORRIO. Carpeta nº 159. Legajo nº 1988.
4ARCHIVO HISTÓRICO VILLA DE DURANGO. Libro de cuentas n.º 8 (1653-1705).
5ARCHIVO MUNICIPAL DE ELORRIO-Dip. Foral. Carpeta n.º 139. Legajo n.º 1814. Cuentas 1861-Carpeta n.º 7-Cargos.
6CAPELASTEGUI, León. "El Errebombillo en Elorrio". El Noticiero Bilbaíno. Año IV. Lunes 8 de octubre 1883.
7PARROQUIA PURÍSIMA CONCEPCIÓN DE ELORRIO. Libro de la Cofradía del Rosario. Cuentas 1902-1963. Sig. 11-1. A.H.E.V.-Derio.
8LAZCANO, Nemesio. "Los Erre-bombillos de Elorrio". Euskalerriaren Alde. Tomo XVI. Año 1926, p. 381.