El servicio de correo es tan antiguo como la existencia de mensajeros, recadistas, arrieros, mandaderos y otras personas que con regularidad recorrían itinerarios más o menos fijos. Al ir incrementándose el comercio terrestre y marítimo van apareciendo las primeras organizaciones regulares de traslado de noticias por medio de cartas y otros documentos. En Euskalerria el foco comercial de Bilbao fue también, así como Bayona, la cuna de estos servicios organizados. Los primeros intentos fueron los de la Universidad de Capitanes de Naos y Mercaderes de la Villa. Establecieron correos de a pie, a caballo o en barco, ordinarios y extraordinarios. El Consulado de Bilbao tenía el privilegio para establecer su propio servicio de correo. Se cita a Iñigo de Aperribay como Correo Mayor y Maestro de Postas de la villa, en 1577. Los bayoneses se quejaban de que las postas, tanto de caballos como de mensajes, se hallaran en Saint-Esprit, independiente por aquel entonces de la villa. En el s. XVII era Correo Mayor de Bilbao, Pedro Ibáñez de Rementeria, para la correspondencia dirigida a San Sebastián. Otro correo era Juan Barrenechea, en 1691, donostiarra, que se comprometía a entregar en Bilbao las cartas procedentes de Mala, de Flandes y correo del Norte, en 36 horas, tanto en verano como en invierno. El correo que procedía del interior de Castilla venía por el camino de Orduña. La posta situada entre Miranda de Ebro y Bilbao era costeada por el Consulado y el Estado en el s. XVIII. Pero para entonces habían ocurrido muchas vicisitudes en el servicio. En 1705, Felipe V de Castilla incorpora el servicio de correo a la Corona, indemnizando al Conde de Oñate que poseía el privilegio desde 1622. No tardó mucho el rey en decidirse a arrendar el servicio a particulares. Uno de estos arrendadores fue Juan Francisco Goyeneche, que lo explotó hasta 1717, en que pasó definitivamente a ser servicio del Estado. En 1720 se publica un Nuevo Reglamento de Correos. Entre 1724 y 1726 las Cortes de Navarra deben intervenir solicitando al rey que corte los abusos y fraudes que se cometían con el franqueo de la correspondencia en las estafetas de Navarra. Se declara también nula la orden de dar escolta a los correos, y que las cartas de convocatoria a Cortes navarras no deben pagar franqueo. En 1743 aparecen las nuevas ordenanzas de correos. En 1762 se establecen los buzones públicos. En este siglo ya tenían oficinas de correos las cuatro capitales, Bilbao, Pamplona, San Sebastián, Vitoria y también Irún, por su posición fronteriza, según una relación de 1775. En el reglamento de 1779 se encuadran los servicios de San Sebastián, Irún y Tolosa en la demarcación vizcaína. Por su posición fronteriza muchas cartas sin marcar llevan la marca de Irún. En 1794, se emite una nueva Ordenanza General de Correos. A principios de siglo, en 1801, las Cortes navarras intervienen de nuevo dando por nula la Real Orden del 23 de mayo de dicho año sobre ocupación de casas con alojamiento de tropa. En 1832 pasa el servicio a la Dirección General de Correos, que se funda en Madrid para tal objeto. En 1854, según Ortuondo, aparecen el fechador de cartas de la estafeta de Irún con la mención «España» en lugar del nombre de la provincia usado hasta entonces. Sin que se conozcan los motivos volvió a usarse enseguida el anterior con la inscripción Irún-Guipúzcoa. En 1885 la oficina de Irún pasa a la categoría de principal dependiendo de ella las de Azpeitia, Arrasate/Mondragón, San Sebastián, Tolosa y Bergara. Después de diversas vicisitudes de poca monta se llega al servicio de correos tal como lo tenemos en la actualidad. En 1960 Bizkaia tenía un tráfico postal anual de aproximadamente 50 millones de cartas ordinarias, un millón doscientas mil certificadas y 248.000 paquetes postales y muestras. Navarra, 26 millones de cartas ordinarias, 790.000 certificadas y 191.000 paquetes. Álava, 8.700.000 cartas ordinarias, 160.000 certificadas y 65.000 paquetes; y Gipuzkoa, 33 millones de cartas ordinarias, 630.000 certificadas y 362.000 paquetes postales. No constan datos de las provincias vascas continentales. En lo referente al servicio de Correos de Navarra puede consultarse: L. M.ª Marin Royo: Caminos, Postas y Correos, Tudela, 1974, 163 pp.
Antonio BENGOECHEA
Antonio BENGOECHEA