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Cooperación transfronteriza y Euro-Regiones

Fenómenos mundiales como el paso de un régimen de acumulación fordista a otro posfordista, la globalización de los mercados y las culturas y la erosión del otrora soberano Estado-Nación han acelerado en todas partes la diversificación de la regulación en sus escalas global, estatal, regional/local, y colateral. Esta última escala es la resultante de las relaciones transfronterizas, interregionales y transnacionales entre actores (regiones, localidades, y agentes de la sociedad civil) más allá de las fronteras y en el contexto global.

La Unión Europea especialmente ha alentado la impulsión de un sistema internacional mixto de actores, donde Estados, regiones y localidades actúan en un tablero de geometría variable en el que existen incentivos para la cooperación. El Acta Única Europea de julio de 1987 transformó en efecto la Política Regional Comunitaria, dándose como objetivo el de reducir las diferencias interregionales. Se decidió así concentrar la acción coordinada de los tres fondos estructurales, FEDER, FEOGA, FSE, en cinco objetivos prioritarios regionales. Según lo dispuesto en el Tratado de Maastricht de 1992 se procedió en 1993 a una reforma global de los Fondos. El objetivo 1 perseguía la promoción de las regiones atrasadas, esto es, aquellas cuyo PIB era inferior al 75% de la media comunitaria. El objetivo 2 promovía la reconversión de las regiones en declive industrial. Se creaba un nuevo objetivo, el 6, que promovía el desarrollo y ajuste estructural de las regiones de muy baja densidad de población.

El dominio privilegiado de esta cooperación inducida ha sido el transfronterizo. La ARFE, Asamblea de Regiones Fronterizas de Europa, creada en 1971, atribuye a la Cooperación Transfronteriza 4 tipos de valores:

  • Un valor político: contribución a la integración europea y a los principios de la UE: subsidiariedad, cohesión, partenariado, cofinanciación del desarrollo territorial...
  • Un valor institucional: implicación de los actores públicos, puesta en común de intereses y recursos de cara a los objetivos comunes...
  • Un valor socio-económico: movilización endógena a través de la participación de los actores económicos y sociales (empresas, sindicatos, grupos ecologistas) en las políticas de desarrollo, y en la mejora de la planificación territorial e infraestructura de transportes.
  • Un valor socio-cultural: visión general de la región transfronteriza, formación de redes de expertos universitarios, divulgación del patrimonio histórico, conocimiento de las lenguas respectivas...

En la Unión Europea existen muchas formas de Cooperación Transfronteriza (como las Comunidades de Trabajo); pero la que mejor vehicula sus valores es la Euro-región. Sus elementos fundamentales son los principios de partenariado y subsidiariedad; la existencia de una estrategia transfronteriza; una estructura común a nivel local y regional; y la participación de los actores privados y de la sociedad civil (Cots, Morata).

El partenariado tiene una dimensión vertical y otra horizontal. En base a la primera, los Estados miembros y los órganos estatales, regionales y locales deben colaborar con la Comisión de cara a la ejecución de las medidas comunitarias, a través de estructuras complementarias y libres de espíritu de competencia, con mecanismos de cooperación a todos los niveles.

El partenariado horizontal se refiere a la relación entre los interlocutores a ambos lados de la frontera: deben establecerse criterios de paridad y superar los obstáculos relacionados con las fuentes de financiación y las diferencias entre administraciones. Estas relaciones necesitan estructuras transfronterizas comunes dotadas de permanencia y con capacidad de decisión.

La Comisión Europea ha actuado como emprendedor político gracias a la relativa facilidad con la que puede moverse entre los distintos niveles de gobierno, formulando estrategias alternativas y organizando coaliciones de actores, a veces sin el consentimiento explícito de los Estados miembros (Perkmann, Morata). Interreg, por ejemplo, ha sido un poderoso acicate económico para la creación de redes transnacionales. Gracias a estas iniciativas, las regiones y demás actores sub-estatales han adquirido un papel más relevante tanto en la escena europea como en los ámbitos estatales de toma de decisiones.

El Parlamento Europeo ha definido así los elementos de la Eurorregión en 2004:

  • Estructuras compuestas por colectividades regionales y locales a uno y otro lado de la frontera.
  • Existencia de un secretariado permanente y de un equipo técnico y financiero con recursos propios.
  • La cooperación se basa en una estrategia elaborada conjuntamente.
  • Es una plataforma de relación transfronteriza entre ciudadanos, políticos, instituciones, fuerzas económicas, agentes sociales y culturales...
  • Las decisiones se aplican según los procedimientos en vigor a cada lado de la frontera, evitando los conflictos sobre competencias y estructuras.
  • Los contenidos de la cooperación se definen desde los intereses comunes.
  • Estas plataformas sirven especialmente para preparar y/o aplicar programas y proyectos contenidos en las iniciativas comunitarias Interreg.

La Comisión Europea prefiere la Euroregiones para la implementación de Interreg, al adaptarse mejor su estructura a la estrategia de la Comisión Europea de supresión de los obstáculos transfronterizos; las Comunidades de Trabajo suelen tener en cambio problemas de coordinación debido a su estructura más rígida y a su superior ámbito geográfico. El hecho de que sea la Comunidad de Trabajo de los Pirineos la que implemente Interreg en este ámbito debe pues considerarse una anomalía.