Arrantzale, Baltzuri, Errementari, Gudari, Nik, Peli Azkasibar.
Dirigente nacionalista vasco nacido en Bilbao el 20 de julio de 1892.
Escribió gran variedad de artículos bajo los pseudónimos "Baltzuri". "Erementari", "Gudari", "Javier de Urroz", "Luki Ibañeta", "Peli Askazibar", "Usune Irugara", "Zuriñe" y "Arrantzale". Efectuó estudios de comercio, aprendió la lengua vasca, que pasó a enseñar inmediatamente, ingresó en Juventud Vasca Euzko Gastedija de Bilbao, grupo del que llegó a ser presidente. Cuando Comunión Nacionalista, impulsada por antiguos euskalerriakos, dirige al nacionalismo vasco hacia aguas autonomistas, Gallastegui y elementos independentistas inspirados en Sabino Arana-Goiri, manifiestan su impaciencia y su disconformidad. Admirador del Sinn Fein irlandés, con el que mantiene relaciones, es la célebre visita de Francisco Cambó al País Vasco en enero de 1917 y el posible acercamiento del nacionalismo vasco a la Liga Catalana lo que exaspera definitivamente al grupo de jóvenes bilbaínos cuyo semanario "Aberri" es secuestrado en marzo. Gallastegui es nombrado vocal tesorero del BBB en 1920, pero las disidencias prosiguen y, a finales de julio de 1921, el EBB rompe con Juventud Vasca de Bilbao quedando "Aberri" como órgano de prensa contrapuesto al "Euzkadi" comunionista. Desde este momento vemos el nacionalismo vasco escindido en dos grupos, el PNV ("Aberri") de Eli Gallastegui y Comunión Nacionalista de los Eleizalde, Landeta, "Kizkitza", etc., aunque la división llega a tener escaso eco en las restantes provincias vascas y casi nulo en Gipuzkoa.
Gallastegui y su partido se lanzan, desde este momento, a un continuo creativismo político llamado a tener escasa duración debido a la dictadura. En abril de 1922 promociona "Emakume Abertzale Batza", a imagen del "Cumann Nam Ban" irlandés, en abierta contradicción a la áspera actitud patriarcal de su admirado Luis Arana Goiri cuyo "Euskeldun Batzokija" se solidariza con Juventud Vasca. En 1923 preside la "Federación de Mendigoxales", motor del nacionalismo independentista. Coherentemente con las tesis del fundador del nacionalismo, adopta una actitud de firme anticolonialismo ante la guerra de África, proclamando su solidaridad con Abdel Krim, como Arana lo hiciera con los rebeldes cubanos de 1898. Pone en escena para ello el Pedro Mari de Campión, a modo de paradigma de la actitud vasca ante una guerra absurda y organiza el Comité de Socorros para atender a los movilizados y a sus familias. Discordante también y comprensiva fue su actitud en la polémica que sostuvo en el diario "Euzkadi" a propósito de los sangrientos acontecimientos del 23 de agosto de 1923 en los que Oscar Pérez Solís y un grupo comunista se atrincheraron en la Casa del Pueblo de Bilbao.
Frente al temor de sus correligionarios "al proletariado rojo español", Gallastegui proclama su mayor desconfianza en "el capitalismo vasco rojo y amarillo". Los acontecimientos de septiembre de dicho año acarrearán el cierre de los locales de Bilbao y la desaparición de "Aberri". Dos días antes del golpe de estado, había participado en la Diada Catalana rindiendo, con Maciá, homenaje al consejero Casanova y brindando por el caudillo rebelde Abdel Krim. Sin embargo, el exilio de Gallastegui tendrá lugar casi dos años más tarde, tras irrumpir la policía en el banquete-homenaje que se celebró el 3 de mayo de 1925 con motivo de su despedida de soltero, acto interpretado como una reunión política camuflada. Reside en Zumárraga, siendo encarcelado varias veces y, por fín, ordenado nuevo arresto y amenazado con un Consejo de Guerra que le pide doce años de prisión, tiene que pasar a Hendaia, primero, y Donibane Lohitzune, luego.
Organiza en Donibane un Comité Pro-Independencia Vasca y sienta las bases de una Liga de Naciones Oprimidas en contacto con Maciá y catalanistas. En 1926, aprovechando la oferta de Pacho Belausteguigoitia que le responsabiliza de su oficina algodonera de Torreón (Coahuila), marcha a Méjico (diciembre) con su mujer, Margarita de Miñaur Mújica, e hijo Iker. Se establece en este país, donde edita, desde 1928, "Patria Vasca", movilizando la opinión de los vascos de América y resto del mundo. Es en este periódico -junto con "Aberri"- donde encontramos con más frecuencia su verbo fogoso, humanista y solidario. Su intervención también en la prensa mejicana incomodará a la dictadura que pretenderá, infructuosamente, que sea expulsado. En 1931, tras la reunificación de las dos ramas del nacionalismo en Bergara (16 de noviembre de 1930), vuelve al país a instancias de sus seguidores. Dirige una empresa comercial vascoirlandesa. Durante la II República, respeta el movimiento estatutista aunque no lo comparte por las que considera peligrosas consecuencias para el nacionalismo. En septiembre es encarcelado por su participación en los incidentes relacionados con el intento de asalto por grupos izquierdistas e inspección por la policía de los locales de Juventud Vasca de Bilbao.
En prisión, y junto con A. de Altuna y otros doce, redacta un manifiesto y emprende una huelga de hambre al modo del alcalde irlandés de Cork y de Gandhi del que es un ferviente admirador. En 1932 es uno de los gestores del I Aberri Eguna (27 de marzo) pese a su creciente discrepancia con la dirección del partido. Desde una postura inicial de aceptación crítica de la unificación, el fracaso del estatutismo, la colusión del nacionalismo con la derecha antirrepublicana (cláusula concordataria del Estatuto de Estella, candidaturas de 1931) y el surgimiento de la ambigua AVASC, no tardan en situarlo otra vez en el disparadero de la escisión junto con las gentes de Jagi-Jagi, prensa mendigoxale dirigida por Gallastegui. En 1933 publica el primer volumen de una selección de sus artículos titulados Por la libertad vasca (Verdes, 350 pp.). Al año siguiente abandona definitivamente, junto con otros treinta y dos militantes, el partido, tras una polémica con Jemein a propósito de su folleto Sólo Jel basta. Contrario a la participación vasca en la guerra de 1936, fue evacuado en junio de 1937 por el Gobierno Vasco en vísperas de la caída de Bilbao. Tras varios meses en el centro de refugiados de Saint-Amand Montrond, consigue pasar a Irlanda, hasta acabar la guerra mundial, ayudado por patriotas irlandeses que conocía con anterioridad. Luego se fija en Donibane (Lapurdi), hasta su muerte el 25 de enero de 1974.