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DIMA

Se han hallado en su término municipal vestigios de población prehistórica. En la caverna de Balzola o Kobaldeko-koba, situada en el barrio Indusi del pueblo de Dima, hay un yacimiento que contiene estratos neolítico, aziliense y magdaleniense. Fueron hallados restos de animales y de hombres además de lápidas de sepulcro y monedas, hoy desaparecidas. Se cree que pertenece a la época del magdaleniense. En su interior se han encontrado gran cantidad de silex azilienses, además de muchos huesos de animales y una mandíbula superior, aunque incompleta. También en Dima se encontró un hacha de piedra, del Neolítico, de una largura de veinticinco centímetros y medio. Hoy se encuentra en el Museo Arqueológico y Etnográfico. En el abrigo bajo roca Axlor, situado al lado del puente natural Jentilzubi, cerca de la cueva de Balzola, hay un yacimiento con industria de facies musteriense, que fue descubierto el año 1932 por J. M. Barandiarán. En su suelo se alzaron las casas torre de Barraur, de Arosteguieta y Lejarazu o Lexarasua. A comienzos del siglo XVII, en las elecciones generales del personal del regimiento general del Señorío de Vizcaya, Dima votaba por la parcialidad gamboina. El 17 de abril del año 1624, la Junta General del Señorío de Vizcaya, ante la posibilidad de un ataque de naves holandesas, decidió fortificar las costas y puertos de Bizkaia y nombrar capitanes y oficiales en todas las villas y ante-iglesias del Señorio. Fue nombrado capitán de Dima, así como Castillo-Elejabeitia, Yurre y Aránzazu, el proveedor D. Ortuño de Urizar, señor de este solar. Estos nombramientos dieron lugar a un pleito entre las villas y el Señorío, revocando el rey Felipe IV los nombramientos en noviembre del citado año. En el año 1637 el Señorío de Vizcaya decidió formar un tercio propio de mil hombres para la guerra que España sostenía con Francia en esta época, atendiendo a una petición de tropas que el rey Felipe IV dirigió al Señorío. Con este fin se procedió a un repartimiento de soldados entre todas las localidades vizcaínas, correspondiéndole a Dima contribuir con once hombres. [Labayru: "H. G. S. B." t V, p. 260]. Entre otras medidas de prevención contra un ataque a la costa vizcaína por parte de naves francesas, el Señorío de Vizcaya decidió el 20 de abril del año 1639 designar los lugares a los que debía acudir la gente armada de las localidades del interior del Señorío. A los de Dima se les indicó que se dirigieran a Galdakao, así como a los de otros pueblos cercanos, para que desde allí se dirigieran en auxilio de la costa. [Labayru: "H. G. S. B." t. V, p. 281]. En el año 1704 Dima contaba con ciento noventa y siete hogueras, según se desprende de un fogueramiento efectuado en todo Bizkaia en el citado año, decretado por la Junta General del Señorío con fecha 28 de junio, a fin de poder hacer los repartimientos de los gastos generales del Señorío. [Labayru: "H. G. S. B." t. VI, p. 25]. En el año 1729 se incendió casualmente la iglesia de San Pedro de Dima. Como esta iglesia era de patronazgo real, el rey Felipe V concedió en el mismo año todos los diezmos para su reconstrucción. Se pusieron a remate las obras, cogiéndolas unos contratistas en el año 1735 con la obligación de acabarlas para 1739 a condición que los vecinos abrieran los cimientos y pusieran al pie de la obra todos los materiales de piedra y madera necesarios. Sin embargo los rematantes no cumplieron su compromiso. De nuevo se sacaron las obras a remate en el año 1742, siendo Mateo de Entrambasaguas el rematante. El retablo mayor lo construyó Bernardo del Anillo, quien también se comprometió a construir otros cuatro retablos para cuatro altares colaterales en el año 1747, debiendo terminarlos para el siguiente año. Por no existir medios necesarios en la anteiglesia se tomó a censo una cantidad, sobre los diezmos aplicados al reedificio. También se obtuvieron préstamos de particulares al 2 y 3 % anual. [Labayru: "H. G. S. B." t. VI, pp. 306-308]. En la Junta General de Gernika, celebrada el 12 de setiembre de 1814, se presentó un informe sobre las ordenanzas de Dima. En él se declaraba que era palpable la contravención a las leyes forales. [Labayru: "H. G. S. B.", t. VIII, p. 33].