Lexicon

BIZKAIA

Etimología

L. Michelena deriva la voz Bizkaia/Vizcaya/Biscay, etc. de bizkai. "Parece que bizkai ha sido en otros tiempos un apelativo, a juzgar por su difusión en toponimia, y designaba tal vez lugares elevados (Gavel, Ph. b., 305 n., Caro Baroja, Mat., 226), y es natural considerarlo emparentado con bizkar (A. Campión, RIEV, I, 238-240), como pensaba ya Astarloa." Remite, a su vez, al exhaustivo trabajo de Bonifacio de Echegaray, Origen de la voz Vizcaya y su ámbito de difusión (BRSVAP, 1952, 323-343) que extractamos a continuación. La oriundez euskérica del vocablo "Vizcaya" es indiscutible; pero no son aceptables las más de las explicaciones con que se ha pretendido desentrañar su contenido. Una de ellas interpretó la voz "Vizcaínos" por "Biz-Caínes", "dos veces Caínes" (Cachopin, s. XVI). Tan peregrina ocurrencia fue calificada de "folie étymologique" por Vinson, quien recogió otras no menos disparatadas interpretaciones de "Vizcaya". No merecen tampoco gran aprecio las charadas, según expresión del propio Arana-Goiri, que idearon Henao y Larramendi, para descifrar el enigma. Sí la merecen las opiniones de Oyhenart, Moguel e Iturriza. Dice el primero que "... Vizcaia, parece que recibió su nombre por la posición montuosa y áspera de la tierra. Porque ese es el sentido de la voz vasca, Vizcaya" (Notitia..., 116). Henao comenta: "Oihenarto, quiere que Vizcaya recibió este nombre por la significación vascongada de sitio áspero y montuoso, cual es el suyo. Ha hecho novedad a muchos entendidos en el vascuence, esta significación. Acaso será propia del dialecto de los vascos (vasco-franceses), cuyo natural es Oihenarto" (Averiguaciones..., t. III, p. 32). Moguel se inclinó en un principio en favor de la etimología forjada por Larramendi; pero por la lectura del instrumento de 1124, que firma, entre otros, Dieco Lopiz, filio de Comite Lopi de Vizcadie, se ratificó en su sospecha de que Vizcaya viene de Bizkar-di-Bizkadi con el artículo a. (Cartas y disertaciones... en "Memorial...", t. VII, 752). Iturriza escribió: "... Vizcaya significa tierra montuosa y de collados elebados, y tomó su denominación sin duda de una sierra alta... en cuya eminencia permanece una hermita de Santa Cruz, llamada de Vizcaigana, como fundada en el monte llamado Vizcaya y es dado que en la antigüedad se nominase Vizcargaraia, porque viscar en nuestra lengua bulgar es lo mismo que loma o superficie; y garaia o gaia cosa elebada o cimera..." (Historia general..., 1938, p. 3). Desoyendo las etimologías de Arana Goiri, Carmelo de Echegaray en el vol. Vizcaya de la Geografía General del País Vasco-Navarro (p. 16) se adhiere a esta tesis: "... una de las colinas que se yerguen en territorio de la merindad de Busturia, lleva el nombre de Bizkai-gana, y sobre su cumbre se levanta la ermita de Santa Cruz en jurisdicción de Rigoitia". Arana (Euzko, rev. "Euzkadi", t. I), explica "Vizcaya" por Bizkadi, derivado de Be-euzko-di, "grupo de euzkos de abajo". Para llegar a esta conclusión reduce a tres las formas escritas antiguas del nombre del Señorío: Vizcaya, Vizcaia, y Vizcadia; y altera su orden, cediendo preferencia al que él llama cronológico real sobre el aparente; Vizcadia, Vizcaia, Vizcaya. No conforme Campión con Arana-Goiri, indica la posibilidad de que la escritura de donación de 1124 revele la única vez en que se ha usado la forma Vizcadia. Entiende, por otra parte, que el cambio de euzko en izka es sumamente violento y delata la tesis preconcebida. Aduce ejemplos de la toponimia para probar que bizkai, lejos de significar un lugar bajo, significa un paraje alto (RIEV, t. I, p. 237-241). Y sin embargo, ni Arana-Goiri enumeró todos los lugares del País Vasco francés, que ostentan en su nombre aquel elemento, ni éste escasea en Alava, Guipúzcoa, Vizcaya y Navarra. Es, como se ha visto supra, abundante. Es verdad que bizkai denota lugares pequeños; pero es cierto también que la palabra Vizcaya se destaca como indicadora de comarcas de alguna extensión, pues no hay que olvidarse de que se llama de ese modo a la que comprende los pueblos del valle de Aibar, en Navarra. Ese nombre quedó