Su última gestión navarra. El ordenancismo administrativo de Enrique III le llevó a proceder a agregar a la Corona francesa todas sus posesiones y dominios feudatarios: ducados, vizcondados, baronías y otros señoríos. Sólo se salvan de esta suerte el reino de Navarra y el vizcondado de Béarn, que, por las cartas patentes otorgadas en Tholoze en 1605, son separados de la Corona francesa. Renunciando tácitamente a reivindicar la alta navarra arrebata a sus abuelos, hace reconocer la validez jurídica de la naturaleza alto-navarra en el reino de Francia, por ser los alto-navarros súbditos del reino que los castellano-aragoneses usurparon a sus mayores. v. BAJA NAVARRA. El resto de los bienes del primer Borbón francés es incorporado a Francia por el edicto de julio de 1607 que revoca las cartas patentes del 13 de abril de 1590. Se conservan, pues, el sello, las monedas, el Consejo de Estado navarro pero, paralelamente, ciertas medidas unificatorias (colocación de una misma persona a la cabeza de la Chancillería de Francia y la de Navarra, a la del Secretariado de Estado de ambos reinos, etc.) van preparando la unión de las dos coronas que en 1620 efectuará el hijo del bearnés, Luis XIII de Francia y II de Navarra.