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Urbanismo y construcciones civiles

Su caserío se ubica en una ladera, desde donde domina la zona baja del valle. Conforma una única calle, de la que la iglesia ocupa uno de los extremos, y que se extiende siguiendo una misma curva de nivel, con lo que los desniveles son muy reducidos.

A la entrada del pueblo nos encontramos una pequeña placita, ocupada por casas muy bien conservadas y de cierto interés. Una de ellas, ocupada hoy por la Casa-Museo de Apicultura Ezkurdi, lleva planta rectangular muy desarrollada, tiene tres alturas y tejado a doble vertiente. Los muros, como es costumbre en la zona, van enlucidos y con cadenas de sillar que afectan a los enmarques de los vanos y a las esquinas. Los vanos son cuadrangulares, a excepción de la puerta de acceso que es un arco de medio punto con la rosca ricamente moldurada. Las ventanas lucen antepechos también moldurados, y a la altura del caballete hay una balconada ligera moderna. En lo alto, un escudo barroco de reducido tamaño remata esta fachada. Junto a ella se levanta otro edificio, primorosamente cuidado, con dos alturas más desván y tejado a doble vertiente, con el caballete dispuesto en paralelo a la fachada y al sentido de la calle. La planta baja va en mampostería sin enlucir, y se abre mediante puerta moderna adintelada y dos ventanas. La primera planta va recorrida por una balconada de madera y los muros, hasta el caballete, van en entramado de madera cuajado de ladrillo. La fachada se cierra con dos prolongaciones del muro a modo de contrafuertes o antas, que protegen de las inclemencias del tiempo, a la vez que son un magnífico cortafuegos. Estructuralmente, además, colaboran en la sujeción de balcón y alero. Una tercera casa, muy renovada, tiene tres alturas más desván, y uno de los laterales está ocupado por un vistoso porche con estructura de madera.

Algo más adelante, una casa de dos alturas y tejado a dos aguas, que lleva el tratamiento de los muros habitual, muestra un escudo rococó con las armas de la familia Elso e inscripción: ARMAS DE LOS ELSOS. Siguiendo por la calle encontramos varias casas con similares características, que muestran muros enlucidos con las consabidas excepciones, y vanos rectos que a menudo exceptúan los accesos, frecuentemente de medio punto. Una de ellas, un bloque dieciochesco de gran tamaño, adquiere ya caracteres palaciegos. Tiene tres alturas y tejado a cuatro aguas, y muestra ampliaciones laterales. La puerta, una vez más, es de medio punto, lleva la rosca moldurada, y sobre la clave se puede leer: ESTA CASA HIZO HACER/ DOMINGO DE ELSO 1727. Por encima se ve un escudo rococó que incluye, entre otras, las armas de los Elso, y que deja leer la leyenda: ELSO Y ARRAIZ. Detrás de esta casa hay un inmueble más antiguo, que puede ser el solar original medieval de esta familia. A pesar de lo maltratado que se conserva, se aprecia aún, algo fosilizada, su antigua estructura de torre, con puerta inferior de medio punto muy angosta, muros caracterizados por su aspecto macizo y ciego, y dos cornisas superiores destinadas sin duda a sostener una estructura de madera tipo cadalso. El mismo material, un sillarejo menudo y someramente escuadrado, lo individualiza claramente respecto del resto del caserío.

Hacia el final de la calle hay algunas casas muy reformadas, pero que aún conservan elementos antiguos aislados. Una de ellas, por ejemplo, muestra escudo encastrado en el muro y una puerta de medio punto, mientras que otra, que repite las características formales más comunes en el pueblo, lleva puerta con arco de medio punto, en cuya clave se ha labrado una crucecita y la fecha 1741. La hoja de la puerta luce una aparatosa aldaba con la argolla decorada con una cabeza de caballo. Otra, con muros sin enlucir en la actualidad, muestra fachada de mampostería con galería abierta que deja a la vista la estructura de madera. Por último, ya adosada a la iglesia, nos encontramos la casa parroquial, que tiene el tratamiento de los muros más corriente en el lugar, incluyendo un paño en entramado de madera, y con un horno de pan cuya bovedilla sobresale ligeramente volada.

Parroquia de San Esteban

Fábrica de origen medieval, pero profundamente reformada a partir del siglo XVII, de suerte que sólo quedan algunos vestigios medievales. La planta es de una única nave, dividida en dos tramos de muy diferente longitud, y una cabecera terminada en testero recto. Dos cortas capillas abiertas a posteriori hacen las veces de embrionario transepto. La sacristía se adosa al muro hastial de la cabecera, y es una estancia rectangular a la que se accede por un arco de medio punto. Los muros van enlucidos al interior, pero al exterior dejan ver una labra en base a sillares de talla irregular. Han sido rasgados para la apertura de tres ventanas, dos en el muro meridional y una más en el hastial de los pies. Un coro moderno de obra se levanta en el primer tramo de la nave. La iglesia se cubre con una bóveda de medio cañón, que afecta también a las capillas laterales. Un único arco fajón, de perfil de medio punto, separa el tramo más corto de los pies del resto de la nave. La sacristía, por último, recibe un sencillo cielo raso.

Al exterior, la torre, un sencillo cuerpo prismático, se adosa al muro septentrional del templo. Por el lado de la Epístola observamos un pórtico reciente, que cobija una puerta del siglo XVII, que consta de arco de medio punto con dovelas radiales largas y estrechas, cuya rosca va en arista viva pero que lleva incisos una serie de círculos unidos entre sí, en una suerte de encadenamiento. Descansa este arco sobre dos pies derechos que llevan molduras a modo de capiteles.

El presbiterio va presidido por un retablo mayor dedicado a San Esteban, titular de la parroquia. Se trata de una obra del siglo XVII y adscripción romanista, un tanto retardatario. La traza consta de banco, un cuerpo dividido en tres calles, y ático con aletones y rematado por un frontón curvo. Lleva sagrario, y se articula mediante pilastras. En cuanto a la decoración figurada, la hornacina central lleva una talla de San Esteban, barroca y un tanto tosca en su concepción. El resto está ocupado por pinturas de estilo manierista, entre las que observamos, en el banco, las representaciones de ocho Apóstoles. En el cuerpo se muestra la Inmaculada Concepción y San Juan Bautista, y en el ático de nuevo San Esteban, en una escena un tanto tenebrista. Cerca de este retablo encontramos una pintura al lienzo, barroco del siglo XVII, que representa a San Martín partiendo su capa con el pobre.

Podemos también destacar un Crucificado de tamaño inferior al natural, de carácter popular y estilo romanista. En el bajo coro hay además una pila bautismal medieval, románica del siglo XII, con plinto cuadrado decorado con bolas, capitel reaprovechado que sustituye al fuste perdido, y copa semiesférica decorada por una serie de arquillos. Para terminar, diremos que la sacristía alberga una cajonera manierista del siglo XVII y sendas tallas, un San Esteban gótico del XIV en mal estado de conservación y una Virgen del Rosario del XVII, barroca, así como diversas piezas de platería.

Joseba ASIRON SAEZ (2008)