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ELÓSEGUI LIZARGARATE, Antonio

(Tolosa, 1834-1905). Personalidad en la Gipuzkoa de la segunda mitad de siglo, fundador en Tolosa, en 1859, de la famosa Fábrica de Boinas "La Casualidad", industria vasca y mundialmente conocida en su época (v. BOINA, p. 413 y ss., vol. V de este Diccionario), que en 1967 dejó de ser S. L. para convertirse en S. A. lo cual supuso el cambio de su titularidad jurídica. Hizo estudios relacionados con su especialidad en Alemania, Francia y Bélgica. El Álbum de Firmas de la Fábrica, en la que están vertidas las de las más ilustres figuras del momento, registra una interesante dedicatoria del fundador de El Pueblo Vasco, D. Rafael Picavea: Elósegui fue un hombre representativo, un hombre cumbre de la raza vasca. Sus aptitudes industriales fecundadas en mercados más amplios que el nuestro, en horizontes de magnitud yanki, lo hicieron Rockefeller o Carneggie. Desde mi infancia, oigo hablar de Elósegui con veneración admirativa... Quisiera verter como homenaje humilde, al vasco ilustre, toda la emoción que ha despertado en mi alma de luchador modesto, la visión de la maravilla industrial que en este pedazo de la tierra amada se desenvuelve progresiva, recia, tenaz, a impulsos del genio que le dio una vida gloriosa. Al entrar en Tolosa, he visto una estatua levantada por méritos de guerra. Esperemos que generaciones más perfectas que la nuestra, levanten la estatua de Elósegui por méritos de trabajo, que son méritos de paz, que son méritos de civilización y de progreso social definitivo... En efecto, los primeros galardones obtenidos por la Fábrica corresponden a Baiona (1864) y París (1889), París (Medalla de Oro, 1900) y Zaragoza (Medalla de Oro, 1908). Hombre modesto, rehusó cuantos cargos y títulos le ofreció D. Carlos de Borbón, a cuya causa estaba entregado. Incluso, el de diputado a Cortes, para el que fue propuesto unánimemente por todos los partidos políticos. Sólo aceptó el de diputado foral y alcalde de Tolosa (1867). Llevó a cabo ciertas gestiones en favor de sus obreros, por lo que, en la audiencia especial que le concedió León XIII, fue presentado como industrial modelo, fiel a la aplicación práctica de los principios sociales de la Rerum Novarum. Asimismo, y adelantándose de alguna manera a la actual corriente cooperativista, tuvo como ilusión, no realizada, montar con los baserritarras de su finca de Bedayo, a 14 Km. de Tolosa, una granja colectiva. En esta gran propiedad de 370 Ha., y debido a su acción agrícola y a obras de explotación y plantaciones, logró el mayor manzanal del País Vasco tras la importación de 5.000 árboles de Normandía. Existían, además, otras muchas de roble, pino, avellanos, eucaliptus, cuyo número, en 1905, pasaban de 80.000. Y en su manzanal de "Izastegi", cerca de Tolosa, 30.000 de las llamadas "manzanas-cuchillo". Cedió gratuitamente a Tolosa la explotación y beneficios del manantial "Ondarraga", por él descubierto en 1889, así como la fuerza industrial y eléctrica, potenciables, derivadas del mismo. En este sentido, el Acta del Ayuntamiento de 15 de marzo de 1900 dice: Que tanto algunas Sociedades como Ingenieros habían ofrecido capitales importantes al señor Elósegui para explotar el negocio de suministrar luz a la villa y dar fuerza a las fábricas y talleres, pero que el citado señor prefirió cederlo al municipio que lucrarse aceptando los beneficios que se le prometían y querían dar. Cedió, asimismo, los terrenos para la construcción del edificio de las Siervas de Jesús (al que dotó también de agua y luz) y fue insigne bienhechor de la Casa de Misericordia (a la que donó la traída, instalación y servicio de aguas); del Santuario de Izaskun, que reedificó, y de la parroquia de Santa María, donando las magnificas tallas de la Dolorosa y el Cristo Yacente. Amén de un sin fin de atenciones a menesterosos e instituciones benéficas y sociales. Tras su viaje a Jerusalén, en 1892, donó una verja, con destino al recinto de la "Anunciación de la Virgen", en Nazareth, realizada por la Sociedad Sta. Ana de Bolueta, de Bilbao, primera fundición moderna de hierro y con cuyos fundadores, Mazas, estaba emparentado. Embelleció el tolosano Paseo de San Francisco con la construcción, en la década de los 70, de su magnifica residencia levantada según planos de su pariente y arquitecto Vicente de Ansola y calificada como uno de los edificios particulares de Gipuzkoa más representativos de su época. Dotada de un espléndido parque, con toda clase de arbustos, plantas y árboles, desapareció hace unos 15 años para dar paso a unas urbanizaciones modernas. La muerte de D. Antonio Elósegui supuso un acontecimiento en la vida guipuzcoana, especialmente en el mundo tradicionalista. Toda la prensa dedicó los máximos elogios a su generosidad y a su personalidad humana, social y creadora. Baste como ejemplo citar que El Correo de Guipúzcoa dedicó su número integramente al que fue buen católico, consecuente carlista, caballero sin tacha, industrial insigne y protector de los pobres. Su nombre rebautizó la vieja calle Correo de Tolosa. Casó con D.ª Mónica de Zavala.

Juan Antonio GARMENDIA ELÓSEGUI