confinado dentro del contorno de los términos de los pueblos citados, pero pudo haber ocurrido otra cosa que permitiera llamar hoy Vizcaya a lo que se conoce por Navarra, que tuvo también orígenes muy modestos y no fue designada desde un principio con tal apelativo en toda su amplitud territorial. Ver NAVARRA. Algo semejante a esto debió suceder en Vizcaya. Así opina Carmelo de Echegaray, para quien la primitiva Vizcaya radicó en lo que después fue la merindad de Busturia; es indicio de ello el nombre de Bizkai-gana que lleva la colina que se yergue en jurisdicción de Rigoitia. Leyendas anteriores, cuando menos, al s. XIV, que se consignaron en el Nobiliario del conde don Pedro de Portugal, y que hizo revivir Alejandro Herculano en La Dama de pie de cabra, suponen que, en los albores del Señorío, el Señor moraba en Busturia. Lope García de Salazar, que en sus Bienandanzas..., escritas a mediados del s. XV, recogió tradiciones de épocas más antiguas, da por sentado que el juicio de Dios entre Iñigo Ezquerra y su padre Munio López, Señor de Vizcaya, se llevó a cabo en Meakaur de Morga, y que Munio López "fue soterrado allí en la Iglesia de Meaçaur". "Adviértase -escribe Echegaray- que así Busturia como Morga son pueblos próximos a Guernica, aunque cada uno de ellos está en dirección distinta y Morga a la vista de Bizkai-gana". En el terreno estrictamente histórico, se da la circunstancia de que los primeros lugares en Juntas los ocupan las anteiglesias de la merindad de Busturia, con lo que parece que se quiere dar a entender que fueron los que antes que los demás pueblos empezaron a enviar sus apoderados a las Asambleas, que se reunían bajo el simbólico Roble. Tal vez lograsen después prevalecer sobre aquéllos como consecuencia de la incorporación de nuevas comarcas al núcleo inicial de Vizcaya. Y este nombre, al andar el tiempo, fue adquiriendo mayor dominio, hasta llegar a ser el que había de denominar no sólo el Señorío, sino al País Vasco. Ver NOMBRE, NACION. Será prudente pensar que con la palabra "Vizcaya" ocurrió lo que con la de "Navarra". C. de Echegaray presume que sucedió en Vizcaya al igual de lo que pasó en muchos otros parajes y naciones, con la notable particularidad de que este nombre alcanzó una difusión mucho mayor que el de Navarra, no precisamente en el aspecto político, sino en el uso de las gentes que tuvieron por vizcainos, no sólo a todos los vascos, sino a otros muchos que no lo eran. La carta náutica italiana de la Península Ibérica, hecha en 1497 y publicada en su Periplus por el sueco barón Nils Erico Nordenskiöld, representa a Biscallia como una región muy extensa que comparte con Galitia todo el litoral y penetra por el interior en comarcas aragonesas y castellanas. Ortellius (1527-1598), pone por límite oriental de Vizcaya el río Deba, pero sólo en su desembocadura y muy poco más al interior hasta Astigarribia, que queda adscrito al Señorío; el resto de la cuenca de aquél y Elorrio, aparecen adjudicados a Gipuzkoa. El límite occidental rebasa a Santander, y a un lugar que figura como Santa Justa; debe referirse a Santa Juliana o sea a Santillana del Mar. Comprende Bizcaia por el S. a Alava, que no se nombra, con la excepción de Laguardia y Lancugo (Lanciego) que son de Navarra, y la Puebla de la Barca, de Castilla; por el SE. figuran en esta última región Puente Larrá y Valdegobia. Y un autor alemán del s. XVII, extiende la costa vizcaina entre los cabos Machichaco y Peñas. En los planos del Puerto de Pasajes, de San Sebastián y de Fuenterrabia levantados en el primer tercio del s. XVIII, por el cosmógrafo francés Nicolas de Fer se sitúa a los citados lugares de la "Province de Biscaye"; de San Sebastián se dice que es del "Pays de Guipuscoa" en la "Province de Biscaye", y de Fuenterrabía que depende de la "Province de Biscaye", en el "Pays de Guipuscoa". Es de este mismo Fer una carta trazada en 1707, que incluye en la costa de Vizcaya "Mont Santona, Pointe de Questo y Pointe de S. Andero". En el mapa hecho en el s. XVII por Jaillot, aparecen Vizcaya, Guipúzcoa y Alava agrupadas bajo el rótulo común de Principauté de Biscaye. Vizcaya propiamente dicha, comprende algunos pueblos alaveses, como Lusciandro (Luyando), Morrio (Amurrio), Oquendo, Espejo y otros. Pocos habrá que hayan aventajado al cronista del viaje del noble bohemio Rosmithal (1446) en extender los límites de Vizcaya a confines que se adentran mucho por Castilla, ya que los coloca a dos millas de la ciudad de Burgos. Exageró bastante pero no hay duda de que Rosmithal atravesó lugares, que aunque diseminados y sin contacto entre sí, y enclavados en la merindad de Castilla la Vieja, vivían entonces acogidos al Fuero de Vizcaya. Arnold von Harff, el alemán que partió de Colonia en 1496, y no regresó hasta 1499, después de visitar Roma, Palestina, Santiago de Compostela y el Monte Saint-Michel, atravesó el País Vasco, de N. a S, de un extremo a otro del Reino de Navarra, en su viaje a Galicia, y del S. al N, a su regreso por Alava, Guipúzcoa y Laburdi hasta Bayona. Von Harff emplea la forma Pascaieh para designar a Vasconia, en lo que Gavel advierte una contaminación ejercida por la palabra basque o uno de sus equivalentes románicos sobre la de Biscaien. Se puede establecer, como norma general, que este nombre absorbe a los de Alava y Guipúzcoa; en ocasiones se extiende hasta Navarra el fenómeno anotado, pero por lo común la recia personalidad del antiguo Reino Pirenáico mantiene su independencia, aun en este aspecto. La absorción de que antes hablamos es, a veces, absoluta, de modo que sólo suena el nombre de Vizcaya, quedando anónimas las regiones que, en rigor son extrañas al Señorío; esto ocurre, como ya se ha advertido, en el mapa de Ortellius, que no cita a Alava, y en el libro de Enrique Swinburne, escritor inglés (1752-1803), titulado Travels through Spain in the years 1775 and 1776 (London MDCCLXXIX), en que expone que Alava es una de las divisiones del Señorío, que dice haber recorrido hasta la frontera de la "provincia de Labourd" sin nombrar para nada a Guipúzcoa. Hay una ocasión en que el nombre de Vizcaya, como denotador del territorio que abarca el País Vasco, sin incluir Navarra, tuvo carácter oficial. Fue cuando Napoleón I creó por decreto de 8 de febrero de 1810, los Gobiernos de Cataluña, Aragón, Navarra y Vizcaya. Comprendía éste al Señorío y a Gipuzkoa y Alava y fue mandado por el Barón de Thouvenot, quien residió en San Sebastián hasta 1811, en que se trasladó a Vitoria. La divisa y el sello de la Sociedad Vascongada de Amigos del País, establecidos en el artículo XXXVIII de sus Estatutos de 1776, lograron, aunque de modo efímero, un rango superior al de su primitivo destino, y fueron usados oficialmente como representación gráfica de ese Gobierno que ejerció el Barón de Thouvenot: las tres manos enlazadas y encima de ellas, una banda ondeada con el lema Irurac-bat y alrededor Gouvernement de Biscaye. Los límites de esa amplia Vizcaya de ciertos geógrafos, viajeros y literatos, a que venimos refiriéndonos, no coincidían con los del País Vasco de España; en su contacto con el de Francia, avanzaban por éste y aún lo rebasaban, en el Larousse de 1860, que tiene por vizcainos a los pescadores de Capbreton. "Desde aquí -desde Bayona- comienzan los montes y es la Biscaya Francesa", se dice en el Diario de viaje del venerable Fray Francisco Bel. Madoz califica de "erudito vizcaino" al suletino Chaho; en el texto de la "Memoire fournie par les negotians de Saint-Jean-de-Luz et Ciboure au syndic general du pays le mois de mars 1710" se afirma que el país de Labort, comúnmente llamado el País de los Vascos, es "una porción de la antigua Cantabria, comprendida en la Vizcaya"; se dice "Biscaye française" y "Biscaye" del Labourd en un libro del P. Prat en que se refiere el apostolado del P. Coton para disipar las creencias atribuidas a los vascos a comienzos del s. XVII, y que dieron motivo a las persecuciones de Pierre de Lancre. Ver BRUJERÍA. El mismo Pierre d'Urte llama a Laburdi "province de Labour dans la Cantabrie françoise ditte vulgairement pais de basque ou Bizcaye". Todo esto contradice la afirmación de Humboldt según la cual en Francia se designa a los vascos franceses y españoles con dos nombres diferentes: basques y biscayens